La vitamina D desempeña un rol importante en diversos padecimientos. Podría ser una de las soluciones más simples para una amplia variedad de problemas de salud. A pesar del nombre, la vitamina D pertenece a un grupo de moléculas esteroideas que son metabolizadas por el hígado y los riñones.
De acuerdo con el Consejo de Vitamina D, el cuerpo atraviesa numerosas transformaciones de esta molécula en una hormona que experimenta numerosos cambios durante el proceso, antes de que realmente pueda empezar a actuar para controlar el calcio en la sangre, huesos e intestino, y para favorecer la comunicación intercelular.
La vitamina D se obtiene de manera óptima a través de exponerse a los rayos del sol, una pequeña cantidad de fuentes alimenticias y suplementos.
Dado que muchos dermatólogos, otros médicos y agencias de atención médica como los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) comenzaron a indicarles a las personas evitar los rayos del sol y utilizar cantidades generosas de protector solar antes de estar al aire libre, la deficiencia de vitamina D ha alcanzado proporciones epidémicas.
Aunque, la justificación para evitar los rayos del sol es que puede disminuir el riesgo de cáncer de piel, la deficiencia de vitamina D podría elevar el riesgo de muchos otros tipos de cáncer, incluyendo el cáncer de piel.
Ahora más que nunca entendemos más sobre la vitamina D. Muchas personas se han percatado de que muchas de las antiguas recomendaciones sobre la exposición a los rayos del sol y la vitamina D no son precisas y han contribuido al deterioro de la salud.
La presión arterial alta en los niños es una enfermedad recientemente relacionada con los bajos niveles de vitamina D. En un estudio publicado en la revista Hypertension de la Asociación Americana del Corazón, los investigadores encontraron que la deficiencia de la vitamina D en los niños eventualmente puede originar presión arterial alta durante la infancia y adolescencia.
La deficiencia de vitamina D infantil es un indicador de presión arterial alta
Un estudio de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades demostró que el 4 % de las personas entre las edades de 12 y 19 años padecía presión arterial alta, y otro 10 % tenía presión arterial elevada. Un análisis con más de 12 000 participantes produjo estos resultados al utilizar las guías de práctica clínica del 2017 para presión arterial alta.
La aplicación de las nuevas directrices provocó un incremento neto en el número de niños y adolescentes entre las edades de 12 y 19 años con presión arterial alta. La presión arterial alta puede dañar la salud cardíaca y bienestar de muchas maneras, entre ellas al incrementar el riesgo de insuficiencia cardíaca, ataque cardíaco, derrame cerebral y enfermedad renal.
Las investigaciones previas han demostrado que los bajos niveles de vitamina D en adultos pueden elevar el riesgo de presión arterial alta, pero se desconocía el grado en el que podían afectar a los niños hasta que se publicó un nuevo estudio realizado en la institución Boston Medical Center.
En este estudio, los investigadores monitorearon a 775 niños entre las edades comprendidas desde el nacimiento hasta los 18 años, desde 2005 hasta 2012, para investigar el efecto de la vitamina D en el desarrollo de la presión arterial sistólica alta.
Para el propósito del estudio, los bajos niveles de vitamina D se definieron como menos de 11 nano gramos por mililitro (ng/mL) al nacer y menos de 25 ng/mL durante la primera infancia.
Los investigadores compararon quienes tenían bajos niveles de vitamina D contra niños que nacieron con niveles adecuados. Encontraron que los niños con bajos niveles tenían un riesgo aproximado 60 % más alto de presión arterial sistólica alta entre las edades de 6 y 18 años.
Los niños que experimentaron niveles persistentemente bajos durante la infancia tenían el doble de riesgo de presión arterial sistólica alta entre las edades de 3 y 18 años. El autor principal, Guoying Wang, Ph. D., científico asistente en la Universidad Johns Hopkins, comentó las siguientes implicaciones:
“Actualmente, no hay recomendaciones de la Academia Americana de Pediatría para evaluar los niveles de vitamina D en las mujeres embarazadas y niños pequeños.
Nuestros hallazgos plantean la posibilidad de utilizar la detección y tratamiento de la deficiencia de vitamina D con suplementos durante el embarazo y la primera infancia como un método eficaz para disminuir la presión arterial alta más adelante".
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La vitamina D y el estrógeno podrían atenuar el síndrome metabólico
El síndrome metabólico es un conjunto de síntomas fisiológicos relacionados con el desarrollo de enfermedades cardiovasculares y diabetes tipo 2. Y según la Clínica Mayo, estos síntomas incluyen a la presión arterial alta, altos niveles de azúcar en la sangre, exceso de grasa corporal alrededor de la cintura y niveles anormales de colesterol o triglicéridos.
Si bien, si solo presenta uno de estos síntomas no significa que padece el síndrome metabólico, sino que podría significar que se encuentra en mayor riesgo de una enfermedad grave. El síndrome metabólico también se conoce por los términos de síndrome dismetabólico, síndrome de resistencia a la insulina, síndrome de obesidad y síndrome X.
La prevalencia del síndrome metabólico puede elevarse a medida que las mujeres empiezan el proceso de menopausia, lo que podría explicar en cierta medida la aceleración de una enfermedad cardíaca después de la menopausia.
Los científicos han especulado que estos cambios pueden estar relacionados con problemas ováricos o redistribución de la grasa en el área del estómago, que está asociada con la deficiencia de estrógenos.
La combinación de los niveles adecuados de vitamina D y normales de estrógeno se ha documentado ampliamente como una forma de mejorar la salud ósea. En un estudio reciente, los investigadores encontraron datos que sugieren que esta misma combinación podría ayudar a prevenir el síndrome metabólico.
Y escribieron que el síndrome metabólico podría afectar entre el 30 y 60 % de las mujeres posmenopáusicas a nivel mundial. Esto ha llevado a algunos a recomendar tratamientos con estradiol durante los primeros seis años después de la menopausia, para ayudar a prevenir enfermedades cardíacas.
En ese estudio, los investigadores analizaron una sección representativa de 616 mujeres posmenopáusicas que tenían entre las edades de 49 y 86 años, quienes no tomaban suplementos de estrógeno, vitamina D ni calcio. Al final del período de recolección de datos, tomaron muestras sanguíneas para medir los niveles de estrógeno y vitamina D.
Encontraron que los niveles más altos de vitamina D se correlacionaban positivamente con mediciones de presión arterial, niveles de glucosa y perfiles de lípidos más saludables.
Asimismo, los datos revelaron que los bajos niveles de estrógeno elevaban el riesgo de síndrome metabólico en quienes tenían bajos niveles de vitamina D. Ahora consideran que los resultados podrían sugerir un rol sinérgico entre la vitamina D y la deficiencia de estrógeno en el síndrome metabólico posmenopáusico.
La deficiencia de vitamina D podría afectar a más del 75 % de la población
Un simple error matemático podría explicar las inexactitudes en la cantidad de vitamina D que se considera necesaria para mantener una salud óptima. Como señaló un artículo de 2014, el entonces Instituto de Medicina (que cambió su nombre a Academia Nacional de Medicina en 2015) subestimó los requerimientos por un factor de 10 debido a un error de cálculo.
Si este dato se corrigiera, la recomendación oficial sería de 6 000 UI al día para los adultos, y no 600 UI; sin embargo, el Consejo de Vitamina D recomienda 5 000 UI. Según los datos publicados en Archives of Internal Medicine, el 75 % de los adultos y adolescentes de los Estados Unidos es deficiente en vitamina D, con base en un nivel de suficiencia de 30 ng/mL.
La deficiencia podría afectar a alrededor de 1 000 millones de personas en el mundo y atribuirse a actividades relacionadas con el estilo de vida, como menos horas de exposición a los rayos del sol.
Los factores ambientales también desempeñan un rol, y están relacionados con la contaminación del aire, que podría disminuir nuestra exposición a los rayos del sol. Los bajos niveles de vitamina D pueden ser un factor de riesgo independiente para diversas enfermedades crónicas.
La única manera de identificar definitivamente una deficiencia de vitamina D es a través de realizar pruebas sanguíneas. Sin embargo, algunos signos y síntomas generales pueden indicar que es el momento de ser proactivo. Encontrará un debate sobre este tema en mi artículo anterior, "Las 5 señales principales de la deficiencia de vitamina D".
Los factores de riesgo para los bajos niveles de vitamina D incluyen exponerse de forma inusual a los rayos del sol o siempre utilizar protector solar cuando se encuentra al aire libre, tener una pigmentación oscura de la piel, ser mayor de 50 años, padecer obesidad y padecer problemas gastrointestinales.
Si bien, exponerse a los rayos del sol de forma prudente y regular es la mejor manera de optimizar sus niveles de vitamina D, las personas que viven en climas del norte podrían necesitar un suplemento oral, especialmente durante los meses de invierno.
La única manera de calcular la cantidad de suplemento que necesita es al analizar sus niveles sanguíneos, idealmente dos veces al año. Realice una prueba una vez a principios de la primavera, después de los meses de invierno para asegurarse de tomar suficiente cantidad de suplementos durante todo el invierno, y nuevamente a principios del otoño, cuando sus niveles están en su punto máximo.
Su objetivo es tener un nivel situado entre los 60 y 80 ng/mL, con 40 ng/mL como el límite más bajo de suficiencia. De hecho, una nueva investigación en 2018 demostró que los niveles óptimos para prevenir el cáncer se encontraban entre 60 y 80.
La deficiencia puede elevar el riesgo de cáncer y mortalidad
Aunque algunas personas pueden tener problemas para aceptar el hecho de que con solo una vitamina podría lograrse un impacto significativo en la salud, bienestar y longevidad, o que la deficiencia de vitamina D es problemática, existe una amplia cantidad de investigaciones y evidencia que expone lo contrario.
Como mencioné anteriormente, los bajos niveles de vitamina D se han relacionado con un mayor riesgo de algunos tipos de cáncer, padecimientos intestinales y cutáneos. También, podría tener un impacto negativo en su sistema inmunológico.
La deficiencia de vitamina D está fuertemente relacionada con una mayor mortalidad. En un estudio se utilizó una puntuación de riesgo de mortalidad epigenética, desarrollada con base en la metilación total del ADN en la sangre, para determinar si el estado de la vitamina D estaba relacionado con este riesgo.
Asimismo, otro objetivo del estudio fue constatar si la vitamina D y puntuación del riesgo de mortalidad podrían utilizarse juntos para predecir la mortalidad por todas las causas en una población general de adultos mayores.
Los investigadores midieron a 1467 participantes cuyas edades oscilaban entre los 50 y 75 años, y encontraron que, de hecho, esta combinación era un buen indicador de la probabilidad de mortalidad por todas las causas.
Aunque se han propuesto diversas propiedades anticancerígenas en la vitamina D, los datos sugieren que el metabolismo y función de esta vitamina están desregulados en muchos tipos de cáncer.
Los investigadores consideran que esto podría contribuir en el desarrollo y progresión del cáncer. Eso significa que es de vital importancia comprender esta desregulación, así como el rol de la vitamina D en el cáncer.
Además de influir en el cáncer y la mortalidad por todas las causas, los bajos niveles de vitamina D también podrían desencadenar el síndrome del ojo seco y degeneración macular.
De igual manera, considero que la vitamina D podría tener un impacto beneficioso en todas las enfermedades autoinmunológicas. Muchos estudios han encontrado un fuerte vínculo entre la esclerosis múltiple y deficiencia de la vitamina D.
La vitamina D desempeña un rol en las enfermedades reumáticas inflamatorias, como la artritis reumatoide. Según un estudio, muchas personas con lupus eritematoso sistémico (SLE) presentaron algún nivel de deficiencia de vitamina D, definido en el estudio como un nivel de 10 ng/mL o inferior, o deficiencia definida entre 10 y 30 ng/mL.
Como informó otro estudio, un adulto mayor con bajos niveles de vitamina D podría tener "un riesgo sustancialmente mayor de demencia por todas las causas y Alzheimer".
Algunos científicos también han encontrado una conexión entre la depresión y la deficiencia de vitamina D y el impacto de sus bajos niveles en la resistencia a la insulina, que puede propiciar la aparición de la diabetes tipo 2.
Las vitaminas D3 y K2 podrían protegerle de la calcificación arterial
Si bien, la vitamina D es esencial para tener una buena salud y puede obtener mayores niveles al exponerse de forma prudente a los rayos del sol, si sus niveles no son lo suficientemente altos, es posible que necesite un suplemento.
Sin embargo, es vital que tome vitamina D con suficiente cantidad de vitamina K2 (MK7), ya que ambos son necesarios para retrasar la progresión de la calcificación arterial.
La vitamina D puede mejorar el desarrollo óseo al ayudarle a absorber el calcio, mientras que la vitamina K2 puede orientar el calcio hacia el esqueleto y evitar que se deposite en las arterias. Hay dos formas de vitamina K; es decir, K1 y K2. La vitamina K1 participa principalmente en la coagulación de la sangre, mientras que la vitamina K2 tiene una variedad de funciones más amplia.
En un estudio a largo plazo, en el que participaron 36 629 personas, los investigadores encontraron que la vitamina K2 había disminuido el riesgo de enfermedad arterial periférica en quienes padecían presión arterial alta, en cambio la vitamina K1 no había exhibido ningún efecto. Otros datos sugieren que el cuerpo puede absorber la vitamina K 10 veces más cuando está en su forma MK-7.
Los hallazgos indican que la MK-7 de la vitamina K2 es bioactiva. Puede regular la aterosclerosis, cáncer, enfermedades inflamatorias y osteoporosis. La vitamina K2 podría disminuir el riesgo de daño en el sistema cardiovascular al activar una proteína que evita que el calcio se deposite en las paredes de los vasos sanguíneos.
Si ha considerado llevar una suplementación, es importante saber que las vitaminas D2 y D3 no son intercambiables.
En un estudio que contó con la participación de 335 mujeres del sur de Asia y caucásicas de Europa, los investigadores encontraron que quienes tomaban vitamina D3 experimentaban el doble de efectividad para elevar sus niveles de vitamina D, en comparación con la vitamina D2.
Según otra recopilación de datos y análisis de 50 estudios controlados aleatorios en la base de datos Cochrane, los investigadores hallaron que la vitamina D3 disminuía la mortalidad en mujeres de edad avanzada que se encontraban en instituciones y centros de cuidado de personas dependientes. La vitamina D2 no tuvo efectos sustanciales en la mortalidad.
La astaxantina es su protector solar interno
La mejor opción es mantener niveles óptimos de vitamina D a través de exponerse de forma prudente a los rayos del sol. Sin embargo, tanto exponerse mucho como demasiado poco podría ser problemático.
Además, posiblemente deba evitar ciertos protectores solares comerciales por su contenido de químicos dañinos de fácil absorción a través de la piel. Cuando esto ocurre, está expuesto a diversos riesgos que pueden superar a los beneficios.
Una opción que debe considerar es el uso de astaxantina, comúnmente llamada el “rey de los carotenoides”. El carotenoide en la astaxantina se produce de forma natural en un tipo específico de microalgas y ciertos mariscos. Los mariscos con la mayor cantidad de astaxantina son los que consumen estas microalgas, incluyendo al salmón silvestre de Alaska y el kril.
Uno de los beneficios de este nutriente es su capacidad para proteger la piel de los rayos del sol y disminuir los signos del envejecimiento.
En un ensayo clínico con 21 participantes, los investigadores encontraron que después de tomar 4 mg de astaxantina al día, durante solo dos semanas, los participantes incrementaron en un promedio del 20 % el lapso de tiempo de resistencia al enrojecimiento de la piel por la radiación UV.
Un estudio se propuso evaluar los efectos de la suplementación con astaxantina sobre el deterioro de la piel inducido por los rayos UV. Con la participación de 23 japoneses saludables en una investigación doble ciego, controlada por placebo, de 10 semanas, los investigadores encontraron que quienes tomaban astaxantina disminuían la pérdida de humedad.
De igual manera, habían mejorado la textura de su piel y parecían experimentar efectos protectores contra el deterioro de la piel debido a los rayos UV.
En otro estudio que evaluó los efectos de la radiación en ratones sin pelo, los investigadores encontraron que la suplementación alimenticia con astaxantina reducía significativamente la formación de arrugas y pérdida de agua. Sugirieron que los resultados indicaban que la suplementación alimenticia con astaxantina era útil para proteger y retardar el envejecimiento de la piel.
Optimice sus niveles de vitamina D
Recuerde que, es mejor optimizar sus niveles de vitamina D por medio de los rayos del sol, en vez de suplementos orales.
Antes de considerar una suplementación con las vitaminas D3 y K2 en su forma MK-7, primero debe realizarse una prueba ya que no podrá conocer sus niveles a simple vista. GrassrootsHealth proporciona una prueba simple combinada, de vitamina D con grasas omega-3, que son nutrientes importantes para mantener una salud óptima.
Aunque muchos laboratorios y médicos se basan en 40 ng/mL como límite de deficiencia de vitamina D, recuerde que el nivel ideal para mantener la salud y prevenir enfermedades se sitúa entre 60 y 80 ng/mL.
Una vez que conozca sus niveles, considere aplicar una herramienta simple de GrassrootsHealth (disponible solo en inglés) para estimar la cantidad adicional que necesita para alcanzar su nivel objetivo.