La obsesión actual del ser humano por mantener su hogar y cuerpo regularmente desinfectados y lo más estériles posible ha tenido un costo elevado; es decir, la falta de comunicación regular con microbios beneficiosos del medioambiente.
Y el problema se agrava porque muchas personas ya no pasan mucho tiempo al aire libre, trabajando, jugando o en contacto con la tierra y sus habitantes biológicos.
Resulta que en la tierra hay una gran cantidad de microbios útiles, que los investigadores han descubierto apenas de forma superficial, pero lo que se ha revelado hasta ahora es fascinante.
Por ejemplo, los investigadores de la Universidad de Colorado, en Boulder, encontraron recientemente que las bacterias de la tierra son una fuente de grasa antiinflamatoria, y que esta exposición podría beneficiar la salud mental.
Las bacterias de la tierra pueden contener grasas que eliminan el estrés
La Mycobacterium vaccae (M. vaccae) es un tipo de bacteria que se encuentra en el entorno natural, incluyendo a la tierra. Anteriormente, se descubrió que las bacterias exhibían propiedades antiinflamatorias, inmunorreguladoras y de resistencia al estrés, además de generar efectos contra la ansiedad, pero las razones aún eran desconocidas.
Ahora, la investigación publicada en la revista Psychopharmacology pudo haber revelado una pieza clave del rompecabezas.
Al evaluar la M. vaccae, los investigadores identificaron y aislaron el ácido 10 (Z)-hexadecenoico, un nuevo ácido graso que luego secuenciaron para determinar cómo interactuaba con las células inmunes.
El ácido graso, o lípido, demostró unirse al receptor activado por el proliferador de peroxisoma (PPAR), al inhibir las vías que aumentaban la inflamación. Además, cuando trataron las células con ácido 10 (Z)-hexadecenoico, pudieron resistir mejor la inflamación.
Christopher Lowry, autor principal del estudio, dijo en un comunicado de prensa, "creemos que hay una salsa especial que controla los efectos protectores de esta bacteria, y esta grasa es uno de los principales ingredientes de esa salsa especial", y añadió:
"Parece que estas bacterias, con las que coevolucionamos, tienen un truco bajo la manga", indicó Lowry. "Cuando son absorbidas por las células inmunes, liberan estos lípidos que se unen a este receptor y cierran la cascada inflamatoria...
Esta solo es una cepa de una especie de un tipo de bacteria que se encuentra en la tierra, pero hay millones de cepas diferentes en los suelos. Apenas comenzamos a ver la punta del iceberg, en términos de identificar los mecanismos por medio de los cuales han evolucionado para mantenernos saludables. Esto debería inspirarnos temor".
¿Por qué la jardinería es una excelente forma de aliviar el estrés?
La jardinería tiene la capacidad de disminuir el estrés, incluyendo a la actividad física, exposición a la luz solar beneficiosa y, por último, exposición a los microbios.
Por ejemplo, la M. vaccae ha demostrado atenuar el comportamiento relacionado con la ansiedad y mejorar el aprendizaje en ratones, y es posible que las personas que inhalan esos microbios mejoren su estado de ánimo cuando se encuentran jugando o trabajando en la tierra.
En 2004, los investigadores incluyeron la M. Vaccae en la quimioterapia estándar para pacientes con cáncer, lo que produjo una mejora significativa en la calidad de vida. En 2007, Lowry y sus colegas revelaron que la M. vaccae activaba las neuronas productoras de serotonina en el cerebro de los ratones, específicamente las involucradas en la respuesta inmunológica.
En 2016, Lowry y sus colegas publicaron otro estudio sobre estas notables bacterias, que demuestra que cuando a los ratones se les inyectó una preparación caliente a base de la M. vaccae y luego fueron alojados con machos más grandes y agresivos, demostraron menos ansiedad y comportamientos similares al miedo.
Los ratones también exhibieron un riesgo 50 % menor de padecer colitis inducida por estrés, así como menos inflamación sistémica.
Según los investigadores, los resultados sugieren que la M. vaccae puede ayudar a prevenir problemas similares al trastorno de estrés postraumático (PTSD) en ratones:
“El tratamiento de una preparación caliente a base del microorganismo ambiental inmunorregulador Mycobacterium vaccae, suministrado en ratones, puede evitar la patología inducida por el estrés. Estos datos respaldan una estrategia de "reintroducir" a los humanos con sus viejos amigos para promover una salud y bienestar óptimos".
Del mismo modo, Lowry afirmó que a medida que los humanos se mudaron a áreas urbanas, lejos de sus raíces de cazadores-recolectores o agrícolas, perdieron el contacto con organismos beneficiosos que les ayudaban a regular su sistema inmunológico y suprimir la inflamación. "Eso nos ha puesto en mayor riesgo de enfermedades inflamatorias y trastornos psiquiátricos relacionados con el estrés", señaló.
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La tierra también puede ser una fuente de poderosos antibióticos
Las enfermedades resistentes a los antibióticos se extienden por todo el mundo. En los Estados Unidos, al menos 2 millones de habitantes adquieren infecciones resistentes a los medicamentos al año y, como resultado, mueren 23 000 personas. Muchas otras fallecen a causa de enfermedades que se complican por infecciones resistentes a los antibióticos.
Un estudio estimó que hasta el 50 % de los patógenos causan infecciones en áreas quirúrgicas, y el 25 % de los que causan infecciones después de la quimioterapia, ya son resistentes a los típicos antibióticos.
A menos que se tomen medidas para frenar el uso de antibióticos (incluso en la agricultura), es posible que entremos en una era en que los antibióticos ya no curen las infecciones bacterianas comunes, pero es posible que la tierra acuda al rescate.
Los investigadores de la Universidad de Rockefeller en la ciudad de Nueva York analizaron alrededor de 2000 muestras de tierra de los Estados Unidos, extrajeron el ADN y lo examinaron para convertirlo en una nueva familia de antibióticos llamados malacidinas. En pruebas de laboratorio, los compuestos fueron lo suficientemente potentes para matar bacterias resistentes a múltiples medicamentos.
En 2018, los investigadores analizaron muestras de suelo de Irlanda del Norte y también revelaron una posible fuente de antibióticos. Estaban buscando la presencia del Streptomyces, que se sabe que produce antibióticos, y una nueva cepa que denominaron Streptomyces sp. myrophorea.
La nueva cepa bacteriana también fue capaz de inhibir el crecimiento de patógenos resistentes a múltiples medicamentos.
Curiosamente, hay relatos históricos de personas que utilizaban tierra, como la tierra roja del Reino Hachemita de Jordania, para tratar infecciones. Cuando los investigadores recolectaron muestras de suelo del área y las inocularon con bacterias, estas murieron rápidamente y se identificaron diversas bacterias productoras de antibióticos en las muestras.
Uno de los autores del estudio de Irlanda, el profesor Paul Dyson, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Swansea, explicó en un comunicado de prensa que enfocarnos en la medicina tradicional, como la tierra, podría ser la respuesta para los problemas actuales:
"Esta nueva cepa de bacterias [Streptomyces sp. myrophorea] es eficaz contra 4 de los 6 principales agentes patógenos que son resistentes a los antibióticos, incluyendo al SARM. Nuestro descubrimiento es un importante avance en la lucha contra la resistencia a los antibióticos.
Y nuestros resultados demuestran que vale la pena investigar el folclore y medicinas tradicionales en la búsqueda de nuevos antibióticos. Los científicos, historiadores y arqueólogos podrían contribuir un poco a esta tarea. Parece que parte de la respuesta a este problema de la modernidad podría radicar en la sabiduría del pasado".
Los árboles también liberan compuestos que alivian el estrés
En Japón, una práctica conocida como Shinrin-yoku, o baño de bosque, es un pasatiempo popular.
En un estudio que comparó los efectos en la salud de pasar tiempo en el bosque en vez de pasarlo en la ciudad, encontró que el ambiente del bosque promovía concentraciones más bajas de cortisol, disminuía la frecuencia del pulso y presión arterial, incrementaba la actividad nerviosa parasimpática y reducía la actividad nerviosa simpática.
Además, se ha demostrado que el baño de bosque puede generar efectos de relajación mientras que disminuye los síntomas de depresión, fatiga, ansiedad y confusión en hombres de mediana edad.
Incluso, se ha encontrado que visitar un bosque podría incrementar la actividad de las células asesinas naturales, una parte del sistema inmunológico, así como la expresión de proteínas anticancerígenas, efectos beneficiosos que persistieron durante al menos siete días después de visitar un bosque.
Los árboles liberan compuestos volátiles llamados fitoncidios, como el alfa-pineno y beta-pineno, y están presentes en el aire del bosque.
Se piensa que los fitoncidios liberados por los árboles, así como la disminución en la hormona del estrés, pueden ser una parte responsable del aumento en la actividad de las células asesinas. Cuando 498 voluntarios pasaron un poco de tiempo en el bosque, experimentaron una disminución significativa en los niveles de estrés, incluyendo puntuaciones más bajas en la sensación de hostilidad y depresión.
Los investigadores escribieron para la revista Public Health:
“Este estudio reveló que los entornos forestales son beneficiosos para las emociones agudas, especialmente entre las personas que experimentan estrés crónico.
En consecuencia, la práctica Shinrin-yoku puede emplearse como un método para disminuir el estrés, y los entornos forestales pueden percibirse como paisajes terapéuticos. Por lo tanto, la práctica Shinrin-yoku habitual puede ayudar a disminuir el riesgo de enfermedades relacionadas con el estrés psicosocial, y justificar la evaluación de los efectos de esta práctica a largo plazo".
La cuestión de alimentarse con tierra
Muchas personas han adoptado la actitud de que ensuciarse con tierra es algo malo, pero cuando esta proviene de un entorno natural (sin contaminación), ocurre lo contrario. De hecho, incluso en muchas partes del mundo es común comer tierra, especialmente entre las mujeres embarazadas.
Al escribir para Emerging Infectious Diseases, Gerald Callahan, profesor del departamento de microbiología, inmunología y patología de la Universidad Estatal de Colorado, sugirió que esto se puede hacer para reforzar el sistema inmunológico de la madre, y ayudarla a producir altos niveles de anticuerpos contra patógenos en el medioambiente que luego estarían presentes en su leche materna y le proporcionarían mayor protección a su bebé.
"Entonces, comer tierra, en vez de ser algo anormal, podría ser una adaptación evolutiva adquirida durante milenios de interacciones productivas y no tan productivas con las bacterias, una adaptación que puede mejorar la inmunidad fetal e incrementar los niveles de calcio, eliminar el malestar gástrico, desintoxicarse de algunas toxinas animales y vegetales, y tal vez potenciar la inmunidad de las madres", señala.
De igual manera, señala el típico hábito de los niños de comer tierra. Es tan común que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos calcula que los niños consumen entre 200 miligramos y 800 miligramos de tierra al día. Si bien, los padres pueden intentar detenerlo, señala Callahan, es probable que esta exposición a la tierra y microbios sea una parte integral de su desarrollo saludable:
“Durante años, los padres hemos intentado detenerlo. No conozco un caso en el que alguien haya logrado mantener a los niños alejados de la tierra. Pero, se han criado animales de forma exitosa en ambientes absolutamente estériles.
Se han criado conejos, ratones, conejillos de indias y ratas en tales circunstancias. En cada caso, el sistema inmunológico no se desarrolló de forma normal... La evidencia sugiere que podrían obtener los mismos resultados en los niños".
Aunque, por desgracia, muchas áreas tienen suelos contaminados con metales pesados, productos químicos agrícolas y otras toxinas que podrían hacerlos riesgosos para consumo, la premisa subyacente es la misma; es decir, no debe tener miedo de ensuciarse con tierra. Pase tiempo al aire libre, trabaje en su jardín y coma uno o dos jitomates recién recolectados de la planta.
Las esporas de la tierra, o probióticos de esporas, son otra opción que puede utilizar para ayudar a introducir microbios más beneficiosos en su cuerpo, pero también puede hacer el esfuerzo consciente para salir a la naturaleza, tanto como le sea posible, colocar sus manos y pies en la tierra, y restablecer la conexión natural que ha sido una parte innata y beneficiosa del ser humano durante milenios.