Por el Dr. Mercola
La alimentación desempeña un complejo papel en el estado de ánimo. Si bien el exceso de azúcar se ha relacionado con la depresión, ciertos alimentos, como las verduras de hoja oscura, hongos y cúrcuma, están vinculados con las emociones positivas.
A largo plazo, lo que come o no come, también podría afectar su estado de ánimo al alterar los niveles de ciertas vitaminas, minerales y ácidos grasos en su cuerpo, los cuales están involucrados en la salud cerebral y el estado de ánimo.
Aunque muchas personas optan por llevar una alimentación vegetariana o vegana por motivos de salud, este es un factor importante a considerar debido a que las investigaciones sugieren que hacerlo podría estar relacionado con la depresión.
De hecho, en un estudio de 9 700 vegetarianos (incluido un pequeño número de hombres veganos), los vegetarianos tuvieron el doble de probabilidades de sufrir depresión en comparación con los consumidores de carne, incluso después de ajustar variables como su situación laboral, historia familiar y el número de hijos.1
El estudio no pudo demostrar las causas, pero sí desarrolló varias teorías sobre el porqué tal asociación podría existir.
¿Por Qué ser Vegetariano Incrementa el Riesgo de Padecer Depresión?
Según los investigadores, es probable que esta relación exista porque las personas con depresión podrían ser más propensas a cambiar sus preferencias alimenticias, o podría relacionarse con niveles más altos de fitoestrógenos en la sangre, en particular entre quienes consumen mucha soya, o incluso pesticidas, a consecuencia de consumir gran cantidad de productos no orgánicos.
Sin embargo, lo más probable es que tenga que ver con los niveles de nutrientes. Los vegetarianos tienden a tener un menor consumo de grasas omega-3, vitamina B12 y ácido fólico, lo que podría afectar el riesgo de depresión de la siguiente manera:
Grasas Omega-3
En los Estados Unidos, muchos tipos de alimentación carecen de grasas saludables, incluidas las grasas omega-3 de origen animal, EPA (ácido eicosapentaenoico) y DHA (ácido docosahexaenoico). Aunque los omega-3 son mejor conocidos por su papel en la salud cardiaca también desempeñan un papel integral en la salud cerebral y mental.
El libro "The Omega-3 Connection: The Groundbreaking Anti-depression Diet and Brain Program" del año 2001, que fue escrito por el Dr. Andrew Stoll, psiquiatra de Harvard, fue uno de los primeros estudios que atrajeron la atención hacia las grasas omega-3 y apoyaron su uso para el tratamiento de la depresión.
No hay una dosis estándar de grasas omega-3 recomendada, pero algunas organizaciones
de salud recomiendan una dosis diaria de entre 250 y 500 mg de EPA y DHA para adultos
saludables. Si sufre de depresión, podría requerir dosis más altas.
En un estudio, un suplemento de omega-3 con un intervalo de dosis de 200 a 2 200 mg de EPA al día, fue eficaz contra la depresión primaria.2 Las buenas fuentes alimenticias de omega-3 de origen animal incluyen a las anchoas, sardinas, caballa, arenque y salmón silvestre de Alaska.
Vitamina B12
La vitamina B12 ha llegado a los titulares por su poderoso papel en la prevención del deterioro cognitivo y la demencia más grave, como la enfermedad de Alzheimer. Las lagunas mentales y los problemas de memoria en realidad son dos de las principales señales de advertencia de que tiene deficiencias de vitamina B12, lo cual indica lo importante que es para la salud cerebral.
Sin embargo, la depresión y ansiedad también pueden darse junto con una deficiencia de vitamina B12 porque reduce la serotonina química del cerebro, un neurotransmisor que está vinculado a los centros de placer en el cerebro, y dopamina, el regulador del estado de ánimo que registra la memoria y el humor.
Los vegetarianos y los veganos son especialmente susceptibles a la deficiencia de vitamina B12, ya que ésta se deriva de productos de origen animal tales como la carne de res, mariscos, huevos y productos lácteos.
A los veganos se les recomienda aumentar su consumo de B12 al abastecerse de levadura nutricional, aceite de coco y leche de coco fortificada, sin embargo, aún así no se recomienda llevar una alimentación vegana o vegetariana estricta.
Folato
El folato ayuda a su cuerpo a producir neurotransmisores que regulan el estado de ánimo, incluidas la serotonina y dopamina. Un estudio realizado en el año 2012 descubrió que las personas que consumieron más folato tuvieron un menor riesgo de padecer depresión que quienes consumieron menos.3
Otro estudio reveló que cuando los sobrevivientes a un derrame cerebral tomaron un suplemento de vitaminas B todos los días, incluyendo ácido fólico (folato sintético), vitamina B6 y vitamina B12, su riesgo de depresión se redujo significativamente.4
Esta es una deficiencia que debería ser fácil de corregir para los veganos y vegetarianos debido a que el folato se encuentra en las verduras de hojas verde oscuro como las espinacas, los aguacates y otros vegetales frescos.
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El Aumento en el Consumo de Grasas Omega-6 También Podría Jugar un Papel
Según el estudio presentado, también se sabe que los vegetarianos tienen un mayor consumo de grasas omega-6, las cuales a su vez están asociadas con un mayor riesgo de padecer depresión. Para muchos vegetarianos una fuente importante de grasas omega-6 es el aceite vegetal, que está vinculado a una gran cantidad de problemas de salud, incluidos los ataques cardiacos.
Cuando las grasas poliinsaturadas omega-6 se consumen en grandes cantidades, no pueden ser quemadas como combustible.
En cambio, se incorporan en las membranas celulares y mitocondriales donde son demasiado susceptibles al daño oxidativo, que perjudica al sistema metabólico. Peor aún, la mayoría de estos aceites vegetales están altamente procesados y son cultivados como plantaciones transgénicas llenas de residuos tóxicos de herbicidas como el Roundup.
Si bien, el cuerpo sí necesita un poco de omega-6, la mayoría de las personas obtienen mucho más omega-6 en comparación con el omega-3, y esta relación desequilibrada también puede tener consecuencias nocivas para la salud.
Además, cuando se calientan, los aceites vegetales tienden a oxidarse. De acuerdo con el Dr. Fred Kummerow,5 quien investigó los lípidos y las enfermedades cardiacas durante ocho décadas antes de morir hace unos meses a los 102 años de edad, el colesterol oxidado es el verdadero responsable de causar las enfermedades cardíacas.
Al activar la inflamación también se desencadenan problemas cardíacos, así como, probablemente, la depresión. Mientras que otros factores también podrían estar involucrados, la inflamación puede tener un profundo impacto en su salud mental. Como se señala en un estudio del año 2012 en la revista Neuropsychopharmacology:6
"Se han encontrado altos biomarcadores de inflamación, incluyendo citoquinas inflamatorias y proteínas de fase aguda, en pacientes deprimidos, y el administrar estímulos inflamatorios se ha relacionado con el desarrollo de síntomas de depresión.
Los datos también han demostrado que las citoquinas inflamatorias pueden interactuar con múltiples vías que se sabe que están involucradas en el desarrollo de la depresión, incluyendo el metabolismo de las monoaminas, la función neuroendocrina, plasticidad sináptica y los neurocircuitos importantes para la regulación del estado de ánimo...
El estrés psicosocial, la alimentación, obesidad, intestino permeable y un desequilibrio entre las células T reguladoras y proinflamatorias también contribuyen a la inflamación y podrían servir como eje central de las estrategias preventivas pertinentes tanto para el desarrollo de la depresión como para su recurrencia".
Tenga Cuidado de Llevar una Alimentación Demasiado Alta en Granos y Legumbres, Carente de Productos de Origen Animal
Sin duda, llevar una alimentación vegetariana puede ser saludable, en especial si está debidamente equilibrada con grasas saludables.
Sin embargo, la ausencia de todos los alimentos de origen animal puede tener consecuencias con el tiempo debido a que ciertos nutrientes no pueden ser obtenidos del reino vegetal--carnosina, carnitina, taurina, vitamina B12 y grasas omega-3 de origen animal, por sólo nombrar algunos.
Como señaló el Dr. Steven Gundry, autor de "The Plant Paradox" (quien fue vegetariano durante 15 años, durante el cual nunca había estado “más enfermo”, dijo), muchos vegetarianos y veganos se enfrentan a problemas de salud porque no consumen vegetales sino cereales y legumbres, éstos son muy altos en lectinas inflamatorias--proteínas vegetales que hacen daño a través de mimetismo molecular.
Increíblemente, las lectinas como la aglutinina de germen de trigo (WGA, por sus siglas en inglés), que se encuentran en el trigo, y los galactanos, que se encuentran en los frijoles, promueven incluso el almacenamiento de grasa--a pesar de que su origen es el reino vegetal.
Aún más sorprendente, al tomar en cuenta las propiedades de salud cardiaca que se admiten del trigo integral, el WGA es una de las maneras más eficaces de inducir enfermedades del corazón en animales de laboratorio.7
No estoy en contra del vegetarianismo. Yo consumo cantidades muy pequeñas de proteína animal; sobre todo pescado. En ocasiones, consumo un poco de carne de res orgánica y certificada de animales alimentados con pastura y criados en los Estados Unidos.
Sin embargo, las carnes no son un elemento básico en mi alimentación, y creo que la mayoría de las personas podrían obtener beneficios al reducir su consumo de carne. Pero no creo que deba ser totalmente excluida porque los alimentos de origen animal contienen nutrientes muy valiosos que su cuerpo necesita para gozar de una salud óptima.
Los huevos orgánicos de gallinas alimentadas con pastura y la mantequilla sin pasteurizar son una fuente extra de nutrientes increíblemente saludables.
Si está llevando una alimentación vegana o vegetariana por razones éticas, considere que los animales alimentados con pastura orgánica cumplen un papel muy importante en la agricultura regenerativa y son una opción ética, ya que no son explotados ni maltratados.
Sin embargo, si decide continuar siendo estrictamente vegano o vegetariano, tenga en cuenta los nutrientes que podría tener que suplementar en su alimentación, así como la forma de evitar las complicaciones asociadas con una alimentación completamente a base de plantas que se inclina hacia los granos y legumbres repletos de lectinas auto-inmunoestimulantes.
¿Una Prueba en Línea Podría Decirle si Está Deprimido?
En noticias relacionadas, si busca información en Google acerca de la depresión desde un dispositivo móvil, aparecerá un cuestionario de detección llamado PHQ-9 en los resultados de su búsqueda.
Si hace clic en "revise si está clínicamente deprimido", lo conducirá a una autoevaluación que se supone que va a decirle si está deprimido o no. Suena a que sería una herramienta útil, pero recuerde que ya hemos visto este tipo de exámenes en el pasado.
La evaluación en línea para la depresión de WebMD fue patrocinada por la farmacéutica Eli Lilly, fabricante del antidepresivo Cymbalta, y conducía a los usuarios a discutir el tratamiento con sus médicos. En el caso de Google, hace poco se asoció con la Alianza Nacional sobre Enfermedades Mentales (NAMI, por sus siglas en inglés).
Como destacó PsychCentral, casi el 75 % de los fondos de NAMI provienen de compañías farmacéuticas8 y aunque se autoproclama como un grupo de defensa de los derechos de los pacientes, en realidad, es más un grupo de fachada de la industria farmacéutica.
Así que tenga mucho cuidado al aceptar recomendaciones sobre su salud mental con base en una evaluación en línea, en especial por una propuesta por Google, quien se encuentra en el negocio de la captura de información de los usuarios y ha sido sorprendido infringiendo los derechos de privacidad en varias ocasiones.
Dicho esto, si la depresión no es atendida, podría ser debilitante y posiblemente mortal.
La depresión podría interferir en sus relaciones personales y laborales, disminuir su rendimiento laboral o académico y también podría afectar su salud física.
La depresión disminuye la capacidad de cuidarse apropiadamente y tomar decisiones adecuadas sobre su salud, incluidos la alimentación y el sueño. Los desequilibrios en la alimentación, las fluctuaciones de peso y malos hábitos de sueño también podrían comprometer su función inmunológica.
Se estima que la mitad de las personas que tienen depresión no reciben tratamiento,9 por lo que este es un paso importante si usted o un ser querido está teniendo dificultades. Sin embargo, asegúrese de que el tratamiento que está buscando sea apropiado para usted--muchos pueden recibir ayuda sin el uso de antidepresivos.
El yoga, ejercicio y la terapia cognitivo-conductual (CBT, por sus siglas en inglés) son ejemplos de algunos tratamientos sin medicamentos que han demostrado ser eficaces para reducir los síntomas de la depresión. Como se mencionó, también es importante cuidar su alimentación.
Asegúrese de Cuidar su Alimentación para una Mejor Salud Mental
Por ejemplo, los hombres que consumen más de 67 gramos de azúcar al día, tienen 23 % más probabilidades de desarrollar ansiedad o depresión en el transcurso de cinco años, en comparación con los que consumen menos de 40 gramos de azúcar por día; así que limitar el azúcar es una estrategia.10
Esto le ayudará a favorecer su salud intestinal, otro factor importante para la salud mental. Consumir alimentos fermentados con regularidad, o tomar un suplemento probiótico también puede ayudarle a alcanzar este objetivo.
Tome en cuenta un pequeño estudio realizado con adultos diagnosticados con IBS (síndrome del intestino irritable) y depresión, que descubrió que el probiótico Bifidobacterium longum proporciona alivio para la depresión.
A las seis semanas, el 64 % del grupo de tratamiento había reducido sus niveles de depresión, en comparación con el 32 % del grupo de control que recibió un placebo.11
Además, no necesita esperar a averiguar si el hallazgo del estudio presentado--sobre que una alimentación vegetariana aumenta el riesgo de padecer depresión--es realmente una causa. Si es vegetariano o vegano, asegúrese de insistir en aumentar sus niveles de ácidos grasos omega-3, folato y vitamina B12 a través de su alimentación con el fin de proteger su salud mental y general.