A lo largo de la historia, se han documentado los beneficios de la vitamina D. Creo que optimizar el estado de vitamina D entre 60 ng/ml y 80 ng/ml es una de las mejores estrategias para protegerse durante la temporada de enfermedades infecciosas, que se espera que incluya tanto la gripe como el COVID-19.
Las autoridades de salud ya están advirtiendo sobre el resurgimiento del COVID-19 en otoño, lo que significa que es momento de comenzar a enfocarse en los niveles de vitamina D. Pero, es importante mantener los niveles adecuados de vitamina D durante todo el año, además de optimizarlos.
De manera ideal, el cuerpo produce vitamina D cuando el sol entra en contacto con la piel. Por esta razón también se le conoce como la vitamina del sol. Para determinar los niveles de vitamina D de manera adecuada, es necesario realizar un análisis de sangre que mida la concentración de 25-hidroxi vitamina D, también conocida como 25-OH vitamina D.
Además de su importancia en el sistema inmunológico, los investigadores también han descubierto que es crucial para optimizar los niveles de leptina, que a su vez están relacionados con la obesidad. En un estudio, los investigadores midieron la vitamina D y los marcadores metabólicos en dos grupos de edad y género.
Encontraron que las personas con deficiencia de vitamina D tenían un mayor riesgo de síndrome metabólico. Los resultados de varios estudios también han revelado una relación entre los menores niveles de vitamina D y la enfermedad del hígado graso no alcohólico, aunque los resultados no han sido consistentes.
Dolor en el pie causado por la osteoartritis de rodilla o cadera
Hace poco, se relacionó la deficiencia de vitamina D con el dolor en el pie causado por la osteoartritis de rodilla (OA). Antes de profundizar en los resultados de la investigación, es importante comprender la relación entre el dolor lumbar y el dolor de pie relacionado con la OA de rodilla severa.
En un estudio de 2010, los investigadores encontraron que las personas que padecían OA en la rodilla y tenían dolor en otras articulaciones, tenían mayores probabilidades de experimentar un dolor de rodilla más intenso. De manera más específica, los investigadores encontraron que cuando el dolor estaba presente en la parte baja de la espalda, el pie y el codo en el mismo lado que la rodilla afectada, la persona calificó el dolor de la rodilla como más severo que las personas sin dolor en otras articulaciones.
El estudio fue dirigido por un médico de la Facultad de Medicina de Harvard e incluyó datos de la Osteoarthritis Initiative, un estudio que involucra a personas del noreste de América del Norte. Los investigadores incluyeron a 1 389 personas que tenían entre 45 y 79 años de edad. Los resultados demostraron que el 57.4 % padecía dolor en la parte baja de la espalda, y dichas personas sentían más dolor en la rodilla.
Se reunió a otro grupo de personas con el mismo problema y rango de edad para un segundo estudio. Los investigadores evaluaron a 1 255 personas con dolor de rodilla relacionado con la OA. Señalaron que el 25 % de ellas tenían dolor en el pie o en ambos pies.
Después de ajustar las variables, descubrieron que las personas que tenían dolor en el pie también tenían menores puntuaciones en otras medidas de salud en comparación con las personas sin dolor. Las que tenían dolor bilateral o ipsilateral tenían menores puntajes de salud. Esto sugirió que el lado del cuerpo donde se produjo el dolor en el pie era importante.
En un tercer estudio publicado en el Journal of the American Podiatric Medical Association, los científicos también evaluaron el lado del cuerpo donde se produjo el dolor y lo compararon con la presencia de OA de rodilla. Un autor comentó sobre la importancia de dicha identificación:
"El estudio demuestra que un médico debe preguntar sobre un posible dolor en la cadera o la rodilla, si el paciente experimenta dolor en el pie, para que sea posible abordar todos los problemas del paciente. En la medicina, muchas veces todo se reduce al aspecto de la resonancia magnética o las radiografías, pero es muy importante realizar un historial clínico y un examen físico de manera detallada. Una evaluación ortopédica podría generar un tratamiento más amplio y quizás una recomendación hacia otro especialista".
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La vitamina D podría disminuir el dolor
Las personas con OA de rodilla podrían experimentar dolor leve, moderado o intenso. La Fundación Arthritis compara los medicamentos para el dolor que se utilizan para la osteoartritis y considera los antiinflamatorios no esteroideos (AINES), el paracetamol y las inyecciones de esteroides o ácido hialurónico como tratamientos.
En algunos casos, los antidepresivos se utilizan para tratar el dolor crónico, como la duloxetina (Cymbalta). En todos los casos, los medicamentos tienen una larga lista de efectos secundarios. En un estudio, se compararon los AINES y los opioides, un medicamento que se sabe que causa adicción, para aliviar el dolor. Los investigadores encontraron que ambos tipos de medicamentos reducían el dolor y los efectos eran muy similares.
Cuando se midió el uso de opioides en todos los condados, los investigadores encontraron que donde había una mayor prevalencia de discapacidad y artritis, también había una mayor tasa de uso de opioides.
En un estudio publicado hace poco, los investigadores buscaron determinar si la vitamina D podría reducir el dolor en el pie en las personas con OA de rodilla. Con la ayuda de un estudio doble ciego y controlado con placebo, realizaron un análisis de datos post-hoc.
Se asignó a los miembros de manera aleatoria para recibir una dosis mensual de vitamina D3 o un placebo durante dos años. Estas personas tenían una edad media de 63.2 años. De las 413 personas que se inscribieron, 340 completaron el estudio. Los investigadores utilizaron el Índice Manchester de discapacidad y dolor del pie (MFPDI, por sus siglas en inglés) para calificar el dolor percibido por las personas. Al comienzo del estudio, el 23.7 % experimentó dolor incapacitante en el pie.
Los datos demostraron que, entra las personas que recibieron vitamina D, así como las personas que mantuvieron un nivel suficiente de vitamina D, experimentaron mejores beneficios. Llegaron a la conclusión de que "la suplementación y mantenimiento de los niveles suficientes de vitamina D podrían mejorar el dolor de pie en las personas con OA de rodilla". En un artículo publicado en Rheumatology Advisor, se observó que el estudio tenía algunas limitaciones, una de ellas pudo haber alterado los resultados:
"El estudio tenía varias limitaciones, incluyendo las del análisis post-hoc, la falta de datos sobre la importancia de las diferencias en las puntuaciones del MFPDI y la posible infravaloración de los beneficios de la vitamina D, ya que más del 60 % de las personas en el grupo placebo tenía suficientes niveles de vitamina D al final del seguimiento".
Progresión de la osteoartritis con omega-3
Un segundo nutriente que el cuerpo utiliza para prevenir o retrasar la progresión de la OA es la grasa omega-3. La grasa alimenticia es esencial para una buena salud. Aunque podría ser perjudicial consumir demasiadas o pocas grasas saludables, el cuerpo no funciona de manera correcta sin ellas.
Las grasas poliinsaturadas (PUFA) son esenciales, lo que significa que es necesario consumirlas ya que el cuerpo no las produce. Los dos tipos principales de PUFA son omega-3 y omega-6.
Ambas deben consumirse en las cantidades correctas o puede desarrollar inflamación crónica. Los alimentos procesados, el aceite de maíz, el aceite de girasol y el aceite de cártamo contienen altas concentraciones de grasas omega-6. Aunque la proporción ideal es de 1 a 1, la mayoría de las personas que llevan una alimentación occidental obtienen 16 veces más omega-6 de lo que se considera saludable.
Como he mencionado anteriormente, uno de los problemas con la inflamación crónica puede ser que promueve la tormenta de citoquinas dañina y peligrosa que se encuentra en las personas con casos graves de COVID-19. El índice omega-3 es una medida de esta grasa en la sangre, o en las membranas de los glóbulos rojos. Se administra como un porcentaje, siendo un 8 % o más el nivel ideal y que lo ubica en la zona de menor riesgo.
En un metaanálisis de estudios anteriores que midió los niveles de omega-3, los investigadores encontraron áreas con "menores niveles sanguíneos (menores o iguales al 4 %)" incluyendo América del Norte, Central y del Sur, Europa y África.
Esto es importante ya que el equilibrio de omega-3 y omega-6 puede ayudar a regular la inflamación y retrasar la progresión de la OA después de una lesión, como se demostró en estudios en animales. Los animales con OA que se les otorgo una alimentación rica en omega-3 experimentaron hasta un 50 % menos OA frente a los que consumieron una alimentación estándar.
En un ensayo en humanos, los investigadores encontraron que los suplementos de aceite de pescado no cambiaban el volumen del cartílago en la OA de rodilla, pero sí reducía las puntuaciones de dolor de las personas durante dos años. Además, los investigadores han descubierto una relación entre la OA y el síndrome metabólico.
Aunque el síndrome metabólico aumenta el riesgo de OA, equilibrar la proporción de omega-3 a omega-6 puede ayudar a reducir el riesgo de síndrome metabólico. Los autores de un metaanálisis concluyeron lo siguiente:
"El metaanálisis actual indica que un mayor consumo de omega-3, pero no de omega-6, se relacionó con un menor riesgo de MetS; lo que se suma a la evidencia que habla sobre los efectos sobre la salud metabólica de los omega-3 circulantes/dietéticos".
En un segundo artículo, los autores escribieron lo siguiente:
"Se ha demostrado una relación inversa entre los ácidos grasos omega-3, la inflamación, la obesidad y las ECV. Se ha demostrado que los omega-3 disminuyen la producción de mediadores inflamatorios, al tener un efecto positivo en la obesidad y la diabetes mellitus tipo 2. Además, disminuyen la aparición de factores de riesgo de ECV".
Según estos estudios, es evidente que el omega-3 tiene un impacto en el dolor de OA y puede retrasar la progresión de la OA y ayudar a prevenir el síndrome metabólico, que también aumenta el riesgo de OA.
Se ha duplicado la cifra de personas con osteoartritis
Los autores de un estudio publicado por la Universidad de Harvard descubrieron que las personas que viven en Estados Unidos tenían más del doble de probabilidades de padecer osteoartritis de rodilla que las que vivían allí antes de la Segunda Guerra Mundial. Observaron más de 2 000 esqueletos para determinar la edad de la enfermedad.
Resulta curioso que, se registró un aumento después de que se consideraran los factores de confusión, como una vida más larga y mayores tasas de obesidad desde 1940. Los investigadores controlaron la edad y el índice de masa corporal y aún encontraron un aumento significativo de las personas con OA. Un autor explicó lo siguiente en el Harvard Gazette:
"Pudimos demostrar que esta causa de dolor es en realidad el doble de común hoy que en el pasado reciente. Pero la sorpresa es que no es solo porque las personas viven más o aumentan de peso, sino por otras razones relacionadas con nuestros entornos modernos. La osteoartritis de rodilla no es una consecuencia de la vejez. Deberíamos considerarla como una enfermedad prevenible".
En los esqueletos de personas mayores de 50 años, los datos demostraron que la osteoartritis de rodilla era 2.6 veces más común en las que nacieron en la era postindustrial, en comparación con las nacidas a fines del siglo XIX. Los investigadores también encontraron que la tasa de OA en ambas rodillas fue 1.4 veces mayor en la era postindustrial.
En caso de padecer OA, se recomienda incluir suplementos de vitamina D3 para aumentar los niveles séricos. Es importante incluir vitamina K2 MK-7, como se explica en el artículo: "¿Cuáles son los beneficios de la vitamina K2?".
Para mayor información sobre una lista de analgésicos naturales y suplementos que ayudan a reducir el dolor, consulte el artículo, "Las Cifras de Personas Con Osteoartritis Se Han Duplicado".