La alimentación ancestral puede prevenir la degeneración macular

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

Historia en Breve

  • A los médicos se les enseña que la degeneración macular es una consecuencia inevitable causada principalmente por el envejecimiento y la genética, la cual siempre ha existido con gran prevalencia. Resulta que esto no es del todo cierto
  • Proyecciones sugieren que para 2020, 196 millones de personas desarrollarán degeneración macula, y se espera que aumente a 288 millones para el 2040
  • Antes de 1925, no se registraron más de 50 casos de degeneración macular en toda la literatura mundial. En 1940, se estaba volviendo un poco más común. Para 1975, el 8.8 % de las personas en los Estados Unidos mayores a los 52 años de edad habían desarrollado degeneración macular, la cual abarcaba cerca de 4.5 millones de personas
  • La investigación realizada por el Dr. Chris Knobbe, un famoso oftalmólogo, revela que la degeneración macular es una enfermedad causada principalmente por la alimentación occidental
  • Knobbe recomienda una alimentación ancestral; la cual se basa en comer todo lo que guste, siempre y cuando sea comida real, preparada desde cero, sin aceites vegetales poliinsaturados o grasas trans. También se recomienda minimizar el consumo de harina blanca o el azúcar refinado

El Dr. Chris Knobbe, un famoso oftalmólogo, ha redactado un excelente libro titulado, "Ancestral Dietary Strategy to Prevent and Treat Macular Degeneration", que, como sugiere el título, explica cómo abordar la causa más común de ceguera legal en los Estados Unidos.

Uno de sus héroes es Weston A. Price, el dentista que redacto el clásico libro "Nutrition and Physical Degeneration". No sabía nada sobre el tema cuando leí el libro de Knobbe, pero es muy claro que Knobbe es el equivalente al Dr. Price del siglo XXI.

La diferencia es que Price se enfoco en la salud dental y en las enfermedades degenerativas físicas en general, como la artritis y el cáncer, mientras que Knobbe se concentra en su especialidad, los ojos. Pero sus hallazgos son casi idénticos: los alimentos industrialmente procesados son la raíz de la mayoría de las enfermedades crónicas.

El primer capítulo se encuentra disponible de forma gratuita en cureamd.org, donde también se puede adquirir el libro. Knobbe menciona lo siguiente,

"En última instancia, el siguiente paso que quiero realizar es salir al mundo y evaluar los pocos nichos que aún consumen alimentos ancestrales para analizar su degeneración macular", explica.

No obstante, sin aventurarse en tierras extranjeras, Knobbe ha acumulado una gran cantidad de conocimiento al revisar las investigaciones publicadas, y lo que ha descubierto es sorprendente. A los médicos se les enseña que la degeneración macular es una consecuencia inevitable del envejecimiento y la genética, la cual siempre ha existido. Resulta que esto no es del todo cierto.

La alimentación occidental es un sinónimo de enfermedad crónica

Como para muchos, el interés de Knobbe sobre la alimentación y la nutrición surgió de una experiencia personal. Sufrió de artritis durante 15 años hasta que se enteró de la alimentación paleo, y durante un periodo de 10 días noto una mejora significativa en sus síntomas.

"En pocas palabras, en un periodo de ocho a diez días, los síntomas de artritis mejoraron hasta un 80 %. Esto fue tan increíblemente impactante tras haber sufrido durante 15 años que realmente quería informarme sobre todo lo que se pudiera saber de la nutrición. Simplemente cambió mi vida. Entonces comencé a investigar.

Esto fue en el 2011. Durante los siguientes dos años, investigué la nutrición tanto como pude. Aprendí mucho, pero me perdí, hasta que encontré la investigación de Weston Price.

Price fue un científico, investigador y dentista altamente calificado que, en la década de 1930, pasó la mayor parte de esa década evaluando a personas de todo el mundo durante la transición de alimentaciones nativas y tradicionales a alimentaciones occidentales.

Definió a la alimentación occidental como harina blanca refinada, azúcares, productos enlatados, dulces, confitería y aceites vegetales. Lo que Price descubrió fue que a medida que las personas realizaban la transición a dichos alimentos, comenzaron a desarrollar todas las enfermedades de nuestra civilización.

El punto de partida aquí es que los alimentos nativos y tradicionales contienen 10 veces más vitaminas liposolubles, las cuales son vitaminas A, D y K2, cuatro veces más vitaminas hidrosolubles, las cuales son todas las vitaminas B y C, así como de una y media a 60 veces más minerales que la alimentación en los Estados Unidos.

Todo se simplifica a la harina blanca refinada, azúcares, aceites vegetales poliinsaturados y grasas trans. Al consumir estos alimentos, desarrollamos enfermedades crónicas no transmisibles. Esto incluye enfermedades cardíacas, cáncer derrames cerebrales, presión arterial elevada, diabetes tipo 2, obesidad, todos los trastornos autoinmunes, etc.

Lo entendí todo en el 2013. Pero más tarde ese año, finalmente me impactó. Me preguntaba si la degeneración macular podría formar parte de estas enfermedades, y si podría ser una enfermedad causada por el consumo de alimentos procesados. Esa pregunta cambió el curso de mi vida.

Dejé la práctica de oftalmología para continuar con esto de tiempo completo, porque sentí que era la única manera en la que podía realizar toda la investigación, escribir un libro y publicar artículos para tratar de difundir que nuestra investigación apoya esta hipótesis hasta el último detalle".

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La degeneración macular no forma parte del envejecimiento

La cantidad de trabajo que Knobbe ha incluido en su libro es verdaderamente extraordinaria. Para empezar, realizó un análisis completo histórico de la degeneración macular, al revisar los libros de texto de oftalmología de hace más de 100 años.

Como se mencionó anteriormente, la visión convencional y ortodoxa que se enseña en la escuela de medicina es que la degeneración macular es una enfermedad provocada por el envejecimiento y la genética.

Según Knobbe, se han relacionado 52 variantes genéticas (polimorfismos de un solo nucleótido o SNP) con la degeneración macular. Se cree que fumar, la obesidad y la falta de ejercicio desempeñan un papel moderado. "Por supuesto que con la hipótesis que tenía en mente, cuestioné todo", explica Knobbe.

"Sabía que, se podían establecer conexiones entre la alimentación occidental y la degeneración macular, lo primero que tenía que hacer era regresar y explorar toda la historia de la degeneración macular.

Honestamente, pensé que podría ir a PubMed o Google Scholar y encontraría algunas reseñas excelentes y algunos documentos que cubrían el tema.

Pero no había nada de eso disponible. A principios del 2015, pasé tres o cuatro meses tratando de investigar la historia de esto, porque no pude encontrar ningún tipo de revisión que se haya realizado al respecto".

A continuación, encontrará un breve resumen de la historia que descubrió:

Los oftalmólogos pudieron observar primero la mácula, conocida como retina central, a partir de 1851, gracias al oftalmoscopio, inventado por el médico y físico alemán Hermann von Helmholtz. En 10 años, el uso del oftalmoscopio se había extendido a todos los continentes del mundo.

En 1855, los oftalmólogos comenzaron a producir atlas de la retina y comenzaron a tomarle fotos.

La degeneración macular se describió por primera vez en 1874 por el oftalmólogo británico Jonathan Hutchinson.

En 1895, el oftalmólogo alemán Otto Haab revisó 50 000 registros de pacientes oftálmicos, llegando a la conclusión de que la degeneración macular era tan inusual como la maculopatía traumática y la maculopatía miope (un tipo de visión general de degeneración macular), las cuales son dos condiciones excepcionalmente inusuales hasta el día de hoy.

En 1889, el oftalmólogo austriaco Ernst Fuchs, quien se convirtió en uno de los oftalmólogos más destacados del mundo en las décadas siguientes, publicó su primer libro de texto.

Con un libro de 800 páginas, que contiene solo una oración sobre la degeneración macular. Era básicamente como una nota en el pie de página, sobre que esta condición existe en las personas mayores", explica Knobbe. La segunda edición, publicada en 1919, declaró que la causa principal de la degeneración macular era la miopía.

Los libros de medicina publicados en las siguientes décadas, hasta 1940, contenían poca o ninguna mención de la degeneración macular. Sir Stewart Duke-Elder fue el oftalmólogo más respetado y famoso desde aproximadamente la década de 1920 hasta 1970.

En el libro de texto de Duke-Elder de 1927, no se mencionaba nada en absoluto sobre la degeneración macular. Pero en su libro de texto de la segunda edición de 1940, la degeneración macular recibió hasta 13 páginas. Aquí, Duke-Elder se refirió a esta afección como "una causa común de fracaso en la visión central de las personas mayores".

"En 1927, creo que ni siquiera era tan conocida, lo cual era típico. Para 1940, estaba ganando popularidad", según Knobbe. "Para 1975, en los Estados Unidos, contábamos con el estudio de Framingham.

En ese momento, el 8.8 % de las personas en los Estados Unidos de 52 años de edad habían desarrollado degeneración macular, mientras que el 27.9 % de las personas mayores a 75 años contaban con degeneración macular.

Al hacer los cálculos, eso se traduce en aproximadamente 4.5 millones de personas en Estados Unidos afectadas con degeneración macular. Si nos enfocamos a 50 años antes de 1925, no se registraron más de unos 50 casos de degeneración macular en toda la literatura mundial".

En la actualidad, la primera reacción de los oftalmólogos sobre este tema es: 'pues, no estábamos mirando'. y es porque no han leído estos libros de texto. Si observamos estos libros del siglo XIX, podemos ver que estos médicos eran extraordinarios.

Su atención al detalle hace que la nuestra parezca patética porque ellos ni siquiera tenían imágenes de resonancia magnética. No tenían tomografías de coherencia óptica como las que utilizamos, así como cámaras de fondo y angiografía con fluoresceína.

Ellos no tenían nada de esto. Tenían un oftalmoscopio y el sentido de la vista. Llevaron a cabo exámenes extraordinarios, y se trataba de una enfermedad extraordinariamente inusual".

Según Knobbe, en el 2020 habrá 196 millones de personas con degeneración macular, y se espera que aumente a 288 millones para el 2040. A partir del 2006, 3.15 millones de personas en todo el mundo se encontraban legalmente ciegas en ambos ojos debido a esto.

"Hice los cálculos y resultó que, en este mundo, al menos 270 personas se quedarían ciegas diariamente debido a la degeneración macular", explica.

Su prevalencia es paralela a otras enfermedades crónicas

La investigación de Knobbe también demuestra que la degeneración macular se encuentra fuertemente asociada co la enfermedad cardíaca, diabetes tipo 2, obesidad y síndrome metabólico. "Si observamos lo que ha sucedido con esas enfermedades de manera histórica, todas funcionan paralelamente", menciona.

Como en las enfermedades cardíacas, por ejemplo. Knobbe cita un estudio del 2012 que analizó la historia de todas las enfermedades crónicas en los últimos 200 años. En Boston, 942 personas murieron en 1811, y ni una sola muerte fue debido al corazón, aunque se registraron 25 muertes repentinas. Incluso si estuvieran relacionadas con el corazón, solo conforman el 2.65 %.

"Hubo, en lo mejor de mi experiencia, y numerosas revisiones, ocho casos de ataque cardíaco, infarto de miocardio [y] trombosis coronaria en todo el siglo XIX", menciona Knobbe.

En 1897, el famoso médico Sir William Osler, uno de los socios fundadores del Centro Médico Johns Hopkins en Baltimore, publicó un artículo en el que reveló sus últimos 21 años de experiencia en el hospital.

Observó seis casos de angina de pecho, dolor en el pecho que podría ser cardíaco, pero ni un solo IM (infarto de miocardio o "ataque cardíaco") en un periodo de 21 años. En 1910, dio una conferencia en Londres en la que repasó los siguientes 13 años de su carrera.

Entre 1897 y 1910, había observado 208 casos de angina, pero ningún ataque al corazón aún. Se describió el primer caso confirmado de ataque cardíaco en los Estados Unidos en un artículo de 1912 por el Dr. James Herrick.

"Nadie lo tomó en serio", explica Knobbe. "De hecho, se ignoró este asunto durante aproximadamente una década. No fue hasta la década de 1920 que comenzaron a considerar esta situación, porque en la década de 1920 y 1930, comenzamos a sufrir ataques cardíacos. Es igual que la degeneración macular.

Si nos trasladamos rápidamente hasta el 2010, podemos observar que el 32.3 % de la población muere de una enfermedad cardíaca en los Estados Unidos. Pasamos de una extraordinaria rareza en el siglo XIX a la causa principal de muerte, tomando 1 de cada 3 vidas en ese lapso de tiempo".

La alimentación es la clave

Knobbe resume los cambios alimenticios importantes desde la década de 1880 hasta la actualidad, en los cuales los aceites procesados son de los principales elementos en esta introducción. Tal como lo es la harina refinada.

"Actualmente, el 20 % de la alimentación mundial se basa en el trigo. En los Estados Unidos, el 85 % de estos productos son refinados, es decir, con una deficiencia de nutrientes, como el azúcar en sus numerosas variaciones.

Al llegar al 2009, estos cuatro alimentos (azúcar, harina de trigo refinada, aceites vegetales poliinsaturados y grasas trans) constituyen el 63 % de la alimentación en los Estados Unidos. Esta es la receta para el desastre. Es todo lo que podemos encontrar como base de toda la enfermedad metabólica, incluyendo la degeneración macular".

Según Knobbe, los aceites vegetales y los aceites de semillas industrialmente procesados es probable que sean los más perniciosos, ya que causan un importante estrés oxidativo y se incrustan en las membranas celulares. "Creo que los aceites vegetales poliinsaturados son un gran peligro. Son de los elementos más peligrosos de nuestro suministro alimenticio", explica.

Ahora, es importante considerar que la degeneración macular cuenta con un largo período de incubación. No sucede de la noche a la mañana.

"Si un niño nace hoy, sus padres consumen alimentos procesados y lo primero que recibe es este tipo de alimentos, y los consume durante 40 o 50 años, no tomara mucho tiempo en que tenga un ataque al corazón, ¿verdad? Sucede algo muy similar con la degeneración macular", explica Knobbe.

"Es la razón exacta por la que no tenemos ensayos clínicos controlados aleatoriamente para la enfermedad cardíaca, la enfermedad de Alzheimer y la degeneración macular, y nunca los habrá, ya que es muy difícil controlar la alimentación de las personas y ciertamente no se puede hacerlo durante décadas.

Analizamos los datos de 25 países en relación con el consumo de alimentos procesados, si observamos a Japón, por ejemplo, su prevalencia de degeneración macular fue de aproximadamente del 0.2 % de 1974 a 1979. 30 años después, en el 2007, su prevalencia de degeneración macular fue del 11.4 %. Ese es el número más moderado.

Eso muestra que su degeneración macular se elevó 57 veces más en un período de 30 años. Actualmente, esto no se puede explicar por medio del envejecimiento o la genética. Pero cuando observamos la información, esto fue lo que sucedió: el consumo de azúcar se duplicó aproximadamente, pero ese no fue el gran problema.

Este es el gran problema: En 1961, cada persona consumía 9 gramos de aceites vegetales poliinsaturados al día. Para el año 2000, se incrementó hasta 40 gramos al día.

El consumo de aceite vegetal aumentó hasta cuatro y medio, ya que comenzaron a abrir restaurantes de comida rápida y mucho más. Comenzaron a obtener todos nuestros alimentos procesados".

El mismo patrón se encontró en Nueva Zelanda, donde la prevalencia de degeneración macular fue del 1.3 % en 1967 hasta alcanzar el 10.3 % en el 2014, un aumento de ocho veces. Nuevamente, este aumento radical es paralelo a un aumento masivo en el consumo de aceite vegetal.

Según Knobbe, desde la publicación de su libro en el 2016, así como de sus comentarios públicos sobre el tema, las personas informan que su degeneración macular se ha estabilizado o mejorado después de seguir sus recomendaciones, las cuales se reducen a:

  • Evitar los alimentos procesados, ya que la mayoría se encuentran repletos de aceites vegetales procesados realmente dañinos y azúcares añadidos.
  • Consumir alimentos enteros sin procesar, incluyendo mariscos capturados en la naturaleza, carne orgánica de animales alimentados con pastura, así como puerco y aves de corral.

¿Qué pasa con los suplementos?

Tradicionalmente, los dos carotenoides recomendados para la salud de la retina son la zeaxantina y la luteína. Una adición más reciente es la astaxantina, la cual es el antioxidante carotenoide más potente que se conoce.

El estudio de enfermedades oculares relacionadas con la edad (AREDS, por sus siglas en inglés), el cual comenzó en la década de 1990, analizó específicamente los suplementos de vitaminas y minerales para la degeneración macular relacionada con la edad (DMAE). El grupo de tratamiento consumió vitaminas C y E, betacaroteno y zinc durante un periodo de cinco años.

Como lo explicó Knobbe:

"En las etapas 1 y 2 de degeneración macular, las cuales son las primeras etapas, no existe ningún beneficio con el suplemento. Mientras que en la etapa 3, la cual es la DMAE moderada en ambos ojos, o en la 4, que es la DMAE avanzada en un ojo, el 20 % de dicha población desarrollo una DMAE más avanzada durante el período de cinco años.

En el grupo de control que mostraba una DMAE moderada o avanzada en un ojo, el 28 % desarrolló una peor degeneración macular. La diferencia fue del 28 % frente al 20 %. Esto significa que el 8 % de las personas (1 de cada 13) que recibieron suplementos se encontraban en mejores condiciones, por lo que el número necesario para tratar es el 13.

Lo que las personas deben saber es que, si desarrollaron DMAE moderadamente avanzada o DMAE avanzada en un ojo y consumen dichos suplementos, existe una posibilidad de 1 a 13 de que se puedan beneficiar.

Todos los estudios demuestran que no se puede prevenir la degeneración macular con el uso de suplementos. Nunca ha existido un estudio que lo demuestre.

Posteriormente, realizaron el estudio AREDS 2. En dicho estudio, proporcionaron la fórmula AREDS. Así como ácidos grasos omega-3 o carotenoides, luteína y zeaxantina. Lo que encontraron en el análisis primario fue que no existían beneficios para los omega-3, los carotenoides, la luteína y la zeaxantina. Ningún beneficio en lo absoluto.

Regresaron para analizar nuevamente todos los datos y determinaron que existía un ligero beneficio a favor de la suplementación con luteína y zeaxantina.

Pero, es muy importante considerar que hubo otra investigación realizada por Carl Awh y sus colegas, con la cual observaron la genética comparada con los suplementos.

Sin considerar el componente genético, comprendimos que cerca del 30 % de los pacientes que consumen la fórmula original de ARED empeoraran como si no consumieran ningún suplemento; mientras que el 8 % se encontraba mejor, pero hasta el 30 % podría estar peor".

Actualmente, gran parte de este efecto negativo puede estar relacionado con las formulaciones vitamínicas específicas utilizadas.

La vitamina E sintética, por ejemplo, ha demostrado que causa problemas potenciales como resultado del uso de dosis elevadas de un solo isómero, conocido como alfatocoferol y ninguno de los tocotrienoles. También pueden haber utilizado carotenoides sintéticos. Aun así, al observar la evidencia, la mejor opción es abordar las elecciones diarias de alimentos.

Para proteger su visión, implemente una alimentación ancestral

Como lo señaló Knobbe:

"Le explico a las personas que este tipo de alimentación en realidad es el régimen más sencillo que se puede seguir. Puede preparar cualquier tipo de comida, como todos los alimentos étnicos que quiera consumir. No importa si es un bistec o unas donas. Puede prepararlos de manera ancestral si elimina los alimentos procesados.

Cuando las personas me preguntan: '¿Puedo comer comida mexicana o china?'. Por supuesto. Puede comer lo que guste, pero la única forma de hacerlo de manera segura, es al prepararlos usted mismo o verificar que se encuentren preparados sin aceites vegetales poliinsaturados y sin grasas trans.

Esencialmente trate de minimizar la harina blanca refinada [y] el azúcar.

Si lo hace, creo que se encuentra en el camino correcto en términos de corregir su alimentación. Tengo que aceptar que no es nada sencillo.

Si no cocina ni prepara sus propios alimentos, entonces considero que su riesgo es mucho mayor, a menos que conozca que sus alimentos están siendo preparados adecuadamente sin ese tipo de componentes".

Los órganos son una parte importante de la alimentación ancestral

Además, el enfoque ancestral hace hincapié en consumir todas las partes del animal, lo que significa que no solo se trata de comer bistec, sino también los órganos y el tejido conectivo (como en el caldo de huesos y otros por el estilo).

Naturalmente, se recomienda evitar los productos animales criados en operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés), ya que este tipo de animales no consumen alimentos naturales, sino que se trata de granos transgénicos con antibióticos y otros medicamentos añadidos.

Idealmente, es necesario buscar productos de res y animales alimentados 100 % con pastura y certificados por la American Grassfed Association (AGA).

Si consume exclusivamente carne de musculos, obtendrá niveles relativamente elevados de metionina, lo que podría causar muchos problemas. Se puede eliminar dicho riesgo por medio de cantidades suficientes glicina del tejido conectivo.

"No podría estar más de acuerdo", explica Knobbe. "Personalmente, me gusta consumir mucha carne, pero he estado consumiendo caldo de huesos con colágeno añadido desde hace un par de años y parece que me ha caído de maravilla.

No tengo ninguna duda, todos los datos respaldan el hecho de que los pacientes con degeneración macular cuentan con una deficiencia de vitamina A, D y K2. Las cuales se pueden obtener de la carne de órganos, especialmente del hígado de res y pollo.

Los aceites de hígado de pescado, como el hígado de bacalao, son fuentes fantásticas de vitaminas A y D. Tal como los huevos de pescado, conocida como hueva de pescado.

Estas son buenas opciones para las personas que les gusta el sushi. Pero para las personas que no comen hígado, se recomienda que consideren un suplemento de aceite de hígado de bacalao extra virgen. Puede consumir una cucharada, dos veces por semana para obtener excelentes dosis de vitaminas A y D. Los cuales son nutrientes esenciales".

Knobbe también concuerda en que la exposición al sol es un componente importante. No solo es la mejor forma de optimizar los niveles de vitamina D, sino que la exposición al sol también aumenta el óxido nítrico y mejora la generación de ATP, y tal como lo señala Knobbe, la DMAE es un proceso patológico que radica en la disfunción mitocondrial.