Muchas personas podrían pensar que el uso de endulzantes artificiales bajos en calorías (LCS) es un error tipográfico o una exageración, cuando en realidad no lo es, ya que su consumo ha aumentado en un 200 % en los niños que viven en Estados Unidos. Algunos padres saben que es una mala idea que los niños consuman estos endulzantes artificiales, pero el 25 % de los niños en Estados Unidos los consumen.
La Escuela de Salud Pública del Instituto Milken de la Universidad George Washington recientemente informó esta asombrosa estadística de una encuesta nacional, en la que revela que, aunque el consumo de alimentos y bebidas endulzadas de forma artificial aumentó un 54 % entre los adultos de Estados Unidos, hubo un aumento del 200 % en el consumo de niños durante el período de estudio.
Los endulzantes artificiales bajos en calorías a los que se refieren incluyen aspartame, sucralosa y sacarina, entre otros. El 21 % de los niños y el 41 % de los adultos informaron que consumían estas sustancias de forma regular.
Allison Sylvetsky, Ph.D., profesora asistente de Ciencias del Ejercicio y Nutrición en la Escuela de Salud Pública del Instituto Milken en Washington D.C., dijo lo siguiente:
"Solo el 8.7 % de los niños informó que consumió endulzantes artificiales bajos en calorías en 1999 y, 13 años después esa cifra aumento al 25.1 %. Los niños no son los únicos en esta tendencia. Cada vez más adultos consumen endulzantes artificiales bajos en calorías en forma de sodas de dieta y en una gran variedad de alimentos y bocadillos.
Los resultados son importantes, en especial para los niños, porque algunos estudios sugieren que existe una relación entre los endulzantes artificiales bajos en calorías, la obesidad, diabetes y otros problemas de salud".
La encuesta nacional de salud y nutrición
Según Science Daily, este fue el primer estudio en el que se analizaron los LCS en alimentos, bebidas y sustancias en los pequeños paquetes verdes, rosados, amarillos y azules que se encuentran en la mayoría de los mostradores. Incluía los datos más recientes de las personas en Estados Unidos.
Los investigadores realizaron la Encuesta Nacional de Salud y Nutrición (NHANES) con casi 17 000 hombres, mujeres y niños de 2009 a 2012, y la compararon con los datos recopilados de 1999 a 2008.
El estudio incluyó dos entrevistas durante las cuales las personas participantes informaron lo que comieron y bebieron durante las últimas 24 horas. Se encontraron varios datos interesantes al final del estudio:
- Los que informaron consumir LCS más de una vez al día fue el 44 % de los adultos y el 20 % de los niños
- El 17 % de los adultos informaron consumir una comida o bebida endulzada con LCS al menos tres veces al día
- A medida que aumentó el uso de los LCS, también aumentó el índice de masa corporal (IMC)
- El 19 % de los adultos con obesidad consumían LCS tres veces al día o más, en comparación con el 13 % de los adultos con peso normal
- Alrededor del 70 % del consumo de LCS fue en el hogar, y los niños de 2 años también comían y bebían estos productos
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¿Cuál es el problema con los endulzantes artificiales como el aspartame?
Es posible que cuando se desarrollaron por primera vez el aspartame, la sucralosa, la sacarina y otros seudo endulzantes como el acesulfamo-potasio, Advantame y el neotame, haya sido por una buena razón (una muy rentable), es decir, para reducir el consumo excesivo de azúcar.
El problema es que, mientras que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) puso el sello de "Seguro para el consumo humano" en estas sustancias para reemplazar el azúcar, la "cura" fue más tóxica que la enfermedad. El Dr. Richard Hodin, cirujano del Hospital General de Massachusetts, dijo:
"Los sustitutos de azúcar como el aspartame están diseñados para promover la pérdida de peso y disminuir la incidencia del síndrome metabólico, pero una serie de estudios clínicos y epidemiológicos siguieren que estos productos no funcionan y podrían empeorar las cosas".
Pero uno de los grandes problemas con el uso desenfrenado de los endulzantes artificiales es que no existen datos científicos que respalden las afirmaciones de su seguridad. Science Daily dice que "todavía no existe consenso científico sobre los impactos en la salud relacionados con los endulzantes bajos en calorías". Un estudio de PLOS Medicine también encontró:
"La falta de evidencia consistente para apoyar el papel de las bebidas endulzadas artificialmente (ASBs por sus siglas en inglés) en la prevención del aumento de peso y la falta de estudios sobre otros efectos a largo plazo en la salud, fortalecen la posición de que las ASB no se deben promover como parte de una alimentación saludable".
Muchas investigaciones demuestran que el aspartame no es seguro
Un blogger llamado Bob Livingston escribió sobre el aumento del aspartame como el endulzante artificial más utilizado y vendido por NutraSweet, Equal, Spoonfuls e Equal Measure. Comentó:
"Existen muchas investigaciones sobre el peligro de los azúcares sintéticos, y creo que no hay forma de gozar una buena salud mientras se consume azúcar al mismo tiempo".
Pero las personas han sido engañadas al creer que consumir alimentos procesados 'sin azúcar' que contienen endulzantes sintéticos son 'opciones más saludables', pero están equivocadas.
Citó la aprobación del aspartame del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos (USDA) en 1981, con base en la revisión del Centro de Medicina del Comportamiento de la Universidad Northeastern Ohio y la "investigación 100 % financiada por la industria que encontró que el aspartame era seguro".
Mientras tanto, el 92 % de los investigadores independientes mencionaron muchos riesgos relacionados con su uso. Livingston cita un estudio de PLOS One que arremete contra los endulzantes artificiales por su relación con:
"Aumento relativo de peso. Tener mayor cintura y prevalencia de incidencia de obesidad abdominal, lo que sugiere que el uso de endulzantes artificiales bajos en calorías posiblemente no es un medio eficaz para controlar el peso".
La base de datos de medicamentos y efectos secundarios dice que "el aspartame es una neurotoxina y un carcinógeno conocido y temido, pero es un ingrediente común en los medicamentos".
Pero eso no es todo, ya que está incluido en medicamentos para niños, y en la mayoría de los casos la etiqueta no lo dice. Los antibióticos para los antiácidos como los electrolitos de Pedialyte lo contienen, y eso es solo un ejemplo.
Los expertos en aspartame afirman que el consumo de aspartame podría ser un factor en las altas tasas de autismo debido a la toxicidad del metanol, porque se convierte en eso cuando se calienta.
La OMS afirma estar creando un plan normativo contra las bebidas azucaradas
Medical News Today observó muchos estudios que mencionan una fuerte relación entre las bebidas azucaradas (SSB por sus siglas en inglés) y el síndrome metabólico, las enfermedades cardiovasculares y la diabetes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) presentó directrices revisadas para que las naciones del mundo "instituyan políticas" para reducir la cantidad de azúcar que las personas consumen a menos del 10 %, aunque lo ideal sería menos del 5 %, de su consumo calórico diario.
Como resultado, pocas compañías de bebidas en todo el mundo comenzaron a trabajar de noche, por así decirlo, para formular, invertir y promover la venta de bebidas endulzadas de forma artificial, ya que estaban preocupados sobre el plan normativo de la OMS.
Un artículo de PLOS Medicine abordó el tema porque, una vez más, no existe evidencia de que los ASB sean una alternativa saludable a las bebidas azucaradas, en especial para la pérdida de peso.
Por este motivo, muchas empresas ASB promocionan sus productos, pero no hay nada que respalde dichas afirmaciones. El estudio PLOS afirma que:
"La promoción de los ASB se debe discutir en un contexto más amplio de los posibles impactos en la salud y el medio ambiente. Además, se necesita una evidencia más sólida y libre de conflictos de intereses".
Algunos gobiernos respondieron a las directrices de la OMS al incrementar los impuestos sobre el consumo de SSB. Dichos impuestos se establecieron en México, Francia, Hungría, Reino Unido e Irlanda, así como Berkley, California, Filadelfia, Pensilvania, y en Estados Unidos también se habló sobre las etiquetas de advertencia, restricciones publicitarias y prohibiciones de ventas en las escuelas.
El problema con el azúcar
El azúcar que se agrega al 75 % de los alimentos y bebidas procesadas en los Estados Unidos, tiene efectos negativos que impactan en el aumento de peso y obesidad, ya que el consumo se cuadruplicó desde la década de 1950. La mayor parte se encuentra en:
- Bebidas energizantes y deportivas
- Cafés y tés listos para tomar
- Bebidas gaseosas
- Bebidas con sabor a frutas
Aunque el azúcar se ha considerado durante mucho tiempo como el más prohibido dentro una larga lista de prohibiciones, una de las razones fue la forma en que la industria alimentaria lo transformó en jarabe de maíz alto en fructosa (JMAF), con múltiples procesos que lo hicieron doble y triplemente peligroso. The Epoch Times informó:
"Hace mucho tiempo, 'azúcar' significaba azúcar de caña o Beta Vulgaris. Pero desde 1980, los productores de sodas han favorecido al jarabe de maíz alto en fructosa (JMAF) y los principales productores y procesadores de alimentos también se unieron.
Las restricciones comerciales en otros países para proteger la producción local de azúcar hicieron que el azúcar fuera más costoso, incluso cuando los agricultores de Estados Unidos cultivaban muchas cantidades de maíz debido a los subsidios agrícolas. El JMAF también es más barato de producir, almacenar y enviar".
El JMAF, además de tener un sabor extraño, los estudios lo relacionan con diabetes, daño hepático, problemas de memoria y obesidad. Un estudio en Harvard demostró que los hombres que beben refrescos endulzados con azúcar tienen una mayor prevalencia de sufrir enfermedad coronaria. Incluso existe evidencia de que podría ser un medio para la contaminación por mercurio.
Si ha escuchado hablar sobre los alimentos genéticamente modificados (GE), entonces no se sorprenderá que casi el 90 % del maíz cultivado en los Estados Unidos es transgénico. Pero a pesar de los peligros del consumo excesivo de azúcar y JMAF, los endulzantes artificiales no son una alternativa saludable.
El aspartame es malo al igual que la sucralosa, también conocida como Splenda
No es necesario ser un experto para especular por que los fabricantes que dieron su nombre a la sucralosa lo hicieron parecer lo más parecido posible al azúcar, también conocida como sacarosa.
Considere el hecho de que un estudio financiado por el gobierno encontró que el 65 % de todas las muestras de leche materna estaban contaminadas con sucralosa y otros endulzantes artificiales. Estas toxinas ahora son tan frecuentes que incluso los bebés están expuestos, sin tener opción.
Otro estudio reveló que la sucralosa alteró las funciones metabólicas y tiroideas en ratas macho, de modo que "podría exacerbar los trastornos metabólicos a través de un efecto adverso sobre el metabolismo de la hormona tiroidea".
Algunos estudios afirman que consumir endulzantes artificiales en alimentos y bebidas puede ayudar a las personas a perder peso. Sin embargo, otros estudios demuestran lo contrario: que en realidad hace que las personas aumenten de peso. Eso podría deberse a que la exposición a alimentos endulzados de forma artificial puede elevar su antojo de consumir más productos, y algunas personas siguen comiendo uno tras otro ya que piensan están consumiendo pocas calorías.
Más allá de esto, se sabe que los endulzantes artificiales provocan "alteraciones metabólicas" que podrían aumentar su riesgo de aumento de peso, obesidad, diabetes tipo 2 y más.
Si sabemos todo esto sobre el aspartame y la sucralosa, ¿por qué todavía está en los estantes e incluso en los medicamentos recomendados por los médicos? Y ¿Por qué las compañías que promocionan estos productos pueden decir que tienen cero calorías cuando en realidad contribuyen al aumento de peso?
Los términos "light" o "bajo en calorías" significan que un producto contiene uno de estos endulzantes artificiales, por lo que, si ve estos términos en la etiqueta de un alimento, regréselo a la repisa, en especial si es para su niño.