El impacto global del cambio climático es tan terriblemente vasto y generalizado que podría ser difícil para la mente humana comprender las posibles repercusiones.
Los científicos advierten que, si no se controla, podría promover climas extremos, incluyendo incremento en el nivel del mar, incendios forestales intensos y más frecuentes, inundaciones devastadoras, huracanes más fuertes y sequías prolongadas, que según se proyecta puede provocar un enorme impacto y costos en la salud pública, agricultura, política, crecimiento económico y migración humana.
Pero, hay buenas noticias, ya que los seres humanos tienen el poder de detener, y potencialmente revertir, el cambio climático, pero solo si se toman las medidas adecuadas de inmediato y a escala global.
Si bien, la mayoría de las personas piensan que quemar combustibles fósiles es el principal propulsor del cambio climático, los datos señalan a la agricultura industrial como el mayor factor coadyuvante de la emisión de gases de efecto invernadero.
Se estima que entre el 44 % y 57 % del total de gases de efecto invernadero provienen del sistema alimenticio mundial. Esto incluye a la deforestación, agricultura, procesamiento, envasado, refrigeración, transporte y desperdicio de alimentos.
Entonces, mientras que algunos argumentan que, además de disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero y hacer la transición a una energía 100 % renovable, debe implementarse una nueva y costosa tecnología para capturar el carbono como solución para detener el cambio climático, la evidencia acumulada apunta a una solución menos costosa y más natural; es decir, aprovechar el poder de la madre naturaleza.
Esto incluye a la agricultura regenerativa orgánica, que promueve la salud de los suelos, biodiversidad, captura de carbono en la tierra y restauración de los ecosistemas a gran escala, como la reforestación y recuperación de turberas, manglares, marismas salinas y otros hábitats de ecosistemas importantes, con el poder de extraer y almacenar el exceso de carbono atmosférico.
Columnista del clima indica: “El principal factor del calentamiento futuro es nuestra acción en el presente”
Lo que suceda en la Tierra en el próximo siglo relacionado con el cambio climático dependerá de las acciones que tomemos los seres humanos, indicó el editor adjunto y columnista del clima de la revista New York, David Wallace-Wells, en una reciente entrevista para la emisión del pódcast Joe Rogan Experience.
Wallace-Wells, quien escribió el libro Uninhabitable Earth: Life After Warming, indicó que somos propensos a pensar en el cambio climático como algo que comenzó hace siglos, durante la Revolución Industrial, pero la realidad es que, en la historia de la humanidad, el 50 % del total de carbono que hemos liberado en la atmósfera por la quema de combustibles fósiles se ha producido en los últimos 30 años.
Eso significa que el destino de todo el planeta podría estar en manos de tan solo dos generaciones, porque lo que suceda en los próximos 50 a 100 años a partir de este momento dependerá de cómo los seres humanos abordaremos el cambio climático actual, indicó Wallace-Wells.
El video está disponible solo en inglés
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El cambio climático podría originar incendios forestales más fatales en California
En el video presentado, Rogan y Wallace-Wells analizan cómo el cambio climático ha agravado los incendios forestales en California, lo que podría ocasionar que los incendios sean más intensos y que sucedan con mayor frecuencia. La ciencia demuestra que los incendios forestales en California podrían agravarse hasta 60 veces más conforme se intensifica el cambio climático, señaló Wallace-Wells.
Esa es una predicción alarmante, si consideramos que, en los últimos dos años, California ha tenido algunos de los incendios más destructivos que se hayan registrado. De hecho, el incendio forestal de Mendocino en julio de 2018 fue el más grande del estado, el cual causó 60 % más de daño que cualquier otro incendio anterior.
El cambio climático podría intensificar los incendios forestales en California de muchas formas. Para empezar, cuando las temperaturas son más altas puede generarse un efecto de desecación, convirtiendo la vegetación que una vez fue verde en combustible inflamable para incendios forestales.
En segundo lugar, los científicos indican que el cambio climático ha acortado la temporada de lluvias en California, y cambiado la dirección de los vientos en Santa Ana, de tal forma que podría intensificar los incendios forestales en el sur de California.
En la emisión, Rogan comentó que una vez un bombero le indicó que, con el viento adecuado, solo era cuestión de tiempo para que un incendio llegara a la cima de Los Ángeles, California, y quemara todo a su paso hasta el océano, y entonces, no habría nada ni nadie que pudiera detenerlo.
El desarrollo y expansión urbana son otra razón por la que los incendios forestales podrían agravarse mucho más en California.
Cuando los nativos americanos gestionaban la tierra, a menudo realizaban quemas controladas para evitar la acumulación de madera, pero debido a que algunas de las élites más acaudaladas de los Estados Unidos insisten en vivir en las colinas de California, las quemas controladas no pueden realizarse, indicó Wallace-Wells.
Su observación ha generado una declaración interesante sobre la singularidad de la situación en California, ya que el cambio climático tiende a afectar primero a las zonas más pobres del mundo.
Pero, en lugares como Bel-Air, un lujoso barrio de clase alta en Los Ángeles, los efectos del cambio climático han ocurrido a la inversa, ya que en su mayoría los habitantes ultra ricos son los más afectados por los incendios forestales.
Los daños han sido destructivos y costosos. Se estima que tan solo tres incendios forestales en California, Camp Fire, Woolsey Fire y Hill Fire, mataron a 88 personas, dañaron o destruyeron cerca de 20 000 estructuras y causaron daños por más de 9000 millones de dólares. Esos costos podrían ser solo la punta del iceberg.
El cambio climático podría ascender a los 600 billones de dólares en daños para finales de este siglo
En la entrevista presentada, Wallace-Wells indica cómo el cambio climático se ha convertido en una amenaza invisible. No podemos ver el carbono, y la mayoría de los habitantes en los Estados Unidos no pueden percibir el efecto que tiene el exceso de carbono atmosférico en nuestro planeta, lo que ha dificultado que muchas personas puedan comprender la gravedad del cambio climático.
De hecho, el cambio climático ha tenido un efecto, en el cual es probable que las consecuencias se perciban en un futuro cercano, pero también podría tomar milenios para que ocurran. En una entrevista con Chris Hayes para NBC News, Wallace-Wells indicó que:
“Podrían suscitarse daños climáticos globales de 600 billones de dólares, lo que representaría el doble de la riqueza que existe actualmente en el mundo. Tendríamos cientos de millones de refugiados climáticos, así como el doble de guerras o más.
Y si bien, la temperatura puede impulsar la violencia entre los estados, también podría acrecentar la violencia entre las personas. Entonces, habría más asesinatos, violaciones y violencia intrafamiliar. También puede promover incidentes de enfermedades mentales. Podría alterar las tasas del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) y autismo".
Aunque Wallace-Wells admite que parte de los estudios científicos parecen alarmantes y extremos, aún si solo la mitad resulta ser correcta, nos enfrentamos a un enorme problema, indicó Hayes, y agregó:
"Ahora, gran parte de estos estudios científicos... podrían parecer extremos. Serán analizados.
Esto no significa que los hallazgos que aparecen en cada artículo son una profecía perfecta de lo que nos aguarda en el siglo XXI, pero cuando lea un libro que, al igual que el mío, tenga 300 páginas, [y] en muchas de esas páginas, cada oración indique un estudio diferente, comprenderá la gran cantidad de investigaciones que demuestran que nos dirigimos hacia un resultado sumamente triste, a un ritmo acelerado.
Y que, aún si el 30 %, 40 % o 50 % de los estudios científicos que aparecen en el libro resultan incorrectos, lo cual creo que no ocurrirá, pero incluso si sucediera, todavía podríamos enfrentarnos a un escenario realmente terrible, lleno de sufrimiento. De hecho, considero que podría ser un sufrimiento sin precedentes en la historia de la humanidad".
Podría decirse que una de las cuestiones más desalentadoras que Wallace-Wells señala en su libro es la rápida velocidad a la que se produce el cambio climático, que según indican los datos científicos, podría ocurrir hasta 100 veces más rápido que en cualquier momento de la historia del planeta, el cual es un concepto que apenas empiezan a comprender los científicos.
Nuevos datos demuestran que los océanos han comenzado a calentarse más rápido de lo que se pensaba
Un nuevo estudio publicado en enero en la revista Science hizo una declaración alarmante cuando sus autores informaron que ahora los océanos se calientan más rápidamente de lo que se pensaba.
Un análisis de cuatro observaciones recientes sobre calentamiento oceánico, que fue posible gracias a una flotilla de casi 4000 robots flotantes sumergidos a una profundidad de 2000 metros para medir la temperatura, pH, salinidad y otros datos, encontró que los océanos se calientan hasta un 40 % más rápido en promedio de lo que fue estimado previamente por un panel de las Naciones Unidas.
Este estudio es significativo por dos razones. La primera indica que, alinea la tendencia de los niveles del calor oceánico con los principales modelos de cambio climático, y refuta una investigación anterior que sugería que el cambio climático se había desacelerado, en vez de incrementarse, en los últimos 15 años.
La segunda señala que, la temperatura de los océanos de nuestro planeta es la clave para medir el cambio climático porque se estima que el 93 % del exceso de energía solar atrapada por los gases de efecto invernadero se almacena en los océanos del mundo.
Zeke Hausfather, estudiante graduado del Grupo de Energía y Recursos de la Universidad de California, Berkeley, quien es coautor del artículo, indicó:
"Si desea saber dónde ocurre el cambio climático, observe nuestros océanos. El calentamiento de los océanos es un indicador muy importante del cambio climático, y tenemos pruebas sólidas de que ahora se calientan más rápidamente de lo que pensábamos.
Si bien, el 2018 es el cuarto año más cálido registrado en la superficie, sin duda será el año más cálido registrado en los océanos, como lo fueron el 2017 y 2016. La señal del cambio climático es mucho más fácil de detectar si ocurre más en los océanos que en la superficie".
El cambio climático podría ocurrir hasta 100 veces más rápido que antes
Existen tres conceptos erróneos principales relacionados con el cambio climático; el primero es la velocidad a la que ocurre; el segundo es el alcance; y el tercero es la severidad, indicó Wallace-Wells.
Se cree que el cambio climático es un fenómeno que ocurre muy lentamente a través del tiempo, y que, en todo caso, afectaría a nuestros hijos o nietos, y que el mundo tardaría décadas o incluso siglos para resolverlo, señaló.
Pero, de nuevo, según la investigación, la mitad del total de las emisiones industriales de dióxido de carbono se han liberado en la atmósfera desde 1988, el mismo año en que se descubrieron los peligros que estas emisiones representaban para el clima. Wallace-Wells abordó esta cuestión en la entrevista de Hayes cuando expuso que:
“Los avances científicos ocurrieron a mediados del siglo XIX, pero no se conocieron ampliamente.
Sin embargo, para 1990, cuando la Naciones Unidas establecieron el Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC, por sus siglas en inglés), la comunidad científica sabía exactamente lo que ocurría, lo cual se publicó en todo un volumen, y que no habíamos cambiado el curso de la situación en ningún sentido.
De hecho, hemos ocasionado mucho más daño. Así que, cada año que pasa se convierte en el año con emisiones más altas registradas. Por lo tanto, la situación ha escalado muy rápidamente. Esto significa que ocasionamos el daño en tiempo real. Y eso nos ha brindado lecciones complicadas sobre nuestras acciones, y nuestro concepto de responsabilidad".
Cómo revertir el cambio climático de forma natural por medio de la madre naturaleza
Si bien, toda esta información podría sonar (y es) abrumadoramente aterradora, el lado positivo es que a menudo el miedo es lo que impulsa a tomar acciones. Deberíamos tener miedo, indica Wallace-Wells, y también deberíamos tomar en serio la amenaza del cambio climático. Entonces, ¿qué es lo que nosotros, como humanos, podemos hacer en este momento para abordar el cambio climático?
Wallace-Wells aboga por la necesidad de desarrollar una infraestructura que pueda capturar el carbono. El lugar donde almacenamos ese carbono es donde la situación podría complicarse, indicó. Pero ¿qué pasaría si la madre naturaleza, se utilizara adecuadamente y, pudiera cumplir con nuestro trabajo?
Andre Leu, director de Regeneration International y expresidente de IFOAM Organics International, señaló que ahora la solución para controlar el clima es a través de la regeneración de los suelos.
Los suelos son el mayor vertedero de carbono, después de los océanos. La tierra podría contener más carbono que toda la atmósfera. Pero, el problema es que la agricultura industrial, caracterizada por el arado destructivo, excesivo pastoreo, así como el uso de fertilizantes químicos y pesticidas, ha degradado gravemente nuestros suelos y su capacidad para capturar carbono de manera eficiente.
En algunas áreas muy cultivadas, estas prácticas han ocasionado la pérdida estimada de un 80 % del carbono en el suelo.
Lo curioso es que la causa de esto, la "Revolución Verde", tiene un nombre que de hecho es una denominación inapropiada e irónica, ya que literalmente este tipo de agricultura destructiva es lo que está acabando con nuestra Tierra, la cual está muy lejos de ser una manera "verde" de vivir.
La destrucción de la capa superficial, erosión y desertificación de los suelos se han exacerbado por las prácticas industriales, como la labranza, uso de productos químicos, monocultivo y no utilizar cultivos de cobertura.
Maria Helena Semedo, de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación, advirtió que, si sigue este ritmo actual de degradación de los suelos, ¡toda la capa superficial del mundo podría desaparecer en menos de 60 años!
La transición a la agricultura orgánica regenerativa podría revertir el cambio climático
Por fortuna, la agricultura orgánica regenerativa cuenta con las herramientas para regenerar la salud de nuestros suelos, así como la capacidad para extraer y almacenar el exceso de carbono. Y tenemos noticias aún mejores.
Según Leu, la transición de solo el 10 % al 20 % de la producción agrícola mundial a sistemas orgánicos regenerativos podría capturar suficiente carbono no solo para detener, sino también para revertir el cambio climático. Leu declara que:
“Los sistemas agrícolas que reciclan materia orgánica y aplican la rotación de cultivos pueden aumentar los niveles de carbono orgánico en el suelo (SOC, por sus siglas en inglés).
Esto se logra a través de técnicas tales como rotaciones más largas, coberturas del suelo, cultivos de cobertura, abono verde, legumbres, composta, abono orgánico, biocarbón, plantas perennes, agroforestería, biodiversidad agroecológica y ganadería en pastizales por medio de sistemas de pastoreo sostenibles, como el pastoreo holístico.
Estos sistemas han empezado a incluirse bajo el título de 'agricultura regenerativa', porque regeneran el SOC. La agricultura regenerativa puede cambiar la agricultura al convertirla de un factor significativo de cambio climático en una solución importante.
La adopción generalizada de estos sistemas debe ser la principal prioridad de los agricultores, ganaderos, gobiernos, organizaciones internacionales, industria y organizaciones de cambio climático".
Por lo tanto, si bien el cambio climático representa una grave amenaza que es preocupante e inminente para la humanidad y toda la vida en la Tierra, esta solución no solo tiene el poder de sacarnos de esta crisis, sino también de producir alimentos y sistemas agrícolas más saludables que pueden mejorar la salud pública mientras regeneran los ecosistemas naturales que promueven la biodiversidad, salud de los suelos, agua limpia y clima estable.