Las aplicaciones de rastreo de contacto para monitorear el coronavirus violan la privacidad

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

aplicacion para monitorear el coronavirus

Historia en Breve

  • El documento técnico de la Fundación Rockefeller, "Plan de acción de prueba nacional COVID-19", establece una estrategia destinada a formar parte de una estructura de vigilancia y control social que limita la libertad personal y de elección
  • Las aplicaciones para monitorear el coronavirus son una parte importante de este esquema, mientras que el plan de Rockefeller establece que "la información debe permanecer accesible" y que "es necesario dejar de lado la privacidad"
  • Estados Unidos está adoptando un sistema de vigilancia masiva impulsado por inteligencia artificial que se asemeja al de China, mientras que los obstáculos legales y estructurales están siendo eliminados con el pretexto de combatir el COVID-19
  • Estas aplicaciones necesitan que traiga su teléfono con usted durante todo el día, lo que da acceso a datos personales
  • La privacidad debe mantenerse a toda costa, ya que nos protege de interferencia, intervención y manipulación

Hace dos días, explique el plan de la Fundación Rockefeller para evaluar, rastrear y monitorear a todas las personas en los Estados Unidos, al parecer para evitar que el COVID-19 nos agobie ya que se nos "permitirá" aventurarnos afuera de nuestros hogares.

El documento técnico de la Fundación Rockefeller, "National COVID-19 Testing Action Plan — Strategic Steps to Reopen Our Workplaces and Our Communities", establece una estrategia destinada a formar parte de una estructura de vigilancia y control social que limita la libertad personal y de elección.

El plan exige que se inicien las pruebas y el rastreo de 1 millón de personas por semana, y aumentar de manera gradual hasta alcanzar los 3 millones y 30 millones por semana (el "plan 1-3-30") durante los próximos seis meses hasta que toda la población haya sido cubierta.

Los resultados de la prueba se recopilarían en una plataforma digital capaz de rastrear a todas las personas analizadas con el fin de realizar el seguimiento cuando una persona obtiene un resultado positivo.

Las aplicaciones para monitorear el coronavirus son una parte importante de este esquema, mientras que el documento técnico establece que "la información debe permanecer accesible" y que "es necesario dejar de lado la privacidad para un agente infeccioso como el Covid-19, lo que permite el acceso al estado de infección de la mayoría de las personas en los Estados Unidos en unos pocos entornos obligatorios y voluntarios".

La tecnotiranía se acerca

Como se señaló en el artículo de The Last American Vagabond, "Techno-Tyranny: How the U.S. National Security State Is Using Coronavirus to Fulfill an Orwellian Vision", Estados Unidos está adoptando un sistema de vigilancia masiva impulsado por inteligencia artificial que se asemeja al de China, mientras que los obstáculos legales y estructurales están siendo eliminados con el pretexto de combatir el COVID-19.

De hecho, el plan Rockefeller ni siquiera intenta ocultar su extralimitaciones e intenciones de alterar la vida y la sociedad tal como la conocemos. En la primera mitad del siglo XX, George Orwell escribió una novela distópica, "Mil novecientos ochenta y cuatro", en la que el gobierno controlaba todos los aspectos de la vida de una persona, incluyendo sus propios pensamientos.

Hoy en día, los científicos parecen decididos a hacer realidad esta pesadilla, al utilizar la pandemia, la seguridad nacional y la salud pública para lograrlo.

La inteligencia artificial (IA) es un ingrediente muy importante en este plan. Curiosamente, como señaló The Last American Vagabond:

“El año pasado, un organismo del gobierno de los Estados Unidos dedicado a examinar cómo la inteligencia artificial puede 'abordar las necesidades de seguridad y defensa nacional de los Estados Unidos' discutió los cambios 'estructurales' que la economía y la sociedad deben experimentar para tener ventaja sobre China, según un documento reciente adquirido a través de una solicitud FOIA.

Este documento sugiere que los Estados Unidos siguen el ejemplo de China e incluso los superan en muchos aspectos relacionados con las tecnologías impulsadas por la inteligencia artificial, en particular en la vigilancia masiva.

Esta perspectiva se enfrenta con la retórica pública de funcionarios y políticos del gobierno de los Estados Unidos sobre China, que han calificado las inversiones en tecnología del gobierno chino y la exportación de sus sistemas de vigilancia y otras tecnologías como una gran 'amenaza' para la 'forma de vida' de las personas en los Estados Unidos. "

El documento al que se refiere el artículo fue producido por la Comisión de Seguridad Nacional sobre Inteligencia Artificial (NSCAI, por sus siglas en inglés), una organización creada por la Ley de Autorización de Defensa Nacional (NDAA, por sus siglas en inglés) de 2018.

Su propósito es "considerar los métodos y medios necesarios para avanzar el desarrollo de la inteligencia artificial (IA), el aprendizaje automático y las tecnologías relacionadas para abordar las necesidades de seguridad y defensa nacional de los Estados Unidos "y garantizar que los Estados Unidos mantengan una ventaja tecnológica.

Con ese fin, la NSCAI está presionando para revisar la forma de vida y la economía de los Estados Unidos con el fin de introducir un aparato de vigilancia más completo impulsado por la IA.

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Google es una amenaza

Es importante comprender que Google tiene el mejor equipo de inteligencia artificial del mundo, ya que compró Deep Mind hace muchos años que tiene la mayor concentración de científicos de inteligencia artificial del mundo junto con David Silver, quien dirigió el equipo que creó Alpha Go que derrotó al campeón mundial de Go.

Lex Fridman del MIT tuvo una entrevista fascinante con Silver. La razón por la que lo menciono es porque esto es considerado como un gran logro. Estableció el aprendizaje de refuerzo como una estrategia que permitirá a las computadoras superar a los humanos e implementar versiones avanzadas del estado de vigilancia.

Por lo tanto, Google no solo tiene los científicos de inteligencia artificial, sino que también tiene la plataforma más grande del mundo y un importante líder en computación cuántica, que ya estableció la supremacía cuántica a fines del año pasado.

No podemos ser ingenuos

Monitorear el COVID-19 en varias partes del mundo presenta diferentes enfoques sobre la privacidad. Alemania, en la actualidad, parece ser una de las naciones que más protegen sus derechos de privacidad. Esto tiene mucho sentido, al considerar su historia nazi.

Muchas personas en los Estados Unidos, por otro lado, no tienen experiencia con el tipo de atrocidades que se perpetuaron en la Alemania nazi, y no entienden que tan incierto es el camino.

Los recientes llamados de los líderes de Estados Unidos para burlarse de sus vecinos por no cumplir con las reglas de distanciamiento social, provienen del manual autoritario, y no hay excusa para no reconocerlo e interpretarlo al pie de la letra.

Los derechos y las libertades nos son entregados de manera sencilla. Todos los derechos humanos y libertades que tenemos han sido pagados con sangre, y a menos que rechacemos la tiranía desde el primer momento, nos veremos obligados a vivir bajo ella o pagar nuestra libertad con sacrificios. No podemos ser ingenuos acerca de este tema.

Las aplicaciones para monitorear el coronavirus violan la privacidad

Un artículo de Forbes del 4 de mayo del 2020 de Simon Chandler señala que, aunque las aplicaciones "pueden ser criptográficamente seguras", aún "amenazan nuestra privacidad de formas más amplias y engañosas".

Riesgos de privacidad Para empezar, las aplicaciones para monitorear el coronavirus necesitan que mantenga su teléfono celular a su lado durante todo el día, sin importar lo que esté haciendo.

Además de cualquier riesgo sobre exponerse a los campos electromagnéticos de los teléfonos celulares, lo cual no es una preocupación mínima, el teléfono celular también rastrea y comparte datos que no están relacionados con la aplicación del COVID-19.

Como señaló Chandler, "un estudio del Washington Post del año pasado descubrió alrededor de 5400 rastreadores de datos (en su mayoría basados en aplicaciones) en un iPhone, todos los cuales enviaban datos a terceros" y "a todas estas compañías les interesa usar esos datos para influir y controlar su comportamiento".

La privacidad se trata de prevenir la manipulación

Chandler menciona otro aspecto muy importante cuando se trata de privacidad:

“La privacidad en realidad gana la mayor parte de su importancia y valor porque protege a las personas de intervenciones. Es posible que desee mantener su afición por el ballet en secreto, debido al riesgo de que puedan burlarse de su pasatiempo y avergonzarlo de querer ser un bailarín de ballet.

Le preocupa que interfieran, ya sea directa o indirectamente, con su capacidad de desarrollarse como persona de acuerdo con la conciencia y concepción de sus intereses. Lo mismo aplica con la privacidad en el contexto de los teléfonos y la tecnología digital.

No es suficiente evitar compartir sus datos con las personas "incorrectas" (en lugar de puntajes o cientos de terceros). También debe evitar interferencias para tener una verdadera privacidad. Y al alentar a las personas a tener sus teléfonos con ellos todo el tiempo, las aplicaciones que monitorean el coronavirus fallan en esta prueba".

Las aplicaciones para monitorear el COVID-19 pueden controlar el comportamiento

Las aplicaciones para monitorear el coronavirus también "normalizarán el concepto de aplicaciones que dirigen y administran la manera en la que viven y se comportan millones de personas", señala Chandler. La aplicación le notificará cada vez que se encuentre cerca de una persona que este infectado con el SARS-CoV-2. Luego se le aconsejará que se aísle por un tiempo determinado.

Como informó Chandler: 

“Este es un problema enorme para cualquier persona preocupada por el futuro de la privacidad y las libertades personales en la era digital. Una cosa sería que cualquier aplicación pudiera garantizar que una persona haya sido infectada con el coronavirus de manera definitiva. 

Pero existe una gran probabilidad de que dichas aplicaciones también envíen notificaciones a muchas personas que no han sido infectadas.

Las aplicaciones para monitorear el Coronavirus terminarán necesitando que miles (si no millones) de personas se pongan en aislamiento de manera innecesaria. Por lo tanto, en la mayoría de los casos, en lugar de evitar la propagación de las infecciones, lo único que logran es desensibilizar al público para que renuncie a otra parte de su privacidad y libertad personal".

Es decir, con el tiempo, las personas se acostumbrarán a la idea de que sus actividades se basen en lo que una aplicación dictamine. Un resultado garantizado de esta adaptación es la entrega del juicio personal y el discernimiento a una IA. "En el proceso, sufrirán el tipo de interferencia externa con su comportamiento por el que la privacidad debe defenderse", explica Chandler.

El plan Rockefeller no se limita a esto

El sistema de rastreo que la Fundación Rockefeller está solicitando también exige acceso a otros datos médicos. De acuerdo con el "Plan de Acción Nacional de Pruebas para el COVID-19":

"Esta base de datos debe operar con los registros de salud de médicos, hospitales y seguros en un programa nacional para racionalizar los sistemas de registros médicos electrónicos que son desiguales en todo el país.

El 9 de marzo, el Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, por sus siglas en inglés) publicó dos reglas que prohibirían el bloqueo de información en el ámbito de salud y promoverían un intercambio de datos de atención médica.

Pero la publicación en el Registro Federal, que es necesaria para activar las reglas, se ha retrasado de manera inexplicable. Este retraso debe terminar".

Es decir, este plan es mucho más completo que el seguimiento de los casos de COVID-19. Está diseñado para reemplazar los "sistemas de registros médicos, que son desiguales en todo el país".

¿Acogería el totalitarismo para tener un falso sentido de seguridad?

Todavía existe un poco de esperanza que suficientes personas verán a través de esto. Los investigadores de Oxford estiman que para que las aplicaciones sean efectivas, necesitan la participación de cerca del 60 % de la población.

Según una encuesta nacional realizada por The Washington Post y la Universidad de Maryland entre el 21 y el 26 de abril de 2020, 3 de cada 5 personas en los Estados Unidos dicen que no pueden o no quieren permitir la vigilancia por una aplicación de un teléfono, incluso en nombre de la salud pública.

Uno de cada 6 explicó que no tenía un teléfono inteligente. Incluso entre las personas que tienen teléfonos inteligentes adecuados, cerca de la mitad menciono su falta de participación.

Según The New York Times, solo el 3 % de los residentes de Dakota del Norte había descargado la aplicación partir del 29 de abril de 2020. La aplicación fue lanzada el 7 de abril de 2020.

En Singapur, solo 1 de cada 6 personas (20 %) había descargado la aplicación del gobierno antes del 1 de abril de 2020, mientras que el 30 % de las personas en Noruega descargaron la aplicación dentro de la primera semana de su lanzamiento, según The New York Times.

En un esfuerzo por mantener las apariencias, algunas naciones, como Francia, han decidido utilizar "Bluetooth de corto alcance entre dispositivos" y mantener los datos en servidores centralizados, mientras que otros optan por utilizar los datos del GPS y una variedad de otros sistemas. Un artículo del 5 de mayo de 2020 en el sitio web Tech Crunch describe las diferencias entre algunos de ellos.

Según lo informado por la cadena BBC News, Cannes, Francia también está probando un software de vigilancia en autobuses y mercados al aire libre para controlar el cumplimiento del distanciamiento social. Según el desarrollador del software, esta vigilancia cumple con las leyes de privacidad de la UE al no almacenar ni transmitir imágenes ni datos de identificación.

El alcalde de Cannes, David Lisnard, dijo a la BBC: "Esta tecnología no identifica a las personas, sino que nos brinda un análisis matemático para satisfacer las necesidades de las personas". Aun así, si se violan las leyes, la IA enviará una alerta automática a la policía y las autoridades de la ciudad.

Las aplicaciones digitales no pueden reemplazar el monitoreo de enfermedades

La Organización Mundial de la Salud, ha notado que este tipo de aplicaciones aún no pueden reemplazar las medidas de vigilancia y rastreo de enfermedades. Según lo informado por Reuters:

“A medida que los países comienzan a reducir los bloqueos que se impusieron para frenar la propagación del virus, muchos esperan contener nuevos grupos de infección a través del monitoreo sistemático, con la ayuda de aplicaciones telefónicas y otras tecnologías.

Pero [el principal experto en emergencias de la OMS, el Dr. Mike] Ryan, dijo que esto no hacía que la vigilancia más tradicional fuera redundante. "Estamos muy interesados en enfatizar que las herramientas de TI no reemplazan la fuerza laboral de salud pública que se necesitará para monitorear, evaluar, y aislar", explicó".

Están desarrollando los ‘pasaportes de salud’

Además del plan de la Fundación Rockefeller para Estados Unidos, otras naciones también proponen implementar varios tipos de "pasaportes de salud". Se repite con frecuencia que, sin certificados de salud, no será seguro volver a trabajar y a la vida cotidiana.

El 5 de mayo de 2020, el sitio web Tech Crunch informó el lanzamiento de una aplicación para monitorear el coronavirus en el Reino Unido, desarrollada por el Servicio Nacional de Salud. El primer campo de pruebas será la Isla de Wight, que tiene una población de 140 000 habitantes. De acuerdo con Tech Crunch:

“La aplicación NHS COVID-19 usa Bluetooth Low Energy para registrar eventos de proximidad (es decir, personas que ya han estado expuestos al virus) entre usuarios; asimismo, los factores que alimentan el algoritmo clínico del NHS son la duración del 'tiempo en que ha estado en contacto" y la distancia entre los dispositivos, lo cual está siendo diseñado para estimar el riesgo de infección y generar notificaciones si un usuario experimenta síntomas de COVID-19.

Sin embargo, existen preguntas importantes sobre qué tan efectiva será la herramienta, dada la decisión del gobierno de diseñar el sistema digital de monitoreo, lo que plantea algunos desafíos técnicos específicos relacionados a cómo operan las plataformas modernas de teléfonos inteligentes, así como en torno a la interoperabilidad internacional con otras aplicaciones nacionales dirigidas al mismo propósito.

Además, la aplicación del Reino Unido permite a los usuarios autoinformar los síntomas de COVID-19, lo que podría generar muchas alertas falsas. Eso a su vez podría provocar agotamiento de las notificaciones o alentar a los usuarios a ignorar las alertas si la tasa de falsas alarmas excede las alertas reales".

Además, aunque la aplicación solo almacena eventos de contacto en el dispositivo de cada persona, una vez que un usuario se marca como positivo, los datos de contacto se cargan en un servidor central que almacenará los datos de forma indefinida, y desde donde no se puede eliminar.

Estos datos también pueden usarse para la investigación de salud pública, lo que plantea preguntas sobre la privacidad y la posibilidad de volver a identificar a las personas. 4 de mayo de 2020, The Guardian informó lo siguiente sobre los desarrollos del Reino Unido:

“Las empresas de tecnología están hablando sobre crear pasaportes de salud para ayudar a los británicos a regresar al trabajo mediante pruebas de coronavirus y reconocimiento facial.

La biometría facial podría ayudar a ofrecer un certificado digital, a veces conocido como pasaporte de inmunidad, que demuestre qué personas han padecido Covid-19.

La firma Onfido del Reino Unido, que se especializa en verificar las identidades de las personas por medio de biometría facial, ha entregado planes detallados al gobierno y está involucrado en una serie de conversaciones sobre lo que podría implementarse en todo el país.

Sus propuestas, que han alcanzado etapas piloto en otros países, podrían ejecutarse en cuestión de meses. La compañía podría usar pruebas de anticuerpos, para demostrar si una persona ha tenido el virus, o pruebas de antígeno, que demuestran infecciones actuales".

Las pruebas de antígenos no garantizan la seguridad

Es un misterio por qué las pruebas de antígeno son parte de este tipo de "pasaportes de salud", ya que no son confiables, sin mencionar el hecho de que las pruebas de infección activa no tienen ningún valor a menos que se vuelva a realizar una prueba de forma regular. Como mencioné en mi artículo del plan de Rockefeller, las preguntas sin responder incluyen las siguientes:

  • ¿Con qué frecuencia se realizarían dichas pruebas? Es posible que un resultado negativo actual no sea válido después, si te cruzas con una persona infectada de vez en cuando. Si la reevaluación periódica no forma parte del plan, entonces todo el sistema no funciona, ya que el estado de infección podría cambiar en cualquier momento.
  • Si se encuentra cerca de una persona que obtuvo un resultado positivo y se le solicita que permanezca en aislamiento durante dos semanas, ¿su jefe le pagará el tiempo libre y le garantizará su trabajo al regresar?
  • ¿Qué pasa si después del aislamiento obtiene un resultado negativo en la prueba de anticuerpos, y al salir se encuentra con otra persona que acaba de dar positivo? ¿Tendrá que aislarse de nuevo? ¿Dónde termina todo esto? ¿Y cuándo?

Las aplicaciones para monitorear el coronavirus pueden causar muchos problemas

Un artículo del 27 de abril de 2020 del Brookings Institute presenta algunos de los muchos problemas de las aplicaciones para monitorear el coronavirus. Y afirma lo siguiente:

“Nos preocupa este enorme entusiasmo por la tecnología como pieza fundamental para controlar las infecciones. Entre nosotros, tenemos una amplia experiencia en tecnología, leyes y políticas y epidemiología.

Tenemos serias dudas de que el monitoreo voluntario y anónimo a través de aplicaciones de teléfonos pueda darles a las personas de los Estados Unidos la terrible opción entre quedarse en casa o exponerse a riesgos.

Nos preocupa que las aplicaciones sirvan como oportunidades para el abuso y la desinformación, mientras ofrecen una falsa sensación de seguridad.

No tenemos dudas de que los desarrolladores de aplicaciones y tecnologías tengan buenas intenciones, pero sería importante que les solicitáramos intensificar y reconocer las limitaciones de dichas tecnologías antes de que sean adoptadas.

Las agencias de salud y los legisladores no deberían depender demasiado de estas aplicaciones y, sin embargo, deberían establecer reglas claras para evitar la amenaza a la privacidad, la equidad y la libertad al establecer reglas apropiadas.

Las aplicaciones que notifican a los usuarios sobre la divulgación podrían ayudar a dirigir los recursos de la prueba a las personas con mayor riesgo. Cualquier otra cosa parece poco probable en el mejor de los casos, y peligroso en el peor."

El artículo resalta una serie de riesgos, incluyendo el hecho de que las aplicaciones para monitorearnos no son aproximaciones imperfectas para la exposición. Pueden desencadenar alertas de falsos positivos en situaciones donde la posibilidad de transmisión es muy baja, como cuando la señal se traslada a través de una pared. Las personas en habitaciones diferentes no corren un riesgo de infección tan elevado.

Las aplicaciones tampoco consideran el uso de equipo de protección por parte del contacto. Además, las personas mayores, que podrían obtener una mayor protección, son las que tienen menos probabilidades de descargar la aplicación.

Incluso aquellos que tienen la aplicación no siempre tienen el teléfono junto a ellos para detectar su contacto, y es posible que las personas no desarrollen síntomas ni resultados positivos en las pruebas, a pesar de ser portadores.

"Incluso entre las personas que ya han estado en contacto con el coronavirus, la mayoría no conducirá a la transmisión", explica Brookings, al citar una investigación que demuestra que, a pesar de estar cerca de una docena de contactos cercanos cada día, la persona infectada solo transmitirá el virus a otras dos o tres personas en el curso completo de su infección. Brookings continúa:

“Debido a que la mayoría de las exposiciones identificadas no conducirán a una infección, muchos usuarios recibirán instrucciones de aislarse a pesar de no estar infectados. Una persona puede soportar esto una o dos veces, pero después de algunas falsas alarmas y el inconveniente del aislamiento prolongado, es posible que muchos comiencen a ignorar las advertencias.

En última instancia, la aplicación será una intervención de salud pública, y no de salud individual. Puede reducir la propagación de enfermedades en la población, pero no ejercerá protección alguna en ninguna persona.

Esto crea problemas de incentivos que requieren una mayor reflexión: ¿qué pasa con las personas que a veces se les solicita que no vayan al trabajo y eviten la socialización, pero que no obtiene beneficios inmediatos del sistema?

El tema del uso malicioso es importante, en especial por la desinformación, astroturfing y manipulación política. Imagine un operativo político que busque reducir la participación en las votaciones en un distrito, o un empresario que quería eliminar la competencia.

Cualquiera de los dos podría informar falsamente la incidencia de coronavirus sin miedo a las consecuencias. Los instigadores podían sembrar el caos por placer. Los manifestantes podrían desencadenar el pánico como una forma de desobediencia civil.

Una operación de inteligencia podría cerrar una ciudad entera al informar los resultados falsos de COVID-19 en cada vecindario. Hay muchas vulnerabilidades en esta plataforma que aún no se han explorado".

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