El DHA se relaciona con la inteligencia en los niños

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

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Historia en Breve

  • Los niveles bajos de grasas omega-3 DHA se relacionaron con problemas de lectura, memoria y comportamiento en niños saludables en edad escolar
  • Los niños que consumieron un suplemento de grasa omega-3 cuando eran bebés obtuvieron un puntaje más alto en las pruebas de aprendizaje de normas, vocabulario e inteligencia a los 3 y 5 años
  • Estudios anteriores también han encontrado que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y problemas relacionados con la conducta y aprendizaje tienen más probabilidades de presentar niveles bajos de grasas omega-3, así como de beneficiarse de tomar un suplemento de ello
  • Recomiendo suplementar con grasas omega-3 de origen animal como el aceite de kril antes y durante el embarazo, así como durante la lactancia (los bebés reciben DHA a través de la leche materna); en cuanto su hijo o hija sea capaz de tragar una cápsula de manera segura, podrá comenzar a tomar un suplemento de omega-3 de origen animal y alta calidad

Si desea que su hijo alcance su máximo potencial intelectual, la investigación es clara en que es esencial consumir de forma abundante ácido docosahexaenoico (DHA) de las grasas omega-3.

En los Estados Unidos, la mayoría de los niños obtienen cantidades ínfimas de esta grasa saludable, que se encuentra sobre todo en los mariscos y sus alimentos, y es posible que se estén perdiendo de esta sencilla oportunidad de aumentar su rendimiento cerebral.

Además, dos estudios han confirmado que aumentar el consumo de DHA de su hijo cuando es bebé y hasta la edad escolar podría ser una forma sencilla de generar mejoras cuantificables en su función cerebral.

Los niveles bajos de DHA podrían afectar la capacidad de lectura, memoria y comportamiento

El primer estudio involucró a niños de entre 7 y 9 años con puntuaciones de lectura por debajo del promedio. En estos niños, los bajos niveles de DHA y otras grasas omega-3 se relacionaron con problemas de lectura, memoria y conducta.

Estudios anteriores también han encontrado que los niños con trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y problemas relacionados con la conducta y aprendizaje tienen más probabilidades de presentar niveles bajos de grasas omega-3, así como de beneficiarse de tomar un suplemento de ello.

El estudio fue particular en el sentido de que observó niños sanos sin discapacidades cognitivas, pero con pocas habilidades de lectura, y aun así encontró un vínculo con los bajos niveles de omega-3.

Los investigadores concluyeron que: "Hace falta confirmar tales hallazgos, pero sugieren que los beneficios de la suplementación alimenticia con Omega-3 LC-PUFA [ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga] que se observan en el TDAH, dispraxia, dislexia y afecciones relacionadas, podrían favorecer a la población en edad escolar en general".

La suplementación con DHA en las primeras etapas de la vida favorece la inteligencia de los niños a una edad posterior

En el segundo estudio, un grupo de bebés recibió un suplemento de grasas omega-3 o un placebo. Se realizaron pruebas para evaluar su cognición cada seis meses a partir de los 18 meses de edad y continuaron hasta los 6 años.

Aunque no se notaron cambios en la prueba inicial realizada a los 18 meses, el estudio encontró que los bebés que consumieron grasas omega-3 superaron sistemáticamente al grupo de placebo más adelante en la vida, entre los 3 y 5 años de edad.

De manera específica, el grupo de grasas omega-3 obtuvo un puntaje más alto en las pruebas de aprendizaje de normas, vocabulario e inteligencia.

Esto sugiere que suplementar con grasas omega-3 a una edad temprana, durante el período clave en que el cerebro de su hijo aún se está desarrollando, puede resultar directamente en una mayor inteligencia en la edad escolar y preescolar de los niños. Los investigadores señalaron que:

"... aunque es posible que los efectos de las LC-PUFA [grasas omega-3] no siempre sean evidentes en las tareas de desarrollo estandarizadas a los 18 meses, podrían surgir efectos significativos a futuro [en] actividades más específicas o detalladas".

Se demostró que el omega-3 podría influir y mejorar la función cerebral

El 60 % de su cerebro está formado por grasa. El DHA solo constituye alrededor del 15 % al 20 % de la corteza de su cerebro. Se encuentra en niveles relativamente altos en sus neuronas, las células de su sistema nervioso central, donde brinda apoyo estructural.

Debido a que su cerebro está literalmente conformado por grasas omega-3, tiene sentido que estas grasas desempeñen un papel integral en la función cerebral (e incluso podrían contribuir a la recuperación posterior a una lesión cerebral).

Por ejemplo, más investigaciones encontraron que la suplementación con DHA podría tener un impacto en la actividad funcional del cerebro cortical en niños de 8 a 10 años de edad.

El estudio incluyó a 33 niños sanos que fueron asignados al azar para recibir una dosis diaria de 400 miligramos (mg) de DHA, 1 200 mg o un placebo, durante dos meses. Luego, los investigadores midieron los patrones de activación cerebral de los niños por medio de escaneos por resonancia magnética funcional (IRMf), mientras ellos jugaban videojuegos.

En el grupo que recibió la dosis diaria más elevada, los niveles de DHA en la membrana de los glóbulos rojos (eritrocitos) aumentaron en un 70 %. El grupo de dosis más baja experimentó un aumento del 47 %, mientras que el grupo de placebo tuvo una reducción del 11 % en los niveles de DHA al realizar este tipo de actividades de atención continua.

Los datos del fMRI indican que hubo aumentos significativos en la activación de la parte de la corteza prefrontal dorsolateral del cerebro en los grupos que recibieron DHA suplementario. Esta es un área de su cerebro que se relaciona con la memoria de trabajo.

También se notaron cambios en otras partes del cerebro, incluida la corteza occipital (el centro de procesamiento visual) y la corteza cerebelosa (que desempeña una función en el control motriz). Los investigadores señalaron que:

"Estos hallazgos sugieren que este paradigma de análisis por medio de escaneos podría ser útil para dilucidar los mecanismos neurobiológicos que subyacen a los déficits de la actividad cortical en los trastornos psiquiátricos asociados con las deficiencias de DHA, incluido el TDAH y la depresión severa".

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Las grasas omega-3 también son esenciales durante el embarazo y también en etapas posteriores de la vida

Un suplemento de omega-3 de origen animal y alta calidad es algo que, recomiendo para prácticamente todas las personas, en especial a las mujeres embarazadas, ya que es probable sus beneficios comiencen a aprovecharse en el útero.

De hecho, la investigación ha relacionado el consumo inadecuado de grasas omega-3 de las mujeres embarazadas con parto prematuro y bajo peso al nacer, además de hiperactividad en los niños.

Por lo tanto, no solo es una grasa saludable que sus hijos deberían consumir, sino que quizás usted también debería consumirla, y esto también incluye a los adultos mayores.

Vale la pena hacer énfasis en que las grasas omega-3 se consideran esenciales porque el cuerpo no las puede producir y debe obtenerlas de su alimentación diaria. Los alimentos ricos en DHA incluyen al pescado silvestre, hígado y cerebro, que la mayoría de las personas en los Estados Unidos ya no consumen en grandes cantidades.

Cuando su consumo de omega-3 es inadecuado, sus células nerviosas se vuelven rígidas y más propensas a la inflamación, ya que las grasas faltantes de omega-3 son sustituidas por colesterol y omega-6. Una vez que las células nerviosas se vuelven rígidas e inflaman, se ve comprometida la neurotransmisión adecuada de célula a célula y dentro de las células.

Se cree que la composición de ácidos grasos insaturados del tejido cerebral normal es específica por grupo de edad, lo que podría implicar que además de su importancia durante el desarrollo cerebral, entre más edad tenga, mayores serán sus requerimientos de grasas omega-3 de origen animal con el fin de prevenir el deterioro mental y la degeneración cerebral.

Por ejemplo, los niveles bajos de DHA se han relacionado con la pérdida de memoria y Alzheimer, y las investigaciones sugieren que no solo es posible prevenir las afecciones degenerativas, sino que también podrían revertirse.

Por ejemplo, en un estudio, 485 voluntarios de edad avanzada que padecían déficit de memoria experimentaron una mejoría significativa después de tomar 900 mg de DHA al día durante 24 semanas, en comparación con los controles. La cuestión es que consumir grasas omega-3 es un hábito que debe conservar toda la vida, y es igualmente importante que beber suficiente agua pura y comer vegetales...

¿Cuál es la mejor fuente de grasas omega-3?

Aunque podría hallar una forma útil de omega-3 (ALA) en la linaza, chía, cáñamo y algunos otros alimentos, la forma más beneficiosa de omega-3, que contiene los dos ácidos grasos: DHA y el EPA, que son esenciales para la función cerebral, solo se puede encontrar en el pescado y kril.

Si bien su cuerpo puede convertir el ALA en EPA/DHA, lo hace en una proporción muy baja, y solo cuando cuenta con suficientes enzimas (en las que muchas personas son deficientes).

Por desgracia, casi todos los pescados ricos en EPA y DHA ahora se encuentran gravemente contaminados por mercurio tóxico, por lo que no suelo recomendar el consumo de pescado de forma regular.

La única excepción a esto el salmón silvestre de Alaska o los peces muy pequeños, como las sardinas. El salmón silvestre de Alaska en realidad es el ÚNICO pescado que consumo con regularidad, y el único que me siento cómodo de recomendar como una buena fuente de grasas saludables.

EVITE el salmón de piscifactoría, ya que contiene solo la mitad de los niveles de omega-3 en comparación con el salmón silvestre.

El salmón de piscifactoría también podría contener una variedad de contaminantes perjudiciales tales como toxinas ambientales, astaxantina sintética, subproductos metabólicos peligrosos, así como residuos agroquímicos de organismos transgénicos que provienen del pienso a base de maíz y soya que reciben.

Mi mejor recomendación sobre una fuente de grasas omega-3 de alta calidad es el aceite de kril. El omega-3 en el kril está unido a los fosfolípidos que aumentan su absorción, lo que significa que necesita consumir menos cantidad, y no le causará eructos ni agruras como muchos otros productos de aceite de pescado.

Además, contiene casi 50 veces más astaxantina natural (un poderoso antioxidante), en comparación con el aceite de pescado.

Esto evita que las grasas omega-3 altamente perecederas se oxiden antes de integrarse en su tejido celular. En las pruebas de laboratorio, el aceite de kril no sufrió daños después de haber estado expuesto a un flujo constante de oxígeno durante 190 horas, frente al aceite de pescado, que se hizo rancio después de una hora.

¡Eso hace que el aceite de kril sea casi 200 veces más resistente al daño oxidativo (es decir, a la rancidez) en comparación con el aceite de pescado! Cuando compre aceite de kril, deberá leer la etiqueta y verificar la cantidad de astaxantina que contiene. Entre mayor sea la cantidad mejor, pero cualquier nivel por encima de 0.2 mg por gramo de aceite de kril será un indicio de protección contra la rancidez.

Consejos para proporcionarle grasas omega-3 a los niños

En cuanto a sus hijos, le recomiendo usar suplementos de aceite de kril antes y durante el embarazo, así como durante la lactancia. Los bebés reciben DHA vital a través de la leche materna, por lo que, si puede amamantarlo a lo largo del primer año de vida, le dará a su hijo una gran ventaja para desarrollarse de manera óptima en la vida.

Posteriormente, en cuanto su hijo sea capaz de tragar una cápsula de manera segura, podrá comenzar a tomar un suplemento de aceite de kril de alta calidad. Las cápsulas deben ser de tamaño infantil (aproximadamente la mitad del volumen de una cápsula regular) e inoloras, lo que las hace fáciles y agradables para que los niños las tomen.

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