Cuando su cuerpo está infectado con un virus que causa una enfermedad como la influenza, el virus se “propaga” al medio ambiente, a través de la saliva, fluidos corporales y lesiones cutáneas. Si alguien entra en contacto con ese virus, es posible que también se infecte.
Todavía hay muchas dudas en lo que respecta a la propagación viral. El tiempo en el que una persona transmite un virus, cuándo se produce la propagación y si ocurre al inicio o antes de los síntomas, varía según el virus, la edad, el estado de salud e incluso el peso de la persona.
Se sabe que los virus se desprenden de sus portadores. Sin embargo, el tema de la propagación viral no es muy común cuando se trata de vacunas virales con virus vivos atenuados, por ejemplo, la del sarampión, paperas, rubéola (MMR), vaccinia (viruela), varicela, zóster (que contiene el mismo virus que la vacuna contra la varicela, pero en una cantidad mucho mayor), fiebre amarilla, rotavirus e influenza (intranasal).
Las vacunas virales con virus vivos usan una versión débil (o atenuada) del virus, que se transmite a través de un cultivo de células vivas u otro receptor, como el embrión de pollo, muchas veces hasta que se debilita hasta llegar a un punto en el que no es probable que se enferme cuando se inyecta, traga o inhala.
Dicho esto, sigue siendo un virus vivo de la vacuna, uno que se puede propagar como cualquier virus, y la investigación sugiere que las vacunas podrían incrementar la propagación viral en el caso de la influenza.
Las personas que reciben la vacuna contra la gripe esparcen una cantidad de virus 6.3 veces más elevada
En un estudio publicado en PNAS, los investigadores de la Universidad de Maryland descubrieron que el virus de la influenza se podría propagar a través de la respiración (es decir, no es necesario estornudar ni toser), y además las vacunas repetidas incrementan la cantidad de virus de la influenza que se libera en el aire.
“Se sabe poco sobre la cantidad y la contagiosidad del virus de la influenza que se libera al exhalar. Esto contribuye a la incertidumbre sobre la importancia de la transmisión de la influenza en el aire", anotaron los investigadores. "Demostramos que los estornudos son poco frecuentes y no representan una preocupación de que el virus de la influenza se esparza y que tampoco es necesario toser".
Esto es importante, ya que significa que una persona puede transmitir el virus de la influenza sin que estornude ni tosa.
Además, alguien que haya recibido la vacuna de la influenza con virus vivos atenuados (LAIV) también podría propagar y transmitir el virus de forma activa. De acuerdo con el estudio, las personas que fueron vacunadas contra la influenza esparcieron una cantidad de virus seis más elevada en el aire que las que no se vacunaron:
“De acuerdo con los receptores, la vacunación para la temporada actual se relacionó con una tendencia hacia una mayor propagación viral en las muestras de partículas de aerosol finas; sin embargo, las vacunas estacionales del año actual y del año anterior se relacionaron con una mayor propagación de partículas de aerosol finas en los modelos ajustados y no ajustados.
En los modelos ajustados, observamos una propagación de partículas de aerosoles finas 6.3 más elevada entre las personas que recibieron las vacunas de temporada actual y anterior, en comparación las personas que no recibieron ninguna vacuna en esas dos temporadas".
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La vacuna anual podría reducir su protección
Recibir una vacuna contra la gripe para prevenir la influenza tipo A o B no es tan sencillo como los funcionarios de salud quieren hacernos creer. Hay muchas preguntas sin respuesta que merecen más investigación, como la posibilidad de que recibir vacunas repetidas de forma anual contra la gripe pueda incrementar su susceptibilidad a la influenza. En un estudio realizado en 2013, se descubrió que las personas que recibieron la vacuna contra la influenza dos años seguidos no recibieron una protección significativa durante la temporada actual de gripe.
El estudio también descubrió que la vacuna no pudo prevenir la transmisión en el hogar una vez que se presentó un caso de influenza, y los adultos estaban en riesgo a pesar de recibir la vacuna. De nuevo en 2019, los investigadores encontraron que la efectividad de la vacuna fue menor contra ciertos tipos de gripe (H3N2 y B) para las personas que recibieron la vacuna durante dos temporadas consecutivas en comparación con las que recibieron la vacuna solo en la temporada actual.
Se requieren más investigaciones para verificar la posibilidad de que las vacunas repetidas puedan reducir la eficacia y que las vacunas anuales puedan incrementar la propagación viral por medio de las partículas de aerosol. De acuerdo con los investigadores del estudio:
“La relación entre las vacunas del año actual y del año anterior con una mayor propagación de la influenza A podría hacernos pensar que ciertos tipos de inmunidad previa provoque la inflamación pulmonar, tape las vías respiratorias y genere partículas de aerosoles. Esta primera observación del fenómeno necesita confirmación.
Si se confirma esta observación, junto con la literatura reciente que sugiere una menor protección con la vacuna anual, tendría implicaciones para las recomendaciones y políticas de la vacuna contra la influenza".
Es posible, por ejemplo, que después de la vacuna, usted se convierta en un portador silencioso y contagioso de la enfermedad. Una persona con influenza que expresa los síntomas de fiebre, dolores corporales, tos y otros signos de enfermedad respiratoria probablemente se tenga que quedar en casa.
Sin embargo, una persona vacunada, que es silenciosamente contagiosa, iría al trabajo, a las tiendas y otros lugares públicos y no se daría cuenta de que propaga la infección, lo que se puede pasar hasta con la respiración regular.
Este es un hecho muy importante para los trabajadores de la salud que están vacunados, ya que se pasean libremente con los pacientes de los hospitales y otras instalaciones médicas porque asumen que ya son "inmunes" a la influenza, ya que reciben una vacuna contra la gripe todos los años, a pesar de que podrían transmitir la influenza a los pacientes del hospital, incluyendo a los que se encuentran en la UCI.
De acuerdo con los CDC, la propagación del virus es "común" después de recibir la vacuna LAIV
Aunque le sorprenderá saber que la propagación del virus ocurre después de ciertas vacunas, incluso los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, en su informe "Safety of Influenza Vaccines" para profesionales, afirma que la propagación del virus vivo atenuando en la vacuna es “común” después de recibir la LAIV. Citan muchos estudios que lo confirman, entre ellos:
- De las 345 personas que recibieron la LAIV3, el 29 % tenía un virus detectable en sus secreciones nasales, y la propagación máxima se produjo dentro de los dos días posteriores a la vacuna
- En un estudio de 200 niños de 6 a 59 meses, el 79 % propagó al menos un virus de la vacuna; la propagación fue más común en los niños más pequeños ya que el 89 % de los niños de 6 a 23 meses propagaban al menos un virus de la vacuna
La vacuna con el virus vivo contra la influenza se llama FluMist y está aprobada para mujeres no embarazadas, así como para cualquier persona de 2 a 49 años. Se administra en forma de aerosol por vía nasal.
Aunque los CDC afirman que las cepas de virus vivos de la influenza tipo A y B en FluMist son muy débiles para causar influenza a los receptores, aclaran que "se ha reportado la propagación del virus de los receptores de la vacuna LAIV a las personas que no están vacunadas."
MedImmune, la compañía que desarrolló FluMist, también es consciente de que la vacuna propaga la cepa del virus de la vacuna. En su ficha técnica, describen un estudio sobre la transmisión de las cepas del virus de la influenza de niños vacunados a niños no vacunados en una guardería.
En el 80 % de los receptores de FluMist, se aisló al menos una cepa del virus de la influenza de la vacuna entre 1 y 21 días después de recibirla. Además, señalaron: "Una persona que recibió placebo tuvo una infección sintomática leve por el virus tipo B que se confirmó como un virus de la vacuna y fue transmitido por un receptor de FluMist en el mismo grupo".
¿Con qué frecuencia se produce la transmisión del virus de la vacuna?
Según los CDC, "La probabilidad estimada de transmisión del virus de la vacuna dentro de un grupo de contacto con un solo receptor de LAIV en esta población [en un centro de cuidado infantil] fue del 0.58 %", sin embargo, en una guardería es probable que varios niños hayan recibió LAIV en algún momento.
Sin embargo, no hay forma de saber con certeza con qué frecuencia ocurre la propagación de la cepa del virus vivo de la vacuna ni la transmisión de la enfermedad, ya que no se monitorean o evalúan de manera activa.
Barbara Loe Fisher, cofundadora y presidenta del Centro Nacional de Información sobre Vacunas (NVIC), escribió un informe especial, "The Emerging Risks of Live Virus and Viral Vectored Vaccines: Vaccine Strain Virus Infection, Shedding and Transmission", que contiene más de 200 referencias y profundiza en la propagación del virus solo con las vacunas. Ella notó lo siguiente:
“No hay vigilancia activa ni pruebas para detectar evidencia de propagación, transmisión e infección de cepas de virus vivos de vacunas entre poblaciones que reciben de manera rutinaria muchas vacunas de ese tipo, incluyendo la vacuna contra el sarampión. Por lo tanto, se desconoce cuántos niños y adultos vacunados en los Estados Unidos y otros países propagan y transmiten las cepas de virus vivos de las vacunas.
Está por verse si la propagación, transmisión e infección de cepas de virus vivos de la vacuna causa problemas de salud sin diagnosticar o mal diagnosticados, en especial en las personas con deficiencias inmunológicas graves, trastornos autoinmunes u otros trastornos del sistema inmunológico".
La vacuna contra el COVID-19 con virus vivos atenuados está en desarrollo
El estudio presentado tiene consecuencias para el COVID-19, y aun es un misterio en términos de transmisión y tratamiento. Por ejemplo, ee desconoce si el Sars-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, tiene la capacidad de ser transmitido por el aire, además de propagarse por contacto más directo o por las microgotas.
La transmisión por aire parece probable, sin embargo, eso genera aún más preocupaciones si se considera que ha comenzado el desarrollo de una vacuna contra el COVID-19 con virus vivos atenuados.
En junio de 2020, la empresa de biotecnología Meissa Vaccines anunció que había iniciado estudios preclínicos y la fabricación de una vacuna COVID-19 con virus vivos atenuados, que es el resultado de modificar la vacuna candidata a una vacuna con virus vivos atenuados del RSV.
Aún está por verse si una vacuna contra el COVID-19 con virus vivos atenuados hará que los receptores propaguen la cepa del virus de la vacuna por aire. Incluso Martin Moore, Ph.D., cofundador y director ejecutivo de Meissa Vaccines, habló con BioSpace sobre la probabilidad de que el virus se propague. BioSpace informó:
“Moore explicó que, si un virus se atenúa con una o dos mutaciones genéticas, el virus podría volver a ser infeccioso en la persona que reciba la vacuna y dichas personas podrían propagar el virus vivo, por lo que contagiarían a otras personas. Este es el peor de los casos y la razón por la que existen normas de seguridad tan estrictas para las vacunas, en especial las LAV [vacunas con virus vivos atenuados].
"La seguridad es fundamental, no se puede esquivar", explicó Moore. Los coronavirus, en particular, son propensos a la recombinación genética, por lo que el uso de un coronavirus vivo atenuado en una vacuna correría el riesgo de volverse de nuevo infeccioso".
En cuanto a la influenza y cualquier vacuna contra el COVID-19 novedosa y autorizada por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) y recomendada por los CDC, es importante conocer las diferencias entre las vacunas de virus vivos atenuados y las vacunas inactivadas, en especial si está en un grupo de población vulnerable, como niños muy pequeños, adultos mayores, mujeres embarazadas y en período de lactancia y personas con problemas de salud agudos o crónicos o con un sistema inmunológico comprometido.
Aún hay muchas preguntas sobre las vacunas con virus vivos y su impacto final en la salud pública.