¿Cambiaría este alimento supernutritivo por oro?

Análisis escrito por Dr. Joseph Mercola Datos comprobados

ecosistema del salmon esta en peligro por mina pebble en bahia de bristol

Historia en Breve

  • En la Bahía de Bristol, en Alaska, es donde se realiza la pesca del salmón salvaje más valioso del mundo, ya que suministra casi la mitad del suministro de salmón sockeye a nivel internacional
  • En esta área, se ha propuesto establecer la mina Pebble, un tipo de mina a cielo abierto para la extracción de oro, cobre y molibdeno, que podría poner en riesgo esta valiosa fuente de alimentos
  • Se estima que la instalación de la mina abarcaría 3200 hectáreas, incluyendo un pozo de 245 metros a la redonda que alcanzaría los 700 metros de profundidad
  • En 2014, la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) detuvo la propuesta de la mina después de afirmar que "plantearía riesgos significativos para un ecosistema incomparable"
  • Northern Dynasty Minerals, la empresa que intenta establecer la mina, ha navegado con éxito la burocracia política, lo que llevó a la EPA a revertir su postura en julio de 2019
  • En un borrador de la Declaración de Impacto Ambiental publicado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, se estima que la mina Pebble podría destruir más de 1500 hectáreas de humedales y 128 kilómetros de río

Durante un período de seis semanas de cada verano, los pescadores se dirigen a la Bahía de Bristol, en Alaska, para capturar su porción de salmón sockeye. Cada año, se estima que 38 millones de peces regresan a la bahía, lo que sostiene una economía pequeña que genera 14 000 empleos e ingresos de 1500 millones de dólares.

En un informe preparado para la Asociación Regional de Desarrollo de Productos del Mar de la Bahía de Bristol, se observa que esta zona de pesca de salmón salvaje es la más valiosa del mundo, ya que suministra casi la mitad del salmón sockeye a nivel internacional.

Aun cuando otras zonas pesqueras de Alaska han tenido problemas debido a la contaminación, deforestación, construcción de presas, algas tóxicas y, algunas veces, por razones desconocidas, el suministro de salmón de la Bahía de Bristol se ha mantenido abundante.

En 2018, capturaron 105 millones de kilos de salmón en la Bahía de Bristol, lo que representó alrededor de 281 millones de dólares.

Tom Quinn, profesor de ciencias acuáticas y pesqueras de la Universidad de Washington dijo para The Nation, el éxito de la bahia se debe a la geografía y topografía únicas, que hasta ahora han evitado la contaminación y represas, junto con un buen control por parte del Departamento de Pesca y Caza de Alaska.

Sin embargo, se avecinan amenazas que pueden cambiar el futuro de la Bahía de Bristol, lo que podría poner en riesgo uno de los alimentos más nutritivos del planeta. El principal de ellos es el proyecto de mina Pebble, un tipo de mina a cielo abierto para la extracción de cobre, oro y molibdeno, que han programado en el área.

Esta operación minera para extraer oro amenaza el hábitat del salmón prístino

Este proyecto propuesto cambiaría radicalmente el medio ambiente en la Bahía de Bristol. Aparte de ser una mina a cielo abierto, el proyecto incluye instalaciones de almacenamiento de residuos, estanques para manejo de agua, instalación de un molino, planta de energía de gas natural y otras instalaciones mineras.

Se estima que la instalación de la mina abarcaría 3200 hectáreas, incluyendo un pozo de 245 metros a la redonda que alcanzaría los 700 metros de profundidad.

La mina tiene una vida operativa propuesta de 20 años, durante los cuales se procesarían 1300 millones de toneladas de mineral a una tasa de 180 000 toneladas de mineral por día.

Los desechos ácidos de las operaciones mineras, junto con otros productos de desecho, se eliminarán en dos instalaciones que cubren aproximadamente 1565 hectáreas, mientras que la Agencia de Protección Ambiental de los Estados Unidos (EPA, por sus siglas en inglés) destacó que, “luego del cierre de la mina, podría requerirse el tratamiento perpetuo de las descargas de agua del lago del pozo. Por ende, es comprensible la preocupación de los ambientalistas.

The Nation informó que:

“El proceso de extracción generaría una cantidad masiva de agua tóxica y ácida que debe evitarse en el ecosistema más grande.

El desarrollo de esta mina requeriría la construcción de carreteras, líneas eléctricas, tuberías y puertos en tierras subdesarrolladas, lo que generaría nuevos factores de estrés en el hábitat de los peces, indica Lindsey Bloom, una pescadora con muchos años de experiencia y estratega de Salmon State, un grupo de defensa política que se opone a la instalación de la mina.

'Impactará de forma directa los miles de años de relaciones de subsistencia ambiental, así como en decenas de miles de empleos, miles de millones de dólares al año en actividad económica en redes regionales, estatales y globales', indica".

En 2014, la EPA detuvo la propuesta de la mina después de afirmar que "plantearía riesgos significativos para un ecosistema incomparable". Pero, Northern Dynasty Minerals, la empresa que intenta instalar la mina, ha pasado sobre la burocracia política, lo que llevó a la EPA a revertir su postura en julio de 2019.

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La mina Pebble podría causar destrucción ambiental

La propuesta de esta mina, en una presentación más revisada y pequeña, avanza de nuevo, aunque según The Nation, “los científicos de la EPA todavía se oponen. Han presentado más de 100 páginas de comentarios críticos sobre el plan más nuevo, al indicar que persisten los riesgos sustanciales sobre los efectos adversos que puede ocasionar en el ecosistema".

Los opositores han expresado la preocupación de que podría fallar la presa destinada a contener desechos tóxicos de la mina, y aunque la instalación está programada para ser más pequeña que antes, las operaciones podrían expandirse una vez que se establezca la mina.

Se sabe de catástrofes mineras que han contaminado lagos y ríos, y tomado cientos de vidas humanas, e incluso en el mejor de los casos, los expertos sugieren que habría una inevitable contaminación del área.

"Es imposible captar y tratar toda el agua contaminada... No es exagerado decir que las minas siempre tienen fugas. La calidad de los mantos acuíferos bajo las minas nunca vuelve a su estado previo a la construcción de la mina", indicó el geomorfólogo, Cameron Wobus, para The Nation.

El Consejo de Defensa de Recursos Nacionales también se pronunció en contra de la mina, y el abogado principal Joel Reynolds declaró sobre el cambio radical de la EPA, "este terrible movimiento es justo lo que necesitaba la corporación minera extranjera, sin pensar en los efectos en la comunidad y los recursos acuáticos y pesqueros de la Bahía de Bristol.

Una vez más, la agencia encargada de proteger nuestra salud pública y el medio ambiente ha omitido los estudios científicos y la población para promover los intereses de algunos ricos”.

En un borrador de la Declaración de Impacto Ambiental publicado por el Cuerpo de Ingenieros del Ejército, se estima que esta mina Pebble podría destruir más de 3500 acres de humedales y 80 kilómetros de río. Aun así, incluso esto es una gran subestimación, indica Save Bristol Bay, un grupo de personas, organizaciones y empresas dedicadas a proteger la Bahía de Bristol.

Además del riesgo que enfrenta el salmón sockeye de la Bahía de Bristol y la economía regional relacionada, más de 30 tribus nativas de Alaska dependen del salmón del área para mantener su forma de vida tradicional. "Si se establece la mina Pebble, podría amenazar la cultura de subsistencia de miles de personas que viven en la región de la Bahía de Bristol", explica Save Bristol Bay.

Después de que la decisión inicial de la EPA sobre la mina se diera a conocer en 2014, más de 670 000 personas de los Estados Unidos expresaron su opinión durante el período de opinión pública de 60 días, con el 99 % a favor de una fuerte protección para la cuenca del área.

Aun así, la propuesta ha tenido un avance, a pesar de los graves riesgos que representa para uno de los hábitats de salmón más importantes del planeta. Save Bristol Bay detalló las cuestiones que estarían en riesgo:

“En el suroeste de Alaska, los ríos, lagos y humedales se combinan para proporcionar algunos de los mejores hábitats de salmón salvaje del mundo.

A una hora y media de vuelo desde Anchorage, está localizada la cuenca de la Bahía de Bristol, un área aproximadamente del tamaño de Virginia Occidental, entre dos parques nacionales (Katmai y Lake Clark), y el parque estatal más grande del país.

El área alberga tres volcanes activos y el lago Iliamna, el octavo lago más grande de los Estados Unidos. La Bahía de Bristol y su cuenca son famosas por su belleza, abundancia de peces y vida silvestre.

Frente a la desaparición de las poblaciones de salmón salvaje, la Bahía de Bristol constituye una zona importante a nivel internacional debido a sus salmones y la economía que los sustenta. Pero, todo esto estará en riesgo debido a la mina Pebble y extracción de rocas duras a gran escala en terrenos públicos adyacentes”.

El salmón podría ser el alimento más idóneo

El salmón sockeye de Alaska, gracias a su rica concentración de grasas omega-3 beneficiosas, es lo más cercano al alimento perfecto. Según una investigación publicada en Annals of Internal Medicine, las personas con los niveles más altos de grasas omega-3 vivieron 2.22 años más, después de los 65 años, en comparación con las personas con los niveles más bajos.

Ninguno de los participantes del estudio tomó suplementos de grasas omega-3, por lo que se cree que las grasas omega-3 provenían por el consumo de pescado graso, como el salmón.

Los investigadores sugirieron que consumir una o dos porciones de pescado graso a la semana podría generar beneficios, como una esperanza de vida más prolongada y menor riesgo de morir por una enfermedad cardiovascular.

El salmón también contiene vitaminas B beneficiosas, que son importantes para la producción de energía y tienen beneficios antiinflamatorios, así como el oligoelemento selenio, que tiene propiedades antioxidantes.

También contiene fósforo y magnesio, importantes elementos para promover la salud ósea, al igual que la astaxantina, un antioxidante antiinflamatorio que es beneficioso para la salud cardiaca y sistema inmunológico, y que tiene propiedades contra el cáncer.

Consumir salmón de forma regular puede disminuir su riesgo de enfermedad cardíaca al aumentar sus niveles de grasas omega-3, mantener la pérdida de peso saludable y proteger la salud cerebral, incluso crear un deterioro cognitivo más lento durante el envejecimiento.

Sin embargo, es importante comprender que no todo el salmón es igual, y si consume el tipo incorrecto, podría ser más dañino que beneficioso para su salud.

Evite consumir salmón transgénico y de piscifactoría

El salmón de piscifactoría se presenta como una solución sostenible en vez de consumir mariscos, pero conlleva muchos de los mismos problemas que plantean las operaciones concentradas de alimentación animal (CAFO, por sus siglas en inglés) en tierra.

Este tipo de salmón se cría en corrales muy saturados en el océano, donde sus heces y residuos alimenticios pueden alterar la vida marina local. Además, hay una alta posibilidad de escape, y este tipo de salmón puede tener altos niveles de contaminantes.

En una evaluación mundial sobre el salmón de piscifactoría, publicada en la revista Science, se descubrió que las concentraciones de PCB que causaban cáncer en el salmón de piscifactoría eran significativamente más altas que en el salmón salvaje.

De igual manera, cuando el Grupo de Trabajo Ambiental (EWG, por sus siglas en inglés) analizó el salmón de piscifactoría de los supermercados de los Estados Unidos, descubrió que este tipo de salmón tenía, en promedio:

  • 16 veces más PCB que el salmón salvaje
  • 4 veces más PCB que la carne de res
  • 3.4 veces más PCB que otros mariscos

Incluso la acuicultura de salmón en tierra es problemática, según una investigación publicada en Scientific Reports, que realizó un análisis sobre cuatro acuícolas de salmón en Chile. Las instalaciones bombean agua de los ríos hacia sus criaderos, luego la bombean al río de nuevo, una vez que ya no está limpia.

Como resultado, a menudo el agua se contamina con materia orgánica disuelta (DOM), una mezcla de heces líquidas, residuos alimenticios y otras excreciones del salmón, junto con desinfectantes y antibióticos.

La liberación de DOM en los ríos de Chile ha causado consecuencias significativas en todo el ecosistema. Antes de las piscifactorías, los investigadores detectaron mayores cantidades de biopelículas de algas naturales en las rocas, que ayudaban a producir oxígeno y proporcionan alimentos para los organismos que consumían los peces.

Sin embargo, las biopelículas tienen mayor abundancia de bacterias cuando viajan por la corriente, por lo que consumen más oxígeno y como consecuencia crear entornos con menos oxígeno que podría poner en peligro a muchas especies.

Los investigadores sugirieron que no se deberían instalar piscifactorías adicionales en los ríos chilenos, y señalaron que "no deberían hacer mal uso de los [r]íos, como plantas de tratamiento de aguas residuales naturales".

Asimismo, dado que con frecuencia los corrales de salmón de piscifactoría se ubican a lo largo de las vías de transito del salmón salvaje, representan una grave amenaza para las poblaciones de salmón salvaje.

Esto expone a estos peces a enfermedades que proliferan entre los peces confinados, como piojos de mar, enfermedad del páncreas, virus de la anemia infecciosa del salmón y reovirus de piscina, un virus sanguíneo muy contagioso que causa enfermedades cardíacas en los peces que la padecen.

Asimismo, debe considerar que, ahora en Indiana se cría un salmón transgénico (GE) que crece anormalmente rápido, el cual pronto estará disponible en el mercado, y se comercializará bajo una etiqueta de "bioingeniería".

Sin embargo, el etiquetado no será obligatorio sino hasta 2022, podrían ocultarlo tras un código escaneable y no es obligatorio en lo absoluto para el salmón transgénico que venden los restaurantes y otros lugares que ofrecen servicio de alimentos.

Cómo elegir salmón saludable

A menudo, el salmón salvaje de Alaska puede distinguirse a simple vista de las variedades de piscifactoría. La carne del salmón sockeye es de color rojo brillante, gracias a su contenido natural de astaxantina.

De igual manera, tiene una estructura muy magra, por lo que sus marcas de grasa son muy finas; es decir, esas rayas blancas que se observan en la carne. Si el pescado es de color rosa pálido con marcas gruesas de grasa, se trata de un salmón de piscifactoría.

Al elegir el salmón del supermercado, evite el salmón del Atlántico, ya que por lo general el salmón etiquetado como "salmón del Atlántico" proviene de piscifactorías. Las dos designaciones que debe buscar son "salmón de Alaska" y "salmón sockeye", ya que está prohibida la crianza estos tipos de salmón.

El salmón enlatado y etiquetado como "salmón de Alaska" es una opción buena y más económica; y si encuentra salmón sockeye, también se trata de una opción salvaje.

Para evitar el salmón transgénico, debe evitar los productos etiquetados como "bioingeniería" y verificar los códigos QR necesarios para obtener información adicional. Si ordena salmón en un restaurante y este no especifica que es salvaje, lo mejor es evitarlo, o al menos preguntar directamente en el restaurante si es o no transgénico.

Es por eso que, el establecimiento de la mina Pebble en Bristol Bay es una burla. Es imperativo proteger una de las fuentes más importantes de salmón sockeye de Alaska que existen, el cual es uno de los alimentos más saludables del planeta. Si se le permite a la industria destruir este hábitat prístino, podría perderse para siempre el acceso a esta fuente de alimento invaluable.