Los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de los Estados Unidos, tienen tres niveles de avisos de salud para viajes. El nivel 1 de observación les pide a los viajeros tomar precauciones; el nivel 2 de alerta recomienda tomar mayores precauciones; y el nivel 3 de advertencia aconseja a los habitantes de los Estados Unidos evitar hacer viajes innecesarios.
En enero, la agencia envió una advertencia pública urgente de un nivel 2 de alerta cuando una bacteria resistente a los antibióticos, Pseudomonas aeruginosa, afectó al menos 12 personas de los Estados Unidos que se sometieron a una cirugía electiva en Tijuana, México. La mitad de los 12 infectados en México se sometieron a una cirugía en el Hospital Grand View.
La alerta continuó describiendo la situación actual y lo que las personas que viajen a México podrían hacer para prevenir la infección resistente a los medicamentos.
Sin embargo, cuando ocurrieron brotes similares en territorio estadounidense, la agencia no advirtió a los ciudadanos. Un reportero del New York Times encontró un ejemplo convincente en Alaska de una mujer infectada con una bacteria resistente a los medicamentos que casi le provoca la muerte y requirió de múltiples cirugías.
Cuando el reportero buscó una respuesta, la comunidad médica lo rechazó. Al investigar más a fondo, el New York Times descubrió que no era una situación inusual, sino un procedimiento operativo estándar, ya que los hospitales parecen tener más intención de proteger su reputación que de ser transparentes.
La cultura del secretismo afecta a los servicios de salud
Después de contactar a hospitales de Nueva York, Chicago, Texas, Inglaterra e India, el periodista del New York Times se dio cuenta de que el tema del secretismo era parte importante de la historia de la resistencia a los antibióticos.
Un médico en España comentó que el hospital no quería mala publicidad, ya que parecía ser un foco de brotes de infecciones resistentes a los antimicóticos, que ahora son responsables de un número cada vez mayor de muertes.
El periodista comentó: "Un médico de Nueva York me dijo que a los pacientes y sus familias no les gusta que los asocien con la enfermedad, como si tuvieran la letra 'A' de auris en la frente".
El hongo al que se refieren es al de Candida auris (C. auris). Los CDC lo denominan como un "hongo emergente que plantea una seria amenaza para la salud global", por tres razones:
- El hongo a menudo es multirresistente, incluyendo varios medicamentos antimicóticos comúnmente usados para tratar las infecciones por Candida
- El hongo es difícil de identificar por medio de los métodos estándar de laboratorio. Además, podría identificarse erróneamente sin la tecnología específica, lo que desencadena un manejo inadecuado de la situación
- La Candida auris ha causado brotes en entornos sanitarios, por lo que es necesario identificarla con rapidez para detener la propagación
Por desgracia, a pesar del esquema de los CDC de por qué el hongo es particularmente virulento y peligroso, han colaborado con los hospitales del país para mantener la confidencialidad.
Kevin Kavanagh, presidente de la junta directiva del grupo de defensa Health Watch USA, comparó la diferencia entre el manejo de las infecciones en Tijuana y el brote de un patógeno resistente a los medicamentos, Enterobacterias resistentes a los carbapenems en un hospital rural de Kentucky.
No fue hasta enero de 2018, casi dos años después del brote en Kentucky, que los CDC informaron lo ocurrido. Incluso entonces, el hospital permaneció en anonimato. Esta infección se ha denominado como una "pesadilla" bacteriana, ya que es resistente a la mayoría de los antibióticos y se propaga fácilmente de persona a persona.
A pesar de su virulencia, los CDC y el hospital de Kentucky optaron por no informar al público. El foco de un segundo informe del New York Times, sobre un número creciente de infecciones fúngicas por C. auris resistente a los medicamentos está planteando más preguntas sobre el secreto detrás de los brotes de enfermedades infecciosas en los hospitales.
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Candida Auris: los hongos de los que los hospitales no están hablando
En la lucha contra las infecciones resistentes a los antibióticos, C. auris es un ejemplo de una nueva amenaza intratable. El New York Times cuenta la historia de un hombre ingresado en el Hospital Mount Sinai en Nueva York que murió después de 90 días.
Las pruebas demostraron que había C. auris en todas partes en su habitación, por lo que se utilizó equipo especial para su limpieza. Se arrancaron algunos de los azulejos del techo y del piso. El presidente del hospital comentó:
"Todo dio positivo: Las paredes, cama, puertas, cortinas, teléfonos, lavabo, pizarra, postes, bomba. El colchón, rieles de la cama, orificios de los recipientes, persianas, techo, todo lo que había en la habitación dio positivo".
En 2015, el Hospital Royal Brompton contactó a la experta en enfermedades infecciosas Johanna Rhodes del Imperial College de Londres. Tres meses antes, la C. auris había echado raíces y el hospital no había podido eliminarla. Bajo su dirección, el hospital usó un dispositivo especial que emplea peróxido de hidrógeno en aerosol.
Al trabajar bajo la teoría de que el vapor podría llegar a los rincones y grietas que los cepillos para fregar no logran alcanzar, dejaron el dispositivo funcionar durante una semana. Después de analizar la habitación, solo un organismo volvió a crecer: La C. auris Aunque la infección se estaba extendiendo, la noticia no se difundió.
La comunidad médica y los gobiernos se han mostrado reacios a dar a conocer el brote de infecciones resistentes, al considerar que no tiene sentido asustar a los pacientes o posibles pacientes. En junio de 2016, un artículo científico reportó un brote en curso de 50 casos de C. auris en un hospital en Europa. Posteriormente, el Royal Brompton tomó el extraordinario paso de cerrar la unidad de cuidados intensivos durante 11 días, pero sin anunciar la razón.
El New York Times informa que un brote aún más grande comenzó en Valencia, España, y fue responsable de la tasa de mortalidad del 41.4 % en 30 días. El hospital español no ha hecho ninguna declaración sobre de las infecciones. En cambio, emitieron una declaración diciendo:
"Es muy difícil discernir si los pacientes mueren a causa del patógeno o con él, ya que son pacientes con muchas enfermedades subyacentes y en condiciones generales muy graves".
La colaboración entre los CDC y el gobierno para ocultar los brotes se promueve como una forma de evitar que los pacientes se asusten ante una situación en la que los riesgos no son claros. Sin embargo, saber de un brote en un hospital es importante a la hora de tomar decisiones sobre asuntos no urgentes, como una cirugía electiva.
El New York Times informa que los hospitales han ocultado brotes incluso cuando la divulgación podría haber salvado vidas. En un hospital de Seattle, 18 personas murieron después de haber sido infectadas con un organismo resistente a los medicamentos de un ámbito médico contaminado, pero el brote no se reveló en ese momento.
Art Caplan, experto en bioética de la Universidad de Nueva York, discutió el tema de la divulgación completa con el reportero del New York Times. Cuando el hospital es último recurso de tratamiento, cree que habrá pacientes con infecciones severas y, sin embargo, cree que tiene más valor promover la transparencia, ya que la conciencia pública podría presionar a los hospitales para que cambien la forma en que tratan el control de infecciones.
El uso de fungicidas agrícolas es vinculado con el aumento de las infecciones
Los antibióticos se usan ampliamente en animales de granja y los antimicóticos se aplican a los cultivos para evitar que las plantas se pudran. En los últimos años, los agricultores han llegado a depender de los triazoles, una clase de químico que se utiliza para combatir los hongos en los seres humanos. A nivel mundial, son los fungicidas más utilizados y Europa y América del Norte utilizan las mayores cantidades.
Según los CDC, en 1992 se usaron 500 toneladas métricas de triazol, en comparación con las 2 500 toneladas métricas estimadas en 2015; sin embargo, los datos de 2015 no incluyen estimaciones para las aplicaciones de tratamiento de semillas, por lo que este número podría ser mayor.
Hasta la fecha, no existe un vínculo definitivo entre el uso agrícola del tratamiento con fungicidas y la aparición repentina de C. auris Si bien su aparición sigue siendo un misterio, la coincidencia no pasa desapercibida para los científicos.
Los fungicidas agrícolas han estado bajo sospecha. Según el New York Times, el Dr. Tom Chiller, jefe de la rama de enfermedades micóticas de los CDC, cree que la C. auris se ha beneficiado del uso intensivo de triazoles.
Chiller teoriza que el hongo ha existido durante miles de años, oculto, ya que no es un patógeno particularmente agresivo. Sin embargo, a medida que los fungicidas comenzaron a destruir hongos más prevalentes, la C. auris fue capaz de ganar ventaja. Al ser un germen con la capacidad de resistir a los fungicidas y tratamientos antimicóticos, es completamente capaz de resistir ataques.
En una entrevista con el sitio web Mother Jones, Chiller reiteró la posibilidad de un vínculo entre los fungicidas de triazol y la aparición de C. auris. Nuevamente enfatizó que se sabe poco sobre el origen de los hongos y agregó que no está al tanto de ninguna investigación actual que analice los campos agrícolas.
En cambio, los investigadores han estado luchando para determinar cómo controlarlo. Comentó lo siguiente:
"[L]os que van a sobrevivir son los que son resistentes, y van a prosperar. Y así se podría observar cómo seleccionar una Candida relativamente inusual tal como la Candida auris".
Un segundo hongo relacionado con el uso de fungicidas
Un segundo hongo relacionado con el aumento del tonelaje de triazol que se vierte en tierras agrícolas es Aspergillus fumigatus (A. fumigatus). Al igual que la C. auris, el A. fumigatus está provocando infecciones resistentes a los medicamentos en pacientes con sistemas inmunológicos comprometidos. Por fortuna, las infecciones parecen estar aisladas y no se transmiten de un paciente a otro.
Para 2013, Europa había establecido una relación entre las infecciones de A. fumigatus y el uso de fungicidas triazoles. Si bien es un organismo generalizado, según los CDC, sus esporas se respiran todos los días sin que las personas se enfermen.
Sin embargo, las esporas pueden desencadenar infecciones graves en personascon sistemas inmunológicos comprometidos. Un estudio realizado por los CDC encontró que, dado que el organismo puede resistir los medicamentos antimicóticos, la mortalidad puede exceder el 50 %.
Los hongos podrían estar relacionados con las enfermedades inflamatorias
Nadie sabe realmente cuántas especies de hongos habitan la tierra. Una estimación publicada en Microbiology Spectrum sugiere que podría haber entre 2.2 y 3.8 millones de especies diferentes, de las cuales solo se han registrado 120 000.
Muchas desempeñan un papel en descomponer la materia vegetal y redistribuir los nutrientes. La influencia de las infecciones por hongos sobre la salud humana es menos apreciada y estudiada.
En las últimas décadas ha habido una marea creciente de infecciones fúngicas adquiridas, muchas de las cuales son superficiales, como el pie de atleta y la candidiasis. Estos son relativamente fáciles de diagnosticar y tratar.
Sin embargo, como hemos discutido, varias especies han desarrollado resistencia contra los medicamentos antimicóticos y pueden desencadenar infecciones que ponen en peligro la vida. Los investigadores también están aprendiendo que los hongos están relacionados con enfermedades que aún no entendemos por completo, como la alergia y el asma.
Los estudios con animales sugieren que las alteraciones en los hongos que viven en el intestino podrían afectar la gravedad de la colitis ulcerosa, enfermedad de Crohn e incluso de la enfermedad hepática alcohólica. También hay informes que relacionan los hongos con trastornos neurológicos, como la enfermedad de Alzheimer.
David Underhill es presidente de investigación sobre la enfermedad inflamatoria intestinal en el Centro Médico Cedars-Sinai. Su equipo está investigando los vínculos entre los hongos y las enfermedades inflamatorias del intestino, como la enfermedad de Crohn.
Un hongo que se encuentra en el centro de su investigación es Malassezia, una especie de hongos especializados para vivir en su piel que se relacionan con el eczema y la caspa.
Underhill y sus colegas encontraron un vínculo entre la Malassezia y la enfermedad de Crohn. Los que sufrían de Crohn tenían una mayor concentración de hongos en sus paredes intestinales, mientras que los que no tenían evidencia de Crohn no tenían casi ninguno.
Luego, los investigadores pudieron demostrar que agregar estos hongos al intestino en ratones fue suficiente para exacerbar la respuesta inflamatoria, en gran medida de la misma forma que se observa en la enfermedad de Crohn. Su trabajo se basa en un creciente cuerpo de evidencia científica que relaciona a los hongos con otros tipos de enfermedades inflamatorias intestinales.
La salud de su microbioma intestinal es vital para su salud
Al tracto gastrointestinal a menudo se le conoce como "segundo cerebro", ya que se considera uno de los ecosistemas microbianos más complejos de la Tierra. Cerca de 100 billones de bacterias, hongos, virus y otros microorganismos viven en su microbioma intestinal.
La ciencia avanzada encuentra que estos organismos desempeñan un papel importante en su salud y, de hecho, tiene más ADN bacteriano que ADN humano.
Hasta el 80 % de su sistema inmunológico se sitúa en el intestino, por lo que un intestino sano es su primera defensa contra enfermedades graves y un factor que lo ayuda a mantener una salud óptima. En algunos casos, las infecciones por hongos son oportunistas e infectan fácilmente a quienes se encuentran inmunocomprometidos.
Al cuidar su microbioma intestinal y mantener un equilibrio de bacterias beneficiosas, ayuda a apoyar su sistema inmunológico y reduce la posibilidad de desarrollar infecciones. Para saber cómo optimizar su salud intestinal, consulte mi artículo anterior, "El microbioma intestinal podría ser un factor de cambio para prevenir y tratar el cáncer".
Cómo protegerse durante una estadía en el hospital
También recuerde que los hospitales son una fuente primaria de muchas infecciones resistentes a los medicamentos, así que evite acudir a menos que sea absolutamente necesario.
Según las estadísticas de 2017, 1 de cada 31 pacientes en los Estados Unidos termina contrayendo al menos una infección asociada a los servicios sanitarios todos los días. Si bien este número se está reduciendo cada año, en 2014 era de 1 en 25, los CDC dijeron que "es necesario hacer más para prevenir infecciones asociadas con la atención médica en diversos de entornos".
Para ayudar a salvaguardar su salud, en cada visita pídale a todo el personal que se lave las manos y se cambie los guantes antes de tocarlo o realizar cualquier cosa en su habitación. Los visitantes también deben lavarse las manos, al igual que usted, si sale de su cama.
Si se realiza una colonoscopia o cualquier otro procedimiento mediante el uso de un endoscopio flexible, puede reducir significativamente el riesgo de contraer una infección al preguntarle al hospital o al establecimiento cómo es que se limpia el dispositivo y qué agente de limpieza se usa.
Algunos esofagoscopios y broncoscopios tienen fundas estériles y desechables para los canales de biopsia y aire, pero muchos otros no, y deben limpiarse entre cada uso. Si el hospital o la clínica utilizan glutaraldehído o el nombre de marca Cidex, cancele su cita y vaya a otro lugar.
Alrededor del 80 % de las clínicas usan glutaraldehído porque es una alternativa menos costosa; sin embargo, no es el mejor para la esterilización de equipo. Si usan ácido peracético, la probabilidad de contraer una infección de un paciente anterior es mínima. Para saber más al respecto, vea mi entrevista con David Lewis, Ph. D., en "Por qué una incorrecta esterilización de un endoscopio podría poner en riesgo su salud".