Por el Dr. Mercola
En el caso de las personas que padecen la enfermedad de Crohn, uno de los más recientes--y posiblemente más dramáticos--avances en su tratamiento es que, las grasas buenas podrían causar cambios positivos en sus bacterias intestinales, al disminuir los síntomas de este debilitante y duradero padecimiento.
No obstante, una advertencia es que las grasas deben ser de origen vegetal. Los científicos dicen que llevar una alimentación que contenga altas cantidades de aceite de coco y otras grasas vegetales reduce la inflamación intestinal, la cual daña la salud en diversas maneras.
De acuerdo con Medical News Today, los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn--que, de acuerdo con el Instituto Nacional de la Diabetes y las Enfermedades Digestivas y Renales (NIDDKm, por sus siglas en inglés),1 afecta a medio millón de personas en los Estados Unidos--podrían disminuir sus síntomas al hacer una simple variación en su alimentación; es decir, cambiar el tipo de grasa que comen.
Así es como funciona, dijo el autor del primer estudio, el Dr. Alexander Rodríguez-Palacios y sus colegas:
"Una alimentación alta en grasas podría producir cambios específicos en las bacterias intestinales que podrían combatir a la dañina inflamación, un descubrimiento importante para los pacientes que padecen la enfermedad de Crohn, indica la investigación.
Este padecimiento, es un tipo de síndrome inflamatorio intestinal, provoca una hinchazón intestinal debilitante, calambres y diarrea".2
Los Hallazgos Son ‘Notables’, Indican los Investigadores
Los científicos utilizaron modelos animales (ratones), a los que se les proporcionaron dos tipos de alimentación diferentes. Un grupo fue alimentado con grasas “buenas”, tales como el aceite de coco y la manteca de cacao. El otro grupo llevó una alimentación "normal". Los autores del estudio escribieron:
"Los ratones a los que se les proporcionó una alimentación que contenía grasas beneficiosas tuvieron hasta un [30] % menos tipos de bacterias intestinales que los que se les proporcionó un tipo de alimentación normal, lo que resulto colectivamente en una composición microbiana intestinal muy diferente...
Incluso, los ratones que fueron alimentados con bajas concentraciones de aceite de coco o manteca de cacao también tuvieron una Inflamación del intestino delgado menos grave".3
Curiosamente, una porción de la apertura intestinal, llamada intestino ciego, es donde, por lo general, la enfermedad de Crohn causa una mayor inflamación, y esa fue un área en la que el aceite de coco tuvo un impacto positivo en los sujetos del estudio.
El consumo de grasas saludables disminuyó la inflamación intestinal de una forma tan dramática, inclusive cuando se consumieron cantidades pequeñas de grasas.
Uno de los puntos más importantes que los científicos discutieron en su investigación estuvo relacionado con la forma en que las grasas buenas impactaron la composición de los microbios intestinales.
Rodríguez-Palacios señaló que lo que todos los pacientes (humanos) necesitaban hacer para tener un efecto similar en sus cuerpos era "reemplazar una grasa 'mala' por una grasa 'buena', y comer cantidades normales".
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Las Bacterias Intestinales Cambian Cuando Se Introduce el Aceite de Coco
El estudio presentado y realizado en la Facultad de Medicina de la Universidad Case Western Reserve, en Cleveland, fue uno de los primeros en identificar los cambios específicos en las bacterias intestinales conforme fueron afectadas por la enfermedad de Crohn, y el primero en mostrar que el tipo de grasas que las personas consumen influye directamente en la diversidad de las bacterias intestinales, y que, a su vez, modula la gravedad e inclusive la presencia de la enfermedad.
Rodríguez-Palacios dijo que considera que los descubrimientos podrían ayudar a los médicos a identificar las bacterias beneficiosas que podrían tratar a los pacientes que padecen trastornos intestinales inflamatorias en progreso, y dijo que el próximo paso será identificar qué componentes, presentes en dichas grasas buenas y malas, hacen una diferencia en los microbios intestinales--y utilizar los que son buenos en pruebas de probióticos antiinflamatorios.
Además, uno de sus descubrimientos fue que consumir diferentes tipos de grasas podría no tener los mismos efectos en todos. Él señaló que:
"Los (estudios realizados en) ratones indican que cada persona podría responder de manera diferente. Pero la alimentación es algo que, estamos muy esperanzados en que, podría ayudar al menos a algunos pacientes, sin tener los efectos secundarios y riesgos de los medicamentos.
Ahora, realmente, el secreto es descubrir qué hace que una grasa sea 'buena' o 'mala' para la enfermedad de Crohn".4
Además de la mantequilla de cacao y el aceite de coco utilizados en el estudio como grasas buenas, los científicos también utilizaron otras apetitosas fuentes de grasas buenas, como los aguacates, frutos secos (en especial nueces de macadamia, pecanas y nueces de castilla), salmón (si consideramos que el salmón silvestre de Alaska es la variedad más saludable) y aceite de oliva extra virgen.
Enfermedad de Crohn: Los Síntomas Y Quienes Se Encuentran en Riesgo
La enfermedad de Crohn se manifiesta más comúnmente entre los adultos de 20 años de edad. Los síntomas incluyen inflamación intestinal, calambres, dolor abdominal, diarrea, náuseas, pérdida de peso y anemia.
Express, una publicación del Reino Unido, señala que la colitis ulcerosa es otra forma en que la inflamación intestinal causa daño, y podría imitar los síntomas de la enfermedad de Crohn.5 La sinopsis del estudio agrega algo que podría provocar un debate interesante, y que está relacionado con la causa de la enfermedad de Crohn.
Muchos científicos dicen que todos se preguntan cuál es la causa e insisten en que no hay cura; sin embargo, también se apresuran en mencionar que ciertos medicamentos podrían aliviar los síntomas. Además de la colitis y los problemas relacionados, algunos de los síntomas más graves de la enfermedad de Crohn incluyen:
✓ Diarrea |
✓ Dolor e inflamación cutánea en algunas partes del cuerpo |
✓ Dolor abdominal |
✓ Dolor e inflamación articular |
✓ Eliminación intestinal sanguinolenta o con mucosidad |
✓ Fiebre o temperatura alta |
✓ Ojos enrojecidos e irritados |
✓ Fatiga |
✓ Pérdida de peso involuntaria |
✓ Úlceras bucales |
Una Noticia Reciente Afirma Que el Aceite de Coco es ‘Peligroso’
Aunque en los últimos años, han surgido muchos estudios que refutan las afirmaciones que las grasas saturadas son malas y que debe limitar o eliminar completamente su consumo, las entidades como la Asociación Americana del Corazón (AHA, por sus siglas en inglés) y la Asociación Americana de Derrames Cerebrales continúan emitiendo que las beneficiosas grasas de origen animal, tales como las grasas enteras de los productos lácteos, pertenecen a la misma clasificación que las grasas trans.6
Otro indicación de la AHA sitúa a los aceites vegetales, tales como los de canola, maíz y aceite de soya en el mismo grupo que el aceite de oliva, que califica a los aceites de cocina que son las “mejores opciones”.
Resulta que, existe una gran cantidad de diferencias cruciales de las que debe estar enterado, desde las grasas trans y las temperaturas de cocción, hasta la presencia de ingredientes tales como aldehídos altamente inflamatorios, que podrían estar implicados en las enfermedades cardiacas y el Alzheimer.
Si bien, esa indicación le alienta a preparar sus propios aderezos para ensaladas, en vez de conformarse con opciones compradas en las tiendas, que a menudo son mezcladas con aceites vegetales rancios, azúcar y jarabe de maíz de alta fructosa, no se señalan diferencias en el balance de ácidos grasos omega-3 a ácidos grasos omega-6 o la forma en que estos aceites son afectados por temperaturas elevadas--o cómo afectan a las arterias.
Como de costumbre, se mezcla un poco la verdad con mucha desinformación. Recientes informes han anunciado cuestiones como, "El aceite de coco tiene más grasas 'malas' que la carne y la mantequilla", o titulares como "¡Deje de comer aceite de coco! Los estudios indican que solo es bueno como crema hidratante".
Una cita declara que," De acuerdo con (AHA), el aceite de coco no es tan saludable como a todos les han hecho creer. De hecho, ni siquiera es saludable".7 Sin embargo, el autor y autoridad en nutrición, David Wolfe, dice:
"Los beneficios del aceite de coco para tratar los problemas tiroideos provienen de su único ácido graso de cadena media. El ácido láurico, un tipo de triglicérido de cadena media que se encuentra en el aceite de coco, tiene excelentes propiedades antiinflamatorias y antimicrobianas.
El ácido cáprico tiene poderosas propiedades antimicrobianas y antivirales, y el ácido caprílico manifiesta una serie de beneficios para la salud, gracias a sus propiedades antifúngicas y antibacterianas".8
La Leptina, Lectina y el Vínculo Con las Enfermedades Autoinmunológicas
Si tiene un exceso de peso y aún ansía comer, especialmente la comida chatarra y los azúcares, esta es una indicación de que podría tener un problema con los niveles de leptina.
Su cuerpo está diseñado para regular naturalmente cuánto come y la energía que quema. Parte de la forma en la que esto ocurre es a través de la liberación de las hormonas grelina y leptina.
Por ejemplo, cuando come un postre de azúcar, su cuerpo aumenta la producción de leptinas, lo que regula el apetito y el almacenamiento de grasas.
Por otro lado, la grelina, es conocida como la "hormona del apetito", porque en un estudio sobre grelina, las personas a las que se les proporcionó la hormona, se volvieron tan voraces, que comieron una mayor cantidad de alimentos, en comparación con su consumo habitual.
Y, según un estudio publicado en la revista Nutrients, tener un desequilibrio de ácidos grasos omega-6 aumenta la resistencia a la insulina y leptina:
“Hay una gran cantidad de evidencia científica que sustenta que es necesario equilibrar la proporción omega-6 a omega-3 para tener un desarrollo y crecimiento normal, y poder prevenir y tratar la obesidad y sus comorbilidades, tales como la diabetes, enfermedades cardiovasculares y el cáncer”.9
El estudio concluyó que este equilibrio podría realizarse si hubiera una mayor cantidad de estudios que exploraran cómo se metabolizan los nutrientes y cómo funcionan los genes. Por otro lado, las lectinas se unen a los carbohidratos y se adhieren a las células, que les permiten producir el daño.
Al igual que el azúcar, muchas lectinas son proinflamatorias, inmunotóxicas, neurotóxicas y citotóxicas. Además, ciertas lectinas podrían aumentar la viscosidad de la sangre, interferir con la expresión génica y alterar la función endocrina.
Entre los alimentos más problemáticos que contienen lectinas, se encuentran el trigo y otras semillas de la familia de las gramíneas, habas, soya y otras legumbres, cacahuates, y los miembros de la familia de las solanáceas, tales como las berenjenas, papas, jitomates y pimientos.
Existe cierta confusión acerca de la diferencia entre las leptinas y lectinas—estas últimas podrían estimular la resistencia a las leptinas. El Dr. Jon Dunn, médico naturópata, señala que:
“Las lectinas son carbohidratos que las plantas producen para protegerse de los insectos y las enfermedades. Algunas plantas tienen altos niveles de lectinas incluyendo a todas las legumbres, frijoles secos, soya, cacahuates y la familia de las solanáceas: papas (especialmente las papas transgénicas), jitomate, berenjena y pimientos.
La otra fuente principal de lectinas alimenticias proviene de los granos: trigo, centeno, cebada, germen de trigo, quínoa, arroz, avena, mijo y maíz”.10
Al describir a la leptina, Dunn continúa:
"La leptina es una hormona reguladora del peso y del control del apetito, producida en las grasas. Bajo condiciones normales, cuando las células de grasa se llenan, comienzan a secretar leptina.
Esta es transportada al torrente sanguíneo, y realiza su función profundamente en el cerebro y estimula el hipotálamo. Un hipotálamo, al ser estimulado por los niveles de leptina, libera hormonas que aceleran el metabolismo, queman el exceso de grasas, proporcionan saciedad y mantienen un peso saludable".
Tener niveles persistentemente elevados de leptina afecta adversamente a los niveles de insulina, y de igual forma, influye en la incidencia de enfermedades cardiacas, derrames cerebrales, presión arterial alta y obesidad, al mismo tiempo que disminuye la fertilidad y acelera el envejecimiento.
El Dr. Steven Gundry, quien acaba de completar un estudio en humanos sobre lectinas, también habla de los peligros ocultos de las lectinas y aboga por llevar una alimentación que no las incluya.
Su libro, “The Plant Paradox: The Hidden Dangers in ‘Healthy’Foods That Cause Disease and Weight Gain” (La Paradoja Vegetal: Los Peligros Ocultos en los 'Alimentos Saludables' Que Causan las Enfermedades y el Aumento de Peso), describe ejemplos de pacientes cuya enfermedad de Crohn simplemente desapareció, y posteriormente, volvió a aparecer cuando incluyeron las lectinas de nuevo en su alimentación.
Curiosamente, Gundry no es un fanático del aceite de coco en las etapas iniciales, y de hecho, sugiere que las personas que padecen principios de la enfermedad de Crohn la eliminan porque el ácido láurico carga específicamente a los lipopolisacáridos y facilita su transportación en el torrente sanguíneo. A él le gusta mucho más la opción del aceite MCT.
Sin embargo, creo que sería un error asumir que todas las lectinas son perjudiciales. Por ejemplo, el aceite de coco está cargado de MCTs, que se metabolizan fácilmente porque estos no requieren enzimas especiales y podrían ser utilizados más eficazmente por su cuerpo, lo que pondría menos tensión en su sistema digestivo.
Ellos evitan la bilis y el proceso de almacenamiento de grasas, y se dirigen directamente al hígado, donde se convierten en cetonas, las cuales se liberan rápidamente en el torrente sanguíneo y se utilizan como combustible--lo que podría explicar por qué nuestro artículo presentado demuestra que, finalmente, las personas que padecen la enfermedad de Crohn podrían beneficiarse del aceite de coco.