El color se utiliza para comercializar productos y servicios, incluidos los que afectan nuestra salud. Parece que el primer color usado en los dibujos de arte fue el rojo, derivado del ocre. La pintura data de 100 000 años. El rojo a menudo evoca sentimientos de fuerza, virilidad y fertilidad.
El azul parece ser el color favorito del mundo según diversas encuestas. Puede ser el resultado del efecto calmante que tiene el color. Los estudiantes que recibieron pruebas de coeficiente intelectual con cubiertas de color azul tuvieron puntajes más altos que los que recibieron las cubiertas rojas.
El verde está relacionado con el mundo natural pero también con la envidia, los celos y la enfermedad. El morado fue el primer color en forma sintética cuando en 1856 un estudiante de química hizo un experimento para curar la malaria. El experimento falló, pero produjo un tinte morado permanente.
Los colores juegan un papel importante en el diseño gráfico, ya que puede ayudar a crear un estado de ánimo o dar un mensaje claro. Durante siglos, las mujeres han usado tinte para cabello para cambiar su aspecto. Del mismo modo, los fabricantes de alimentos han estado utilizando colorantes alimentarios para mejorar la presentación visual de los alimentos procesados con la esperanza de hacerlos visualmente más atractivos.
Sin embargo, aunque el color es un medio poderoso para presentar un producto o cambiar las emociones, cuando los tintes no son naturales, el resultado final a menudo no tiene la experiencia positiva que estaba buscando.
Los colorantes podrían tener un efecto negativo en el comportamiento
¿Le parece lógico asumir que comer productos derivados del petróleo no tiene ningún efecto sobre la salud y el comportamiento? La FDA cree que este es el caso. A pesar de que su propia declaración reconoce que puede haber un vínculo entre los problemas de comportamiento y los colorantes artificiales específicos, continúan permitiendo su uso en alimentos, medicamentos y bebidas.
Curiosamente, ciertos colorantes solo están permitidos en alimentos específicos, como el naranja B, que está aprobado solo para salchichas y cubiertas de embutidos. Esto también plantea la pregunta, ¿por qué las cubiertas de los embutidos necesitan color?
Muchos niños no parecen verse afectados por los colorantes, pero la palabra clave es "parecen", ya que solo aquellos niños cuyos padres han identificado problemas de comportamiento evidentes después de consumir alimentos con colorantes artificiales han hablado de este tema. La FDA no incluyó los colorantes producidos de vegetales, minerales o animales de los factores de certificación:
"Estos incluyen los efectos a corto y largo plazo del consumo, composición y propiedades, proceso de fabricación, estabilidad, cantidad probable de consumo/ exposición y la disponibilidad de métodos analíticos para determinar su pureza y la cantidad en los alimentos".
Uno de los padres identificó que los colorantes produjeron varios "efectos" a largo y corto plazo en su hijo, Alex Bevans. La madre de Bevans habló para KQED y relató que cuando su hijo tenía 7 años lo encontró "destrozando su ropa y revolcándose en su cama". "Me miró y dijo: 'Por favor, tráeme un cuchillo. Quiero suicidarme. Ya no quiero vivir así'".
Ella habló sobre los síntomas que han podido correlacionar con los diferentes colorantes:
"Con el rojo... No presta atención y es impulsivo. El verde lo vuelve loco. El azul lo pone de mal humor y cansado. El amarillo es el peor. Lo vuelve explosivo y le produce pensamientos suicidas".
Bevans puede tener más síntomas que la mayoría, pero Lisa Lefferts, científica del Centro para la Ciencia en el Interés Público (CSPI), dice que no es el único. Aunque la organización se había tardado en actuar, actualmente están presionando a la FDA para que adopte regulaciones similares a las de Europa.
"Hemos sido contactados por más de 2 000 familias que reportan sus experiencias con los colorantes alimentarios. Los padres dicen que cuando sus hijos no consumen colorantes, son niños encantadores. Los colorantes los convierten en personas completamente diferentes".
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La seguridad de los colorantes alimentarios no se probó adecuadamente
En Europa, todos los alimentos que contienen colorantes artificiales deben llevar una etiqueta de advertencia. La mayoría de las compañías europeas optan por usar colorantes naturales para no tener que usar una etiqueta de advertencia relacionada con colorantes químicos.
Algunas compañías estadounidenses están utilizando esta estrategia, pero han descubierto que el colorante natural y saludable es más costoso y no tan estable en los estantes.
La FDA ha aprobado nueve colorantes hechos de petróleo, que se encuentran en el 90 % de los dulces, bocadillos con sabor a frutas y mezclas de bebidas para niños. Joel Nigg, Ph.D., investigador de la Universidad de Ciencias y Salud de Oregon, dice que, si los datos se toman al pie de la letra, entonces los estudios previos pueden mostrar una relación de causa y efecto entre los cambios de comportamiento y los colorantes artificiales.
En 2018, la Academia Americana de Pediatría revirtió una posición previa y emitió una declaración política en la que dijo: "Los colorantes alimentarios artificiales pueden relacionarse con el agravamiento de los síntomas del trastorno por déficit de atención/hiperactividad". El Dr. Leonardo Trasande, involucrado en la redacción de la declaración de la AAP, dijo:
"La AAP está preocupada por las pruebas de seguridad limitadas disponibles en productos químicos agregados intencional y no intencionalmente a los alimentos, incluidos los colorantes alimentarios. Hay pasos seguros y simples que las familias pueden tomar para limitar la exposición de los niños a estos químicos".
Nigg cree que se necesitan datos más sólidos para hacer una delimitación entre el comportamiento y los colorantes alimentarios artificiales, pero queda claro que no son benignos. Continuó explicando:
"Creo que en el futuro, nos sorprenderá que seamos tan laissez-faire acerca de agregar tantos productos químicos sintéticos y pensar que no producirán ningún efecto en el cerebro de los niños".
Se encuentra una relación entre tinte capilar permanente y el cáncer de mama
Es lógico suponer que, si los colorantes artificiales tienen un efecto dañino en los niños, también tendrán efectos dañinos en los adultos. Los científicos que publicaron un estudio reciente en el International Journal of Cancer reconocieron que muchos productos para el cabello contienen productos químicos disruptores endocrinos y compuestos cancerígenos que tienen gran influencia en el riesgo de cáncer de mama.
Los investigadores utilizaron una cohorte nacional prospectiva para analizar cualquier relación entre el uso de tintes, relajantes químicos y planchas para el cabello en relación con el riesgo de cáncer de mama, por origen étnico. El estudio Sister incluyó a 46 709 mujeres de 35 a 74 años que no tenían cáncer, pero sí una hermana diagnosticada con cáncer de mama.
Cuando se inscribieron, el 55 % de las participantes reportó haber usado tinte para el cabello permanente, lo que se relacionó con un riesgo 45 % mayor de cáncer de mama en mujeres de origen afroamericano y un riesgo 7 % mayor en mujeres caucásicas. En todas las participantes, el uso de planchas para el cabello cada cinco a ocho semanas se relacionó con un riesgo 30 % mayor de cáncer de mama.
La aplicación no profesional de tinte semipermanente o alisador de cabello en otra persona también aumentó el riesgo de cáncer de mama. Al Dr. Otis Brawley, quien de 2007 a 2008 se desempeñó como vicepresidente ejecutivo de la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer, no le sorprendieron los resultados.
Cuando habló para Newsweek, dijo: "Muchos de nosotros nos hemos preocupado de que los químicos en los tintes para el cabello y las planchas para el cabello tengan el potencial de causar cáncer".
Los alisadores y tintes para el cabello afectan a los grupos de forma desproporcionada
La disparidad en el riesgo entre las mujeres caucásicas y de origen afroamericano aumentó más del 60 % en aquellas que usaron mucho tinte para el cabello, lo que se define como aplicación una vez cada cinco a ocho semanas. Por el contrario, el mismo riesgo para las mujeres caucásicas que usan la misma tasa de aplicación aumentó del 7 % al 8 %.
Cuando los investigadores consideraron el color del tinte, el tinte oscuro se relacionó con un aumento del 51 % en las mujeres de origen afroamericano y un aumento del 8 % en las mujeres caucásicas. La misma discrepancia existía en aquellas que usaban tinte claro para el cabello. Las mujeres de origen afroamericano tenían un riesgo 46 % mayor de cáncer de mama, mientras que las mujeres caucásicas tenían un riesgo 12 % mayor.
Las variaciones raciales pueden haber estado relacionadas con la forma en que se usa el tinte o las diferencias en los productos comercializados para diferentes audiencias. La Dra. Stephanie Bernik, jefa de cirugía de senos en el Hospital Mount Sinai, dijo para Newsweek que las mujeres de origen afroamericano comienzan con un mayor riesgo de cáncer de mama, lo que dificulta establecer una relación clara entre el uso de productos para el cabello y el riesgo de cáncer. Continuó explicando:
"Habiendo dicho eso, creo que el estudio nos proporciona evidencia suficiente para solicitar un ensayo prospectivo diseñado para analizar específicamente este factor para ver si el mayor riesgo de cáncer persiste. Mientras tanto, advertiría a los pacientes que existe un posible vínculo entre los tintes para el cabello y el cáncer, aunque se necesitan más investigaciones".
Las decisiones del estilo de vida afectan el riesgo de cáncer de mama
Existen varios factores modificables que pueden aumentar su riesgo de cáncer de mama, como tener sobrepeso u obesidad después de la menopausia, tomar hormonas, beber alcohol y estar físicamente inactivo. Los factores que no puede cambiar son la edad avanzada, antecedentes personales y familiares, mutaciones genéticas y tratamientos previos de radiación.
Como es de esperar, la alimentación no solo podría ayudar a prevenir el desarrollo del cáncer, sino que además es muy importante en el tratamiento contra el cáncer de mama. El enfoque nutricional con el mayor respaldo científico es la alimentación con restricción de tiempo, lo que aumenta la autofagia metabólica, disminuye la resistencia a la insulina, aumenta radicalmente la flexibilidad metabólica y mejora la función mitocondrial.
Cuando se agrega ejercicio durante el periodo de ayuno, estos beneficios aumentan. En mi experiencia, la gran mayoría de las personas están adaptadas para quemar carbohidratos como combustible principal, en lugar de grasas. Una de las estrategias más efectivas que conozco para convertirse en un quemador de grasa es ayunar durante 16 a 18 horas cada día.
Dado que el cáncer es una enfermedad metabólica causada por una disfunción mitocondrial, las células cancerosas requieren glucosa como combustible y no pueden sobrevivir de la quema de grasa. Las células deben ser saludables y normales para quemar grasa, por lo que una alimentación rica en grasas y baja en azúcar matará de hambre a las células cancerosas. Para obtener más información sobre las opciones de prevención y tratamiento, échele un vistazo a "¿Qué hacer si le diagnostican cáncer de mama?"