Un estudio encontró que, en los hogares de zonas urbanas, donde se utilizaban productos de limpieza con mayor frecuencia que en los hogares de zonas rurales, había una mayor diversidad de hongos de lo que se esperaba. El estudio, "Home Chemical and Microbial Transitions Across Urbanization", fue publicado en la revista Nature Microbiology.
Los investigadores examinaron y compararon las circunstancias químicas y microbianas de los hogares de zonas urbanas y rurales en la cuenca del Amazonas, así como de sus pobladores.
Las viviendas variaban desde un pueblo de la selva tropical con chozas de paja que no tenían paredes y un pueblo rural peruano con casas de madera, pero sin plomería interior a una ciudad peruana más poblada de 400 000 habitantes, con características más modernas hasta los zonas elevadas y dispersas en la metrópolis de Manaus, en Brasil.
Lo que los investigadores descubrieron de la amplia sección transversal de las zonas urbanas y rurales fue sorprendente:
"El grado de urbanización se correlacionó con los cambios en la composición de las comunidades bacterianas y microeucariotas de los hogares, la diversidad de hongos de los hogares y la piel, y la mayor abundancia relativa de hongos en la piel humana y bacterias en las casas.
En general, nuestros resultados indican que la urbanización tiene efectos a gran escala en las exposiciones químicas y microbianas, así como en el microbioma humano".
Los productos de limpieza pueden fomentar el desarrollo de los hongos
Muchas personas son conscientes de los graves peligros de las bacterias resistentes a los antibióticos causados por el uso excesivo de antibióticos. (Pero ¿los hongos también se vuelven resistentes a los productos de limpieza y químicos como sugiere el estudio?)
La resistencia de los hongos a los productos de limpieza y químicos solo es una explicación que los investigadores exponen en el estudio, pero las sustancias son las principales sospechosas.
Asimismo, los investigadores cuestionan si los hongos se han desarrollado debido a las temperaturas más cálidas, típicas de los hogares de zonas urbanas, y por otros factores más probables en los hogares urbanos, en comparación con las viviendas menos desarrolladas, como un menor flujo de aire y entrada de luz natural.
Incluso, hay otra faceta de la urbanización que podría estar en juego en esta mayor presencia de hongos, indica Maria Gloria Domínguez-Bello, profesora del departamento de bioquímica y microbiología y el departamento de antropología de la Universidad de Rutgers, Nuevo Brunswick, así como autora principal de la investigación Nature Microbiology.
La vida moderna nos encierra con compuestos industriales y niveles más altos de dióxido de carbono, indica. No es sorprendente que estar aislado de las propiedades curativas de la naturaleza pueda tener consecuencias negativas en la salud.
De manera similar, en el documental Down to Earth, se determina que la conexión con la Tierra (grounding, en inglés) o earthing, en la que los pies sin zapatos hacen contacto con la tierra, neutraliza los radicales libres en el cuerpo a través del acceso a los electrones negativos en el suelo.
También, se dice que el grounding puede disminuir el voltaje indeseado que los humanos podrían recibir de los campos electromagnéticos que son ubicuos en los países desarrollados.
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La urbanización incluye muchos factores nocivos
Como cabría esperar, los investigadores encontraron moléculas de medicamentos y agentes de limpieza en hogares de zonas urbanas, pero no en hogares de zonas rurales o de la selva. Y los investigadores hicieron otro descubrimiento fascinante: en los hogares rurales o de la selva tropical, había una mayor variedad de bacterias y hongos en el aire libre, y menor variedad que colonizaban el cuerpo humano y eran dañinas.
Un estudio en Science Advances confirma la presencia de bacterias deseables en el microbioma intestinal de las personas que viven en áreas aisladas y menos afectadas por la urbanización, pero lo sorprendente es que también señaló la existencia de genes de resistencia a los antibióticos:
"La mayoría de los estudios sobre el microbioma humano se han enfocado en personas occidentalizadas con prácticas de estilo de vida que disminuyen la supervivencia y transmisión microbiana, o en sociedades tradicionales que actualmente están en transición hacia la occidentalización.
Calificamos el microbioma bacteriano fecal, oral y cutáneo y el resistoma de los miembros de una aldea amerindia yanomami aislada, sin contacto previo documentado con personas occidentales. Estos yanomamis tienen un microbioma con la mayor diversidad de bacterias y funciones genéticas jamás reportadas en un grupo humano.
A pesar de su aislamiento, que se cree data de hace más de 11 000 años, desde que sus antepasados llegaron a América del Sur, y sin una exposición conocida a los antibióticos, albergan bacterias que portan genes funcionales de resistencia a los antibióticos (AR), incluyendo aquellos que confieren resistencia a los antibióticos sintéticos y son sintéticos con elementos de movilización.
Estos resultados sugieren que la occidentalización puede afectar significativamente en la diversidad del microbioma humano y que al parecer los genes AR funcionales son una característica del microbioma humano, incluso ante la ausencia de exposición a antibióticos comerciales".
Un microbioma humano con menor riqueza bacteriana podría estar relacionado con una mayor incidencia de enfermedades inmunológicas y metabólicas, como el asma, alergias, diabetes y obesidad en los últimos años, señala Maria Gloria Dominguez-Bello, profesora de medicina en el Centro Médico Langone de la Universidad de Nueva York. Incluso el autismo está relacionado con la urbanización, que a su vez está vinculada con una pérdida de diversidad del microbioma.
Los medicamentos occidentales agotan las poblaciones de bacterias beneficiosas
El uso repetido de antibióticos, que se observa en entornos urbanos, y rara vez en la selva y entornos rurales, puede elevar el riesgo de diabetes tipo 2 al alterar la población de bacterias intestinales, escriben investigadores para European Journal of Endocrinology:
"El tratamiento con dos a cinco ciclos de antibióticos se relacionó con un mayor riesgo de diabetes debido a la penicilina, cefalosporinas, macrólidos y el riesgo aumentó en función de la cantidad de ciclos de antibióticos".
Existen otros riesgos en el microbioma intestinal debido a la urbanización. Los pesticidas, alimentos procesados y cesáreas también podrían contribuir a la dramática disminución en la riqueza bacteriana del microbioma intestinal humano. Estos factores rara vez se observan en culturas menos desarrolladas, pero abundan en entornos urbanos.
De hecho, incluso un estudio sugiere que los sofisticados sistemas de saneamiento y alcantarillado, que es la característica distintiva de los cultivos desarrollados, pueden ser un factor determinante en la destrucción de la diversidad microbiana, y quizás más importante que los antibióticos.
El auge de las infecciones fúngicas en los humanos
En las últimas décadas, se ha suscitado un auge en las infecciones fúngicas, principalmente debido a la creciente población de personas inmunocomprometidas que reciben quimioterapia intensiva y quienes padecen VIH. La criptococosis, que es una enfermedad fúngica, estuvo muy relacionada con pacientes inmunocomprometidos con VIH.
Pero, en 1999, apareció una especie diferente de hongo llamado Cryptococcus gattii o C. Gatti, el cual no estaba relacionado con pacientes con VIH. Anteriormente, la enfermedad tropical, C. gattii había comenzado a infectar a personas sanas en el noroeste del Pacífico, lo que llevó a los médicos a cuestionarse si el cambio ambiental podría favorecer la prevalencia de algunos patógenos fúngicos.
Luego, en 2009, surgió la Candida auris, un hongo de levadura mortal que era desconocido. Descrito por primera vez en un paciente japonés con una infección auditiva, que desde ese momento se convirtió en un patógeno de rápida propagación, que es especialmente ominoso porque a menudo es resistente a múltiples medicamentos.
La C. auris afecta principalmente a quienes ya están gravemente enfermos y mata a un tercio de los que infecta. Su resistencia a múltiples medicamentos significa que los hospitales tienen dificultades para erradicarla. El origen y la propagación de la C. auris no tiene precedentes, indica NBC News:
"La C. auris no se ha propagado como lo haría un virus, al extenderse desde un punto. En cambio, ha aparecido al mismo tiempo en diferentes partes del mundo, incluyendo a la India, Sudáfrica y América del Sur.
'Fue realmente desconcertante que la Candida auris apareciera al mismo tiempo en tres continentes', indicó ... el Dr. Arturo Casadevall, Presidente del departamento de microbiología molecular e inmunología de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins.
Casadevall y su equipo pensaron que la aparición del hongo se debía a algún tipo de cambio en el medio ambiente de la Tierra, en este caso, un aumento gradual en la temperatura".
Lo que es especialmente extraño, indica NBC News, es que por lo regular los hongos son atraídos por las zonas más frías del cuerpo humano, como los pies y las uñas. En el pasado, los hongos no causaban infecciones internas porque no podían sobrevivir a las temperaturas más cálidas del cuerpo, que rondan los 98 °F. Ahora, esto podría cambiar.
Los fungicidas pueden ser un factor determinante en el auge de los hongos
La aparición de hongos agresivos y resistentes a los medicamentos también podría provenir de los fungicidas utilizados en la agricultura. Estos químicos son ampliamente utilizados en la agricultura. Mother Jones indica que:
"Según los datos recopilados de fuentes del gobierno de los Estados Unidos por el grupo de seguimiento de pesticidas Hygeia Analytics... en 2016, el 62 % del total de acres de cacahuate de los Estados Unidos fue tratado con el fungicida triazol tebuconazol, y el 25 % con otro, propiconazol.
Ambos fueron nombrados en un estudio holandés realizado en 2013 entre cinco fungicidas agrícolas identificados como promotores de resistencia en infecciones A. fumigatus adquiridas en hospitales, por pacientes sin exposición previa a la sustancia química.
El uso del fungicida propiconazol aumentó en todo el país de menos de medio millón de libras en 2004 a más de 2 millones de libras en 2016, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos. Se utiliza en la soya, trigo, arroz, frutas, verduras y árboles frutales".
El amplio uso de químicos con un medio específico para matar hongos en la agricultura, conocidos como fungicidas de objetivo único, podría evolucionar en infecciones fúngicas más resistentes a los medicamentos en humanos, indican los expertos.
En Europa, América y Asia, también se han encontrado cepas resistentes a medicamentos del hongo Aspergillus fumigatus. Dado que, incluso la aspergilosis farmacorresistente se ha identificado en pacientes que nunca fueron tratados con antimicóticos, se sospecha de fuentes ambientales.
La propagación de infecciones fúngicas es una señal de advertencia ambiental
Y plantea muchas preguntas. El descubrimiento de una mayor incidencia de hongos en las zonas urbanas sugiere que los patógenos pueden volverse resistentes a los productos de limpieza o incluso reemplazar de manera oportunista las bacterias que han sido eliminadas ya que, como dicen, "la naturaleza aborrece el vacío".
La preponderancia de los hongos en zonas urbanas también destaca los aspectos poco saludables de la vida urbana. Además, hay preguntas importantes sobre el cambio ambiental y uso de fungicidas agrícolas, que podrían causar o contribuir a la resistencia de los hongos.
El fenómeno de las bacterias resistentes a los antibióticos por el uso excesivo en el ganado de las granjas está bien documentado y es otro peligro significativo.
¿Cómo puede evitar las infecciones?
Minimizar el uso de limpiadores antibacteriales puede ayudar a proteger la diversidad natural de microorganismos en el hogar y cuerpo, pero también puede ayudar a evitar infecciones, incluyendo las infecciones por hongos, al estimular el sistema inmunológico. Para este fin:
- Haga ejercicio con regularidad. El ejercicio mejora la circulación de las células inmunológicas en la sangre. Cuanto mejor circulen estas células, más eficiente será su sistema inmunológico para localizar y eliminar los patógenos en el cuerpo. Asegúrese de que su plan de acondicionamiento físico incluya el entrenamiento con pesas, ejercicios de alta intensidad, estiramientos y ejercicios para la zona core.
- Fomente una gran cantidad de sueño reparador. Las investigaciones recientes demuestran que la falta de sueño tiene el mismo efecto en el sistema inmunológico que el estrés físico o las enfermedades, por lo que podría sentirse enfermo después de una noche de insomnio.
- Busque buenas opciones para liberar el estrés. Los altos niveles de hormonas del estrés podrían disminuir el estado inmunológico, así que asegúrese de implementar algún tipo de medida para controlar el estrés. La meditación, oración, yoga y Técnicas de libertad emocional (EFT, por sus siglas en inglés) son excelentes estrategias para controlar el estrés, pero tendrá que elegir la opción que le funcione mejor.
- Optimice sus niveles de vitamina D. Los estudios han demostrado que los niveles inadecuados de vitamina D podrían incrementar el riesgo de MRSA y otras infecciones, que probablemente puede propagarse a otras superbacterias. Su mejor fuente de vitamina D es por medio de exponer la piel a los rayos del sol, pero también podría ser necesaria la suplementación.