¿Qué indica la "mejor evidencia" sobre los antidepresivos?

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

antidepresivos

Historia en Breve

  • En los Estados Unidos, 17.3 millones de adultos (el 7.1 % de la población adulta) y 3.2 millones de adolescentes (el 13.3 % de la población entre las edades de 12 a 17 años) padecieron al menos un episodio depresivo mayor en 2017
  • Los medicamentos antidepresivos, el enfoque más utilizado para abordar la depresión, también se encuentra entre los menos efectivos; a menudo, pueden agravar la situación, en especial cuando se utilizan a largo plazo
  • Estudios han demostrado repetidamente que los antidepresivos no son más beneficiosos que los placebos para abordar la depresión leve a moderada
  • Una revisión sistemática realizada en 2017 sobre 131 estudios controlados por placebo encontró que "todos los ensayos tenían un alto riesgo de sesgo" y que su importancia clínica era dudosa
  • Los antidepresivos son neurotóxicos y sus posibles efectos secundarios incluyen agravamiento de la depresión, autolesiones, violencia, suicidio, mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas, ataques cardíacos, derrames cerebrales, demencia y agotamiento de diversos nutrientes (en función del tipo de medicamento)

Según las últimas estadísticas, en los Estados Unidos, 17.3 millones de adultos (el 7.1 % de la población adulta) y 3.2 millones de adolescentes (el 13.3 % de la población entre las edades de 12 a 17 años) padecieron al menos un episodio depresivo mayor en 2017.

La depresión podría interferir en las relaciones laborales y personales, disminuir el rendimiento laboral o académico e influir en la salud física, ya que puede afectar en la capacidad para cuidarse adecuadamente y tomar buenas decisiones en cuestión de salud, incluyendo decisiones sobre sueño y alimentación.

A su vez, los desequilibrios en la alimentación, fluctuaciones de peso y malos hábitos de sueño pueden perjudicar la función inmunológica.

Asimismo, la depresión puede ser fatal, ya que es un factor que puede contribuir al 70 % del total de suicidios. En 2016, 44 965 personas se suicidaron en los Estados Unidos.

Además, la depresión puede promover comportamientos autodestructivos, como el abuso de drogas o alcohol, y el 90 % de las personas que manifiestan pensamientos suicidas experimentan una combinación de depresión y abuso de sustancias.

Por desgracia, los medicamentos antidepresivos, que es el enfoque más utilizado para abordar la depresión, también se encuentran entre los métodos menos efectivos. De hecho, las estadísticas sugieren que, lejos de ser útiles, los medicamentos psiquiátricos podrían agravar la situación.

Según una investigación publicada en febrero de 2017, en los Estados Unidos el 16.7 % de los 242 millones de adultos (entre las edades de 18 a 85 años) incluidos en la encuesta, informaron haber surtido al menos una receta de algún medicamento psiquiátrico en 2013.

El 12 % informó haber utilizado algún antidepresivo; el 8.3 % usó ansiolíticos, sedantes e hipnóticos; y el 1.6 % utilizó antipsicóticos. Ya que casi el 17 % de la población adulta en los Estados Unidos toma medicamentos psiquiátricos, sería prudente evaluar cuales son las mayores repercusiones del uso de este tipo de medicamentos.

Desafortunadamente, las estadísticas contraindican su uso de forma abrumadura; no obstante, siguen siendo la principal forma de tratamiento.

Libro Medication Madness: un psiquiatra expone su punto de vista

Hace poco la galardonada periodista de investigación, Sharyl Attkisson, entrevistó al psiquiatra y director del Centro Internacional de Psiquiatría Orientada al Paciente, Dr. Peter Breggin, durante un segmento de su programa televisivo "Full Measure".

Muchos lo conocen como "la conciencia de la psiquiatría", ya que, a principios de los años 80, contribuyó a evitar el regreso de la lobotomía como tratamiento psiquiátrico.

De igual manera, Breggin es el autor del libro Medication Madness, en la que detalla los múltiples peligros de los medicamentos psiquiátricos. En sus 50 años de práctica, nunca prescribio estos medicamentos a ningún paciente.

De hecho, se especializa en que las personas dejen de utilizarlos, y escribió un libro sobre la suspensión del uso de medicamentos psiquiátricos, Psychiatric Drug Withdrawal: A Guide for Prescribers, Therapists, Patients and Their Families.

Cuando se le cuestiona su opinión sobre las personas que no saben y deberían estar informadas acerca de los tratamientos psiquiátricos, Breggin responde "desconocen que todos los medicamentos psiquiátricos consisten en neurotoxinas. Desconocen que no corrigen los desequilibrios bioquímicos, sino todo lo contrario".

Prozac fue el primer inhibidor selectivo de la recaptación de serotonina (ISRS), aprobado por la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) de los Estados Unidos en 1987.

A lo largo de los años, Prozac se convirtió en el objetivo de diversas demandas, ya que los pacientes padecieron todo tipo de efectos negativos, desde defectos de nacimiento hasta el suicidio y síndrome de la serotonina, un padecimiento causado por un exceso de serotonina en el cerebro, que provoca nerviosismo, confusión, presión arterial alta, entre otros.

En 1996 ya se habían presentado 35 000 quejas sobre el medicamento ante la FDA. A principios de los años 90, un tribunal federal nombró a Breggin como la autoridad médica y científica para atender a las partes demandantes en todas las denuncias combinadas que enfrentó Eli Lilly con respecto a Prozac, un cargo que le otorgó el acceso a los registros corporativos. Breggin le expresó a Attkisson:

"Prozac... tenía efectos de anfetamina. El jefe de los investigadores señaló y escribio, "este medicamento tiene efectos similares a las anfetaminas. Por lo tanto, necesita indicarse en la etiqueta.

Puede agravar la depresión, inquietar a las personas, irritarlas, elevar la tasa de suicidios; sin embargo, la FDA no permitió que la etiqueta llevara los efectos adversos que señalaba el jefe de los investigadores.

Así que, desde el inicio, la situación estaba destinada al desastre. Y en relación a su utilidad, hice una investigación en la que analicé cuidadosamente las estadísticas y expuse que, de hecho, el medicamento no funciona. Así que, podría proporcionar el mismo nivel de beneficios que un placebo.

El placebo podría beneficiar entre el 40 y 80 % de las personas, lo cual es significativo, en especial cuando hablamos de depresión, porque este padecimiento no es un desequilibrio bioquímico. Sino que produce una sensación de desesperanza. La depresión es parte de la experiencia humana".

En la opinión de Breggin, "no hay un tratamiento médico prometedor y probablemente nunca lo habrá", por la sencilla razón de que la depresión se basa principalmente en la complejidad de las emociones y experiencias humanas.

Considera que uno debe evitar los hábitos anestésicos y evasores de la realidad, como el uso de drogas y alcohol; en cambio, debe implementar estrategias para promover la salud de su función cerebral, a fin de "poder lidiar con sus problemas".

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Contrario a las creencias populares, los antidepresivos no funcionan

En 2010, entrevisté al periodista médico y nominado al Premio Pulitzer, Robert Whitaker, sobre el uso de medicamentos psiquiátricos, ya que ha escrito dos libros sobre este tema. He incluido la entrevista de nuevo para su comodidad. Whitaker detalla los estudios científicos que demuestran que los antidepresivos no funcionan, así como sus verdaderos efectos.

Las investigaciones científicas disponibles también han causado que Jacob Stegenga, profesor de filosofía de la ciencia en la Universidad de Cambridge y autor del libro Medical Nihilism, concluya lo mismo. En un ensayo reciente, señala que:

"Al profundizar en los detalles de cómo se generan, analizan y reportan los datos de los antidepresivos, se nos dice que estos medicamentos son poco efectivos, en el mejor de los casos... La mejor evidencia sobre su efectividad proviene de los ensayos aleatorios y metanálisis de estos ensayos.

La gran mayoría de estos estudios son financiados y controlados por los fabricantes de los antidepresivos, lo cual es un evidente conflicto de intereses. A menudo, estos ensayos duran solo semanas, mucho menos que el tiempo en que la mayoría de las personas utiliza los antidepresivos.

Los participantes de estos ensayos son seleccionados de forma cuidadosa; por lo general, excluyen a pacientes de edad avanzada, quienes padecen otras enfermedades o toman diversos medicamentos diferentes.

En otras palabras, el mismo perfil de personas a las que se les recetan frecuentemente los antidepresivos, lo que significa que no es confiable extrapolar la evidencia de estos ensayos y aplicarla en pacientes reales.

Se publican ensayos que generan evidencia que parece apoyar a los antidepresivos, mientras que a menudo no se publican los ensayos que demuestran la ineficacia de estos medicamentos...

Como ejemplo destacado, en 2012 el Reino Unido la empresa farmacéutica GlaxoSmithKline, se declaró responsable de cargos criminales por promover el uso de su antidepresivo Paxil en niños (no había evidencia de que fuera efectivo en niños) y por no informar los datos completos de los ensayos...

Al analizarlo bien, la mejor evidencia indica que, en términos clínicos, los antidepresivos no son beneficiosos.

¿Qué indica la "mejor evidencia" sobre los antidepresivos?

Si bien, algunos medicamentos psiquiátricos podrían ser útiles para una pequeña minoría de personas con problemas de salud mental muy graves, como la esquizofrenia, es muy evidente que la gran mayoría de las personas que utilizan estos medicamentos no padece el tipo de enfermedades psiquiátricas que podrían justificar su uso prudente.

Por ejemplo, la mayoría padece tristeza, dolor, ansiedad, "melancolía" y depresión, que son, en muchas formas, parte del sistema de comunicación del cuerpo, al revelar deficiencias nutricionales o de la luz solar, o desconexión espiritual.

Las razones subyacentes para este tipo de problemas son múltiples, pero puede estar seguro de que, cualquiera que sea la causa, no se solucionará con un antidepresivo. De hecho, como lo señaló Breggin, los estudios han demostrado repetidamente que los antidepresivos no son más beneficiosos que un placebo para abordar la depresión leve a moderada.

Irving Kirsch, Director asociado del Programa de Estudios del Placebo en la Facultad de Medicina de Harvard, realizó diversos metanálisis de antidepresivos en comparación con el placebo, y concluyó que prácticamente no hay diferencias en su efectividad. Según Kirsch, "la diferencia es tan pequeña, que no tiene ninguna relevancia clínica". Por ejemplo:

En un metaanálisis de 1998 que examinó 19 estudios doble ciego, Kirsch y sus colegas señalaron que:

"Estos datos indicaban que prácticamente toda la variación en el tamaño del efecto del medicamento se debió a las características del placebo en los estudios.

El nivel del efecto de los medicamentos activos que no se consideraban antidepresivos fue tan amplio como el de los clasificados como antidepresivos, y en ambos casos, los placebos inactivos produjeron una mejora del 75 % con respecto al efecto del medicamento activo.

Estos datos elevan la posibilidad de que el efecto aparente del medicamento (25 % de la respuesta del fármaco) sea un efecto de placebo activo".

Las investigaciones publicadas en 2008 demostraron que las principales diferencias entre las investigaciones, publicadas o no, hacen que los antidepresivos parezcan mucho más beneficiosos y efectivos de lo que revela realmente el total de las investigaciones. De los 74 estudios registrados por la FDA, el 31 % nunca fue publicado.

Como señalaron los autores, "según la literatura publicada, al parecer el 94 % de los ensayos realizados fueron positivos. En contraste, el análisis de la FDA demostró que el 51 % era positivo... El informe selectivo de los resultados de los ensayos clínicos podría tener consecuencias adversas para los investigadores, participantes del estudio, profesionales de la salud y pacientes".

Un metaanálisis realizado en 2010 concluyó que "la magnitud del beneficio de los medicamentos antidepresivos, en comparación con el placebo, podría incrementarse con la gravedad de los síntomas de depresión y ser mínima o inexistente, en promedio, en pacientes con síntomas leves o moderados".

En un artículo realizado en 2011, Kirsch señaló que los ensayos de seis semanas tenían una tasa de éxito más alta que los ensayos de ocho semanas, 55 % contra 42 %, lo que sugiere que probablemente sea ineficaz el uso de antidepresivos a largo plazo.

En un artículo publicado en 2014, Kirsch señala que "los análisis de los datos publicados y no publicados que ocultaron las empresas farmacéuticas revelan que la mayoría de (si no es que todos) los beneficios se deben al efecto placebo".

En este estudio, señala que, de hecho, dos de sus metaanálisis previos revelaron que cuando se incluyeron los ensayos publicados y no publicados, la respuesta al placebo producía un impresionante 82 % con respecto a la respuesta beneficiosa a los antidepresivos.

Un beneficio importante de evaluar los datos de los ensayos de la FDA fue que todos los ensayos utilizaron la misma medida principal de depresión, que hizo que los efectos entre el medicamento y placebo fueran muy fáciles de identificar y comparar. La medida principal de la depresión utilizada en estos estudios fue la escala de depresión de Hamilton, una escala de 17 puntos con una posible puntuación de 0 a 53 puntos.

Cuanto mayor sea el puntaje, más grave será su depresión. Es importante destacar que la diferencia media entre los antidepresivos y el placebo fue menos de 2 puntos (1.8) en esta escala. Para ilustrar cuán insignificante es esta diferencia, podría marcar una diferencia de 6 puntos simplemente al cambiar los patrones de sueño, sin manifestar ningún cambio informado en otros síntomas depresivos.

Simplemente sentirse menos nervioso podría disminuir 4 puntos su puntuación de depresión, como lo señaló Stegenga en su ensayo, "un medicamento que simplemente hace que las personas duerman mejor y se inquieten menos podría disminuir 10 puntos la puntación de depresión".

Además, las directrices clínicas en el Reino Unido exigen que los antidepresivos disminuyan tan solo 3 puntos la puntuación de depresión, y esto también revela por qué y cómo los beneficios de los antidepresivos se han exagerado y sobrevalorado.

En fechas más recientes, una revisión sistemática realizada en 2017 con metaanálisis y análisis secuencial de ensayos sobre 131 estudios controlados con placebo encontró que "todos los ensayos tenían un alto riesgo de sesgo y que su importancia clínica parecía dudosa".

Los ISRS pueden incrementar significativamente el riesgo de eventos adversos graves y no tan graves. Los posibles pequeños efectos beneficiosos parecen ser superados por los efectos dañinos".

Ninguno de los ensayos, aun cuando informaron un resultado positivo, alcanzó el nivel clínicamente significativo de 3 puntos en la puntuación de depresión.

A largo plazo, los usuarios de antidepresivos pueden resultar muy afectados

Además, las investigaciones han demostrado que los pacientes que no toman antidepresivos obtienen mejores resultados a largo plazo, en comparación con los que toman medicamentos; y las investigaciones que comparan el ejercicio y tratamiento con medicamentos para la depresión sugieren que los que no toman medicamentos tienen un menor riesgo de reincidencia.

El artículo realizado en 2014 por Kirsch sobre los antidepresivos y efecto placebo también aborda este riesgo.

"La teoría de la serotonina se encuentra tan cerca de demostrar ser incorrecta, como cualquier otra teoría en la historia de la ciencia. "En vez de curar la depresión, los antidepresivos populares podrían inducir una vulnerabilidad biológica que puede incrementar la posibilidad de que las personas se depriman posteriormente", escribe Kirsch.

Efectos adversos conocidos de los antidepresivos

Además de no funcionar mejor que un placebo, los antidepresivos también tienen una larga lista de posibles efectos secundarios, por ejemplo:

Agravamiento de la depresión

Autolesiones, violencia y suicidio

Mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, incluso después de adaptar los factores de riesgo, como el índice de masa corporal

Engrosamiento de la íntima-media carotídea mayor (el revestimiento de las arterias principales en el cuello que le suministran sangre al cerebro), lo que podría contribuir al riesgo de enfermedades cardíacas y derrames cerebrales Esto ocurrió tanto en el caso de los ISRS como antidepresivos, que pueden influir en otros químicos cerebrales

Mayor riesgo de ataques cardíacos, específicamente en los usuarios de antidepresivos tricíclicos, que tienen un riesgo 36 % mayor de ataque cardíaco

Mayor riesgo de demencia; conforme se incrementa la dosis, también puede incrementar el riesgo de demencia

Agotamiento de diversos nutrientes, incluyendo a la coenzima Q10 y vitamina B12, en el caso de los antidepresivos tricíclicos, que son necesarios para una función mitocondrial adecuada. Los ISRS se han relacionado con el agotamiento de los niveles de yodo y folato

Tratamientos útiles contra la depresión

Si está interesado en obtener recomendaciones basadas en estudios científicos, debería considerar a los antidepresivos como último recurso en su lista de opciones de tratamiento. Los tratamientos mucho más efectivos para la depresión son:

Ejercicio — Un sin número de estudios han demostrado que el ejercicio supera a los tratamientos de medicamentos. El ejercicio ayuda a crear nuevas neuronas productoras de GABA que ayudan a inducir un estado natural de calma y aumenta los niveles de serotonina, dopamina y norepinefrina, lo que ayudan a aminorar los efectos del estrés.

Los estudios han demostrado que existe una fuerte correlación entre tener un mejor estado de ánimo y la capacidad aeróbica, pero incluso hacer ejercicios ligeros podría ser eficaz. Por ejemplo, el yoga se ha vuelto un tema de especial atención en una serie de estudios. Un estudio encontró que las sesiones de yoga de 90 minutos, tres veces por semana, redujo los síntomas de depresión mayor en al menos un 50 %.

Intervención nutricional — Mantener la inflamación bajo control es una parte importante de cualquier plan de tratamiento efectivo. Si es sensible al gluten, tendrá que eliminar todo el gluten de su alimentación. Una prueba de sensibilidad alimenticia podría ayudarle a determinarlo. Asimismo, disminuir las lectinas podría ser una buena idea.

Como regla general, llevar una alimentación que incluya alimentos enteros, como se describe en mi plan de nutrición optimizado podría significar un gran avance en disminuir su nivel de inflamación. La piedra angular de una alimentación saludable es limitar el azúcar de cualquier tipo, lo ideal es no consumir más de 25 gramos por día.

En un estudio, los hombres que consumían más de 67 gramos de azúcar por día tenían una probabilidad 23 % mayor de desarrollar ansiedad o depresión en el transcurso de cinco años, en comparación con aquellos cuyo consumo de azúcar era inferior a 40 gramos por día. Ciertas deficiencias nutricionales también son notables por contribuir a la depresión, en particular:

Grasas omega-3 de origen marino — Se ha demostrado que las grasas omega-3 pueden mejorar el trastorno depresivo mayor, así que asegúrese de obtener suficiente cantidad de estas grasas a través de su alimentación, ya sea por medio del salmón silvestre de Alaska, sardinas, arenque, caballa y anchoas, o algún suplemento de alta calidad.

Recomiendo realizarse una prueba de índice de grasas omega-3 para asegurarse de obtener suficiente cantidad. Lo ideal es que su índice de grasas omega-3 sea 8 % o superior.

Vitaminas B (incluyendo a la vitamina B1, B2, B3, B6, B9 y B12) — Tener un bajo nivel de folato alimenticio podría incrementar su riesgo hasta en un 300 %. Uno de los estudios más recientes demuestra la importancia de una deficiencia de vitaminas en la depresión que padecen los adolescentes que tienen pensamientos suicidas.

La mayoría resultó ser deficiente en folato cerebral y todos ellos mejoraron después de recibir un tratamiento con ácido folínico.

Magnesio — Los suplementos de magnesio han causado mejoras en la depresión de leve a moderada en adultos, con efectos beneficiosos en las siguientes dos semanas de iniciar el tratamiento.

Vitamina D — Los estudios han demostrado que ser deficiente en vitamina D podría predisponer a una depresión y que es posible que este padecimiento responda favorablemente al optimizar las reservas de vitamina D, lo ideal sería exponerse prudentemente a los rayos del sol.

En uno de estos estudios, las personas que tenían un nivel de vitamina D inferior a 20 nanogramos por mililitro (ng/mL) tuvieron un riesgo 85 % mayor de depresión, en comparación con las personas que tenían un nivel superior a 30 ng/mL.

Un ensayo aleatorio doble ciego, publicado en 2008, concluyó que suplementar con altas dosis de vitamina D "parecía mejorar los síntomas de [depresión], lo que indica una posible relación causal". Además, las recientes investigaciones sostienen que, aparentemente, los bajos niveles de vitamina D están relacionados con los intentos de suicidio.

Para tener una salud óptima, debe asegurarse de que sus niveles de vitamina D se encuentre entre 60 y 80 ng/mL durante todo el año. Lo ideal sería realizarse una prueba de vitamina D, al menos dos veces al año, para controlar sus niveles.

Terapia de luz — En un estudio de ocho semanas de duración, la terapia de luz por sí sola y el placebo fueron más efectivos que el medicamento Prozac en el tratamiento de la depresión moderada a grave. Pasar tiempo al aire libre bajo la plena luz del día es la opción menos costosa y probablemente sea la más efectiva.

Probióticos — Mantener el microbioma intestinal saludable también tiene un efecto significativo en el estado de ánimo, emociones y cerebro. Podrá obtener más información en mi artículo anterior, " La salud mental podría depender de la salud del microbioma intestinal".

Técnicas de Libertad Emocional (EFT, por sus siglas en inglés) — EFT es una forma de acupresión psicológica que ha demostrado ser bastante efectiva para abordar la depresión y ansiedad. Para atender cuestiones graves o complejas, debe buscar un profesional cualificado que esté capacitado en EFT para que lo guíe a través del proceso.

Dicho lo anterior, para la mayoría de las personas que padecen síntomas de depresión, esta es una técnica que podría aprender a hacer con eficacia por sí mismo. En el video siguiente, la practicante de EFT, Julie Schiffman, hace una demostración.

Estrategias de tratamiento adicionales que pueden ser útiles

Enseguida se encuentran muchas otras estrategias que podrían ayudarle a mejorar su salud mental:

Minimice su exposición a los campos electromagnéticos (EMFs, por sus siglas en inglés) — En 2016, Martin Pall, Ph. D., publicó una revisión en Journal of Neuroanatomy que demuestra cómo la radiación de microondas emitida por los teléfonos celulares, enrutadores wifi, así como las computadoras y tabletas que no están en modo de avión, está evidentemente relacionada con muchos trastornos neuropsiquiátricos.

Estos campos electromagnéticos (EMF, por sus siglas en inglés) incrementan los niveles de calcio intracelular y activan la producción de radicales libres extremadamente dañinos al actuar sobre los canales de calcio voltaje dependientes (VGCC, por sus siglas en inglés), y el tejido con la mayor densidad de VGCC; es decir, el cerebro.

Una vez que estimulan estos VGCC, también se liberan neurotransmisores y hormonas neuroendocrinas, que pueden contribuir no solo a la ansiedad y depresión, sino también a enfermedades neurodegenerativas, como el Alzheimer.

Por lo tanto, si padece ansiedad o depresión, debe asegurarse de limitar su exposición a tecnologías inalámbricas. Algunas medidas sencillas incluyen apagar el wifi durante la noche, no portar su teléfono celular sobre su cuerpo a menos que esté en modo de avión, y evitar tener teléfonos portátiles, teléfonos celulares y otros dispositivos eléctricos en su habitación.

Limpie su higiene del sueño — Asegúrese de dormir suficiente cantidad de horas, ya que el sueño es esencial para tener una salud mental y estado de ánimo óptimos.

La incapacidad para conciliar el sueño y permanecer dormido podrían ser ocasionados por tener niveles elevados de cortisol, por lo que, si tiene problemas para dormir, debería realizar una prueba de saliva para comprobar sus niveles de cortisol, a través de una prueba de índice de estrés suprarrenal.

Los adaptógenos, productos herbales que pueden ayudar a disminuir los niveles de cortisol y adaptar su cuerpo al estrés, pueden ser útiles si tiene niveles elevados de cortisol. También, hay otras hierbas y aminoácidos excelentes que pueden ayudarle a conciliar el sueño y permanecer dormido.

Para obtener más directrices y recomendaciones, consulte mi artículo "El sueño: por qué es necesario y 50 maneras de optimizarlo".

Optimice su salud intestinal — Varios estudios han confirmado que la inflamación gastrointestinal podría desempeñar un rol fundamental en el desarrollo de la depresión.

Así mismo, optimizar su microbioma intestinal podría ayudar a regular una serie de neurotransmisores y hormonas relacionadas con el estado de ánimo, incluyendo a GABA y la corticosterona, lo que disminuiría la ansiedad y las conductas relacionadas con la depresión.

Para nutrir su microbioma intestinal, debe asegurarse de consumir una gran cantidad de vegetales frescos y alimentos tradicionalmente fermentados, como los vegetales fermentados, lassi, kéfir y natto.

Si no consume alimentos fermentados de forma regular, es recomendable tomar un suplemento probiótico de alta calidad. También recuerde limitar ampliamente los azúcares y granos, para reequilibrar su microbioma intestinal.

Visualización — La visualización e imaginación guiadas han sido utilizadas durante décadas por atletas de élite antes de un evento, hombres de negocios exitosos y pacientes con cáncer, todo para lograr mejores resultados a través de convencer a su mente de que ya ha logrado resultados exitosos. Las personas que padecen depresión han demostrado tener éxito con esto.

Terapia de comportamiento cognitivo (CBT, por sus siglas en inglés) — La CBT se ha utilizado exitosamente para tratarla depresión. Esta terapia asume que el estado de ánimo está relacionado con el patrón de pensamiento, e intenta cambiar el estado de ánimo y revertir la depresión al dirigir sus patrones de pensamiento.

Para tener una salud óptima asegúrese de que sus niveles de colesterol no estén demasiado bajos — También, podría hacer una prueba para comprobar sus niveles de colesterol y asegurarse de que no estén demasiado bajos. Tener niveles inferiores de colesterol está relacionado con tasas drásticamente mayores de suicidio, así como de agresión hacia otros.

Esta mayor incidencia en la expresión de violencia hacia sí mismo y hacia los demás podría ser debido al hecho de que, tener una membrana de colesterol más delgada disminuye el número de receptores de serotonina en el cerebro, que constituyen aproximadamente el 30 % del colesterol en el peso.

Por lo tanto, tener concentraciones más bajas de colesterol sérico podría contribuir a disminuir los niveles de serotonina cerebral, lo cual no solo contribuye a la depresión asociada con el suicidio, sino que evita la supresión del comportamiento agresivo y la violencia hacia sí mismo y a otros.

Ecoterapia — Los estudios han confirmado los efectos terapéuticos de pasar tiempo en contacto con la naturaleza.

La ecoterapia ha demostrado disminuir el estrés, mejorar el estado de ánimo y reducir significativamente los síntomas de depresión. Las actividades al aire libre pueden ser casi cualquier tipo de ejercicio, desde caminar por un sendero natural hasta hacer jardinería, o simplemente realizar ejercicio al aire libre.

Ejercicios de respiración — Trabajar la respiración, como la técnica de respiración Buteyko también puede otorgar enormes beneficios psicológicos y disminuir rápidamente la ansiedad al elevar la presión parcial de dióxido de carbono en el cuerpo.

Suplementos útiles — Para disminuir los síntomas de ansiedad y depresión, en vez de recurrir a los medicamentos, podría utilizar una serie de hierbas y suplementos, que incluyen a los siguientes:

Hierba de San Juan (Hypericum perforatum) — Esta planta medicinal tiene un extenso antecedente histórico de uso como tratamiento para la depresión, y se cree que funciona de forma similar a los antidepresivos, al elevar el nivel de las sustancias químicas cerebrales, tales como la serotonina, dopamina y noradrenalina, asociadas con el estado de ánimo.

S-adenosil metionina (SAMe, por sus siglas en inglés) — SAMe es un derivado de aminoácidos que se produce de forma natural en todas las células. Desempeña un rol en muchas reacciones biológicas, a través de la transferencia de su grupo metilo al ADN, proteínas, fosfolípidos y aminas biogénicas. Varios estudios científicos indican que SAMe podría ser útil en el tratamiento de la depresión.

5-hidroxitriptófano (5-HTP, por sus siglas en inglés) — 5-HTP es otra alternativa natural para los antidepresivos tradicionales. Cuando su cuerpo establece la producción de serotonina, primero elabora 5-HTP. Tomarlo como suplemento podría aumentar los niveles de serotonina. La evidencia sugiere que 5-HTP supera a los placebos, cuando se trata de aliviar la depresión,51 que es más de lo que se puede decir de los antidepresivos.

Xing Pi Jie Yu — Se ha encontrado que esta hierba, de origen chino, disponible a través de los médicos que practican la medicina tradicional china, disminuye los efectos del "estrés crónico e impredecible", lo que reduce el riesgo de depresión.

Directrices para retirar el uso de los medicamentos de forma segura

Si actualmente toma antidepresivos y desea dejar de usarlos, lo ideal es que obtenga el apoyo del médico que se los prescribió. Además, sería conveniente investigar un poco más sobre cómo proceder de mejor manera.

Así mismo, podrían ser de utilidad los siguientes libros: Psychiatric Drug Withdrawal: A Guide for Prescribers, Therapists, Patients and Their Families de Breggin o la obra The Antidepressant Solution: A Step-by-Step Guide to Overcoming Antidepressant Withdrawal, Dependence, and Addiction del Dr. Joseph Glenmullen.

También, podría recurrir a una organización con una lista de referencias de los médicos que tienen prácticas más biológicas o de origen natural, como el Colegio Americano para el Avance en la Medicina, a través de su sitio web www.acam.org.

Un psiquiatra holístico le podrá proporcionar una serie de opciones de tratamiento, entre sus herramientas, con las que los médicos convencionales no cuentan, y por lo general, está familiarizado con la suplementación nutricional.

Una vez que obtenga la cooperación del médico que hace sus prescripciones, podría comenzar a disminuir la dosis de la medicación que toma. Existen protocolos para reducir gradualmente la dosis, sobre los cuales debe estar enterado su médico.

Al mismo tiempo, podría ser recomendable agregar suplementos nutricionales o un multivitamínico u opciones herbales. Una vez más, su mejor opción sería colaborar con un psiquiatra holístico que esté bien versado en el uso del apoyo nutricional.

Si tiene un amigo o miembro de su familia con problemas de depresión, tal vez una de las acciones más útiles que podría realizar es proporcionar el apoyo para guiarlo hacia una alimentación y hábitos de estilo de vida más saludables, ya que hacer cambios podría ser particularmente difícil cuando se siente deprimido, o peor aún, si tiene pensamientos suicidas.

Anímelo a liberarse y encontrarse con usted para salir a dar una caminata al aire libre. No debemos subestimar el poder de los vínculos humanos, y de la conexión con la naturaleza. Considero que ambos son esenciales para la salud mental y la estabilidad emocional.

Si vive en los Estados Unidos y se siente desesperado o tiene pensamientos suicidas, llame a la Línea de Vida Nacional Para la Prevención de Suicidios, al número gratuito: 1-800- 273-TALK (8255) o llame al 911, o simplemente acuda a una Sala de Urgencias del Hospital más cercano. No puede hacer planes a largo plazo para hacer cambios en el estilo de vida cuando se encuentra en medio de una crisis.

+ Fuentes y Referencias
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