Por el Dr. Mercola
A pesar de las advertencias1 emitidas por parte de las autoridades sanitarias desde hace décadas, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos continúan denominando al tabaco como "la mayor causa evitable de cáncer y enfermedad en los Estados Unidos"2 y los ingresos de la industria tabacalera en 2014 fueron de US$ 744 mil millones – una cantidad mayor que el producto interno bruto de todos los países en el mundo con excepción de 18 naciones.3
Hasta la fecha, en los Estados Unidos fumar cigarros mata a más de 480 000 personas cada año; casi 41 000 de estas muertes son por exposición al humo de segunda mano. Además, los costos médicos por enfermedades relacionadas con el humo son más de US$ 300 mil millones, incluida la atención médica directa y la pérdida de productividad.
Hombres, mujeres y niños sufren los efectos de enfermedades relacionadas con el tabaco. Hoy en día, el grupo de edad con la prevalencia más alta es de 45 a 64 años seguido de cerca por personas de 25 a 44 años.
Aunque los informes indican que la cantidad de personas que fuman un cigarro por primera vez está disminuyendo lentamente, el tabaquismo sigue siendo una de las principales causas de muerte prevenible.
Los riesgos van más allá de sus pulmones
Los riesgos relacionados con fumar cigarros y cigarros electrónicos no se limitan a sus pulmones. Fumar cigarros afecta prácticamente a todos los órganos de su cuerpo y dejar de fumar puede sumar años a su vida. Cada año, fumar causa más muertes que el VIH, consumo ilegal de drogas, alcohol, accidentes automovilísticos y aquellos relacionados con armas de fuego, en conjunto.4
Algunos de los efectos del humo del tabaco son inmediatos y otros solo son clínicamente evidentes después de varios meses o años de fumar. En comparación con las personas que no tienen este hábito, aquellas que fuman cigarros mueren 11 años antes en el caso de las mujeres y 12 años antes en el caso de los hombres.5
Casi el 30 % de todas las muertes por cáncer en los Estados Unidos están relacionadas con el tabaquismo tal y como pasa con el 80 % de todas las muertes por cáncer de pulmón. Fumar también se relaciona con un mayor riesgo de:6,7,8
Ceguera y pérdida de visión nocturna | Alto conteo de glóbulos blancos | Sistema inmunológico debilitado |
Disminución de los niveles de estrógeno | Caries | Enfisema |
Derrame cerebral | Pérdida de la audición | Deterioro muscular |
Cardiopatía coronaria | Mayor riesgo de úlceras pépticas | Artritis reumatoide |
Fracturas | Cáncer de vejiga | Cáncer de estómago |
Cáncer de riñón | Cáncer de páncreas | Cáncer cervicouterino |
Cáncer de hígado | Cáncer de colon | Cáncer de pulmón |
Cáncer de laringe, faringe, boca y esófago | Degeneración macular | Disfunción eréctil |
Problemas de fertilidad | Nacimiento prematuro | Embarazo ectópico |
Peso bajo al nacer | Mortinato | Cataratas |
Diabetes tipo 2 | Envejecimiento prematuro de la piel |
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Este es su pulmón en contacto con el humo
Es fácil preservar un mal hábito cuando no percibe efectos inmediatos en su salud. Probablemente esta sea una de las razones por las que no puede encontrar la motivación para dejar de fumar.
Amanda Eller, una enfermera de Carolina del Norte, recientemente compartió un video para demostrar los efectos que tiene el tabaquismo en los pulmones sanos y ayudarlo a comprender los cambios físicos que no son inmediatamente visibles. (Consulte el video presentado previamente).
Cada bocanada de cigarro provoca daños en las células de su sistema respiratorio. Los productos químicos tienen acceso directo tanto a sus pulmones como a sus vías respiratorias y luego se trasladan a otras partes de su cuerpo mientras inhala.
Primero se daña la boca y la garganta, lo que genera un engrosamiento del revestimiento de la garganta.9 El humo llega a la nariz y los senos paranasales, lo que provoca una disminución en el sentido del gusto y el olfato.
Una vez en los pulmones, el humo reduce la capacidad de su cuerpo para combatir diversos tipos virus y bacterias, lo que aumenta el riesgo de enfermedades respiratorias. Un revestimiento grueso de mucosidad puede desencadenar una tos crónica y problemas respiratorios. También se dañan los alvéolos (sacos de aire) en los pulmones, donde el oxígeno se transfiere a la sangre.10
Cuando las arterias son estrechas no permiten que la sangre circule de manera eficiente, por lo que puede afectar su fertilidad y vida sexual, impidiendo así la producción de esperma y cada vez mayor dificultad para tener una erección.
Esta falta de oxígeno también afecta la piel, lo que crea arrugas prematuras y deterioro relacionado con la edad. Su sistema cardiovascular se ve afectado con cada bocanada de un cigarro a medida que la nicotina aumenta su frecuencia cardíaca y presión arterial. Cada vez que fuma un cigarro el aumento del gasto cardíaco y resistencia vascular se presentan inmediatamente y pueden estar relacionados con daño a largo plazo.11
Además de la nicotina, existen casi 4 000 sustancias químicas en los cigarros, de las cuales al menos 60 son causantes de cáncer. Algunos de las más peligrosas son:12
• Alquitrán
El alquitrán cubre los pequeños vellos de los pulmones, cilios, lo que evita que eliminen los desechos y gérmenes.
• Monóxido de carbono
Este gas producido por los cigarros evita que el oxígeno se transmita a sus glóbulos rojos y reduce el suministro de oxígeno a sus células y cerebro.
• Benceno
Cuando fuma inhala benceno con humo, que como se sabe, causa daño al ADN celular y está relacionado con diversos tipos de cáncer.
• Gas oxidante
Algunos de estos tipos de gases son ozono y dióxido de nitrógeno, los cuales desencadenan daños en el epitelio bronquiolar.13
Basta solo un cigarro al día para activar el daño
Algunos sienten que fumar "socialmente", es decir solo cuando salen con amigos, o fumar solo 1 o 2 cigarros al día, es seguro en comparación con fumar un paquete o más al día.
Sin embargo, un estudio reciente publicado en el BMJ demuestra que aquellos que fuman de manera inconsistente tienen un mayor riesgo de desarrollar cardiopatía coronaria y derrame cerebral de lo que se había predicho con anterioridad.14
Los investigadores hicieron una revisión sistemática y metaanálisis de investigaciones publicadas entre 1946 y 2015 con estudios de cohortes con al menos 50 eventos que comparaban a los que fumaban 1, 5 o 20 cigarros por día.15
El riesgo relativo agrupado de cardiopatía fue del 1.48 % para aquellos que fuman un cigarro al día, mientras que el riesgo relativo para aquellos que fuman 20 por día fue del 2.04 %. En cada grupo, las mujeres tenían un mayor riesgo de cardiopatía en comparación con los hombres. Finalmente, los investigadores concluyeron que:16
"Fumar alrededor de un cigarro por día conlleva un riesgo de desarrollar cardiopatía coronaria y derrame cerebral mucho mayor de lo esperado: Aproximadamente la mitad en comparación con las personas que fuman 20 por día.
No existe un nivel seguro para fumar en lo que se refiere a las enfermedades cardiovasculares. Las personas que fuman deberían intentar renunciar a este hábito en lugar de reducirlo con el fin de disminuir significativamente el riesgo de estos dos principales trastornos comunes".
Cuando los datos fueron revisados por factores de confusión como la edad, los investigadores esperaban que aquellos que fumaban un cigarro al día experimentasen un 5 % de riesgo de cardiopatía y derrame cerebral, o 1/20 del riesgo de fumar 20 cigarros por día.
Lo que encontraron fue que los hombres tenían un 46 % más de riesgo de enfermedad cardiovascular y un 41 % más de riesgo de derrame cerebral; las mujeres tenían un 31 % y un 34 % más de riesgo de cardiopatía y derrame cerebral, respectivamente, al fumar solo un cigarro al día.17
Patricia Folan, directora del Centro para el Control del Tabaco de Northwell Health, comentó los hallazgos,18 y señaló que los adultos jóvenes "a menudo fuman menos que los adultos mayores. Estos jóvenes fumadores más moderados ni siquiera se suelen considerar como fumadores". [Tienen] el riesgo de desarrollar cardiopatía coronaria incluso por fumar muy pocos cigarros".
Allan Hackshaw, autor principal del estudio del Instituto del cáncer de la UCL en el Colegio Universitario de Londres, cree que los datos demuestran que, en gran medida, los peligros de fumar provienen de los primeros cigarros que se fuman en el día.19
Si bien esta información es sorprendente, él cree que existen mecanismos biológicos que explican el daño y el aumento de la cardiopatía, así como el riesgo de derrame cerebral.
Los dispositivos de vapeo no son la respuesta
Si está buscando una solución a largo plazo, no necesita recurrir a los dispositivos de vapeo. Si bien han demostrado que tienen cierta eficacia para ayudarlo a dejar de fumar por completo, sustituir el vapeo por cigarros combustibles significa que está intercambiando un conjunto de peligros sumamente similares por otro.
Los dispositivos de vapeo, (cigarros electrónicos), son sistemas que emiten nicotina, pero utilizan un conjunto de productos químicos distintos. Aunque los vapores pueden ser inodoros, contienen nicotina, metales pesados, partículas finas y formaldehído.
Los resultados de un monitoreo de un año de duración que observó algunos estudiantes de preparatoria en Los Ángeles confirmaron que, en comparación con los estudiantes que no utilizaban dispositivos de vapeo, aquellos que comienzan a utilizarlos tienen una mayor tendencia a empezar a fumar cigarros combustibles tradicionales.20
Estos resultados fueron respaldados por un estudio secundario que por más de 2 años monitoreó a más de 1 400 estudiantes de preparatoria.21 Este estudio descubrió que los adolescentes tenían más probabilidades cambiar los dispositivos de vapeo por cigarros combustibles en comparación con pasar de fumar cigarros tradicionales a cigarros electrónicos.
La exposición a la nicotina de los cigarros electrónicos durante la adolescencia aumenta el riesgo de comportamiento adictivo relacionado con el consumo de alcohol conforme el adolescente vaya creciendo hasta alcanzar la edad adulta.22
Los investigadores descubrieron que la exposición a la nicotina en la adolescencia cambia la función del circuito inhibitorio del cerebro medio, lo que da pie a un comportamiento adictivo. Esta alteración es responsable de enviar señales durante el estrés y la recompensa. Los cambios a largo plazo en el mesencéfalo pueden llevar a otras adicciones, como a la cocaína, morfina y heroína.23
Los cigarros electrónicos también pueden dar a los transeúntes una falsa sensación de seguridad, ya que hay poco o ningún olor. Sin embargo, el vapor contiene partículas que se absorben fácilmente por inhalación.24
A pesar de que dichos dispositivos emiten niveles más bajos de contaminación atmosférica de nicotina, los investigadores detectaron niveles similares de cotinina en transeúntes, un químico que mide la cantidad de nicotina que se absorbe en el cuerpo, en comparación con aquellos expuestos al humo tradicional de segunda mano.
De acuerdo con Americans for Nonsmokers 'Rights,25 el vapor de segunda mano puede contener al menos 10 sustancias químicas identificadas en la lista del Proyecto 65 de California que hace referencia a las toxinas reproductivas y carcinógenos.
La sustancia química más conocida es el diacetilo, un sabor artificial utilizado por los fabricantes de palomitas de maíz26 para darle sabor a mantequilla a las palomitas de maíz para microondas. El químico está relacionado con el daño respiratorio y la cicatrización permanente de las vías respiratorias.27
En una evaluación realizada con 51 sabores de cigarros electrónicos, algunos investigadores de Harvard encontraron que 47 contienen sustancias aromatizantes, como el diacetilo.28
Esto es lo que sucede cuando deja de fumar
Su cuerpo tiene una sorprendente capacidad para sanar y reparar las células dañadas cuando se le apoya con una buena nutrición, sueño de calidad y movimiento constante.
Me parece que el secreto para dejar de fumar es mejorar la salud primero. En mi artículo anterior, "Fumar lo pudre desde adentro", esbozo los primeros pasos que debe considerar. Esto es lo que le sucede a su cuerpo en las primeras semanas y años que deja de fumar:29,30
Después de 20 minutes
Tan solo 20 minutos después de haber fumado su último cigarro, su ritmo cardíaco, presión arterial y la temperatura de sus manos y pies comenzarán a volver a la normalidad. |
Después de 8 horas
La nicotina en su torrente sanguíneo cae más del 93 %. |
Después de 12 horas
Su cuerpo eliminará el exceso de gas de monóxido de carbono y sus niveles de oxígeno regresarán a la normalidad. |
Después de un día
En las primeras 24 horas, la ansiedad que experimentará al dejar de fumar llegará a su punto máximo y su riesgo de ataque cardíaco comenzará a disminuir. Su presión arterial comenzará a normalizarse, sus niveles de oxígeno se elevarán y la actividad física será más fácil. La ansiedad por fumar se reducirá a niveles previos a dejar de fumar después de 2 semanas. |
Después de 2 días
Los nervios responsables del olfato y la degustación comienzan a sanar y es posible que perciba olores y sabores más intensos. En esta etapa, el enojo y la irritabilidad relacionados con dejar de fumar llegarán a su punto máximo. |
Después de 3 días
El nivel de nicotina en su cuerpo se agota después de 3 días, lo que puede aumentar sus síntomas de abstinencia. Puede experimentar cambios de humor, irritabilidad y fuertes dolores de cabeza a medida que su cuerpo comienza a desintoxicarse y adaptarse a un entorno más saludable. Los bronquios de los pulmones se relajan y respirar se vuelve más fácil. |
Después de 1 semana
En los primeros 5 a 8 días, experimentará 3 antojos inducidos por señales al día. Si normalmente fuma un cigarro después de comer, probablemente este sea el momento en el que experimente estos antojos. Puede combatirlos al sustituirlos con otra cosa, como salir a caminar, masticar chicle o hacer saltos en tijera ya que los antojos generalmente no duran más de 3 minutos. |
Después de 2 semanas
Dentro de 2 semanas, la sangre que circula en sus encías y dientes volverá a ser igual a la de alguien que no fuma. Esto ayuda a curar la periodontitis y mejorar la respiración. |
Después de 4 semanas
Entre 2 y 4 semanas después, la ansiedad, depresión, insomnio e ira habrán desaparecido. Su función pulmonar estará mejorando y su riesgo de ataque cardíaco estará disminuyendo. Posiblemente notará menos tos y dificultad para respirar, así como una renovada capacidad para realizar mayor actividad. |
Después de 9 meses
Para este entonces su congestión sinusal, fatiga y dificultad para respirar se reducirán significativamente. Los cilios en sus pulmones que su cuerpo utiliza para eliminar los desechos y el polvo habrán vuelto a crecer y sentirá un aumento en la energía. Asimismo, podrá notar una reducción en la cantidad de resfriados que sufre debido a que los cilios están en mejores condiciones para desempeñar su función. |
Después de 1 año
En los 12 meses posteriores a dejar de fumar, su riesgo de cardiopatía coronaria, ataque cardíaco y derrame cerebral disminuye en un 50 % y continuará disminuyendo con cada año que no fume. |
Después de 5 años
Después de 5 años sin haber fumado un cigarro, sus arterias y vasos sanguíneos comenzarán a ensancharse, lo que reducirá el riesgo de formación de coágulos y, por ende, el riesgo de derrame cerebral. Esto también reduce su presión arterial todavía más.
Su riesgo de ataque cerebral continuará disminuyendo durante los próximos 10 años. Dentro de 15 años, su riesgo de sufrir un derrame cerebral será igual al de alguien que no fuma. |
Después de 10 años
Su riesgo de cáncer de pulmón será del 30 al 50 % en comparación con el riesgo de un fumador, asimismo, su riesgo de muerte por cáncer de pulmón se habrá reducido a la mitad. Su riesgo de cáncer de boca, garganta, esófago y páncreas también habrá reducido significativamente. |
Después de 13 años
A los 13 años de haber dejado de fumar, su riesgo de pérdida dentaria será igual al de alguien que no fuma. |
Después de 15 años
En este período de tiempo, tanto su riesgo de cardiopatía coronaria como el de cáncer de páncreas se habrán reducido al nivel de alguien que no es adepto a los cigarros. |
Después de 20 años
Tras haber dejado de fumar por 20 años, su riesgo de morir por una causa relacionada con el cigarro disminuirá al mismo nivel que el de una persona sin el hábito de fumar. |