La enfermedad intestinal inflamatoria (IBD) es un padecimiento auto inmunológico que puede tener graves consecuencias. Esto no es lo mismo que el síndrome del intestino irritable (IBS), que es un trastorno intestinal funcional sin problemas físicos significativos que puedan fomentar el padecimiento.
Los dos padecimientos más comunes bajo el término general de IBD son la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn. Si bien, a menudo la colitis ulcerosa ocurre en el recto e intestino grueso, la enfermedad de Crohn podría afectar cualquier parte del tracto gastrointestinal, desde la boca hasta el ano.
Las áreas más frecuentemente afectadas son las porciones del intestino delgado. Los típicos síntomas de ambos padecimientos incluyen la diarrea persistente, dolor abdominal, pérdida de peso y fatiga. Los médicos realizan pruebas de heces, endoscópicas e imágenes radiográficas para diagnosticar el IBD.
Los CDC informan que 3 millones de habitantes de los Estados Unidos fueron diagnosticados con colitis ulcerosa o de Crohn en 2015 y 2016, que representa 1 millón adicional en comparación con la cantidad de personas diagnosticadas en 1999. Los grupos con mayor riesgo son la población femenina y personas que viven en áreas suburbanas, desempleadas, divorciadas, separados o viudos.
Las personas con colitis ulcerosa o enfermedad de Crohn podrían presentar complicaciones. Algunas de las típicas complicaciones que pueden causar ambas enfermedades son mayor riesgo de cáncer de colon, coágulos sanguíneos, inflamación de la piel, ojos y articulaciones, así como colangitis esclerosaste primaria.
Las únicas complicaciones relacionadas con la enfermedad de Crohn son la desnutrición, úlceras, fístulas y obstrucciones intestinales. Las personas con colitis ulcerosa están en mayor riesgo de desarrollar un megacolon tóxico, deshidratación severa y colon perforado.
Los ligeros cambios pueden elevar el riesgo de colitis química
Uno de los factores desencadenantes del rápido auge en la incidencia de IBD es llevar una alimentación de estilo occidental que puede elevar la actividad de la enfermedad intestinal inflamatoria. Para comprender mejor este proceso, los investigadores de la Universidad de Alberta realizaron un estudio en animales para "identificar el efecto de llevar una alimentación con alto contenido de azúcar a corto plazo en la susceptibilidad a la colitis".
Después de solo dos días de llevar una alimentación con alto contenido de azúcar, los ratones exhibieron síntomas más graves de colitis inducida químicamente. Al principio, el grupo recibió una alimentación con alto contenido de azúcar o sus alimentos regulares. La gravedad de la enfermedad se evaluó de forma diaria y los tejidos se analizaron para determinar la expresión de las citocinas. Además, se analizó el microbioma intestinal por medio de la secuenciación del ARN y concentraciones de ácidos grasos de cadena corta (SCFA por sus siglas en inglés).
Los hallazgos de los investigadores demostraron que los ratones que llevaron una alimentación con alto contenido de azúcar exhibieron una mayor permeabilidad intestinal y menor diversidad microbiana junto una disminución concurrente de SCFA. Asimismo, expresaban una mayor susceptibilidad a la colitis y mayores concentraciones de citocinas proinflamatorias.
Karen Madsen, profesora de gastroenterología en el departamento de medicina de la Universidad de Alberta, se especializa en el efecto de la alimentación sobre el IBD. Informó que los resultados del estudio concordaban con lo que había escuchado de sus pacientes con colitis, "los ligeros cambios en la alimentación podrían agravar sus síntomas", adicionalmente, indicó que:
"Anteriormente, se ha demostrado que el tipo de alimentación que sigue podría cambiar su susceptibilidad a la enfermedad. Queríamos saber cuál era el lapso de tiempo transcurrido antes de que un cambio en la alimentación influyera en la salud. En el caso del azúcar y la colitis, solo tomó dos días, lo que realmente nos sorprendió, ya que no pensamos que sucedería tan rápido".
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La fibra nutre a las bacterias beneficiosas y puede formar ácidos grasos de cadena corta
Sus descubrimientos fueron consistentes con los estudios recientes, ya que apoyan la idea de un mayor riesgo de brotes de enfermedad inflamatoria intestinal al llevar una alimentación alta en azúcar y función protectora adicional de los SCFA en la pared intestinal.
Al evaluar sus resultados, descubrieron que la pérdida de bacterias productoras de SCFA era muy relevante para los síntomas, ya que una alimentación con alto contenido de azúcar podría disminuir los niveles. La pérdida de poblaciones microbianas fue relevante para la creación de SCFA y podría haber influido ampliamente en la respuesta fisiológica.
A los ratones que presentaron síntomas se les proporcionó acetato, un tipo de SCFA, que demostró disminuir los síntomas. Consumir alimentos con alto contenido de fibra puede proporcionarles combustible a las bacterias beneficiosas productoras de SCFA. Esto es esencial para tener una respuesta inmunológica eficiente.
Sin embargo, llevar una alimentación con alto contenido de azúcar puede nutrir a las bacterias nocivas relacionadas con una tasa inflamatoria más alta y una mala respuesta inmunológica. Madsen considera que los resultados podrían refutar la perspectiva de que puede alimentarse de forma adecuada los días entre semana y excederse durante el fin de semana, al indicar que:
"Lo sorprendente es que, nuestro estudio demuestra que consumir azúcar por breves lapsos de tiempo podría tener un impacto perjudicial, por lo que podría ser errónea la noción de que está bien alimentarse de forma adecuada durante los días entre semana y consumir comida chatarra el fin de semana. Cada vez existe más evidencia de la relación entre las bacterias intestinales y enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y Alzheimer.
Ya que nuestro estudio demostró que la posibilidad de desarrollar estas enfermedades podría aumentar cuando la permeabilidad intestinal aumentaba drásticamente en los ratones que llevaban una alimentación con alto contenido de azúcar, que significa que las bacterias pueden transportarse con libertad desde el intestino donde radican usualmente hasta el resto del cuerpo, aunque esa noción aún debe analizarse".
Los SCFA desempeñan un rol esencial en la prevención de enfermedades. Dado que los SCFAs pueden impactar ampliamente la salud y sus niveles son regulados por los alimentos, los investigadores consideran que pueden ser base para explicar el auge en la incidencia de enfermedades inflamatorias en las personas que llevan una alimentación occidental.
¿Qué fue primero, la enfermedad o el trastorno?
A lo largo de la historia, las investigaciones sobre la enfermedad comenzaban después de que se manifestaba el padecimiento. Los estudios previos han catalogado los trastornos del microbioma en las personas con IBD. Los investigadores de la Universidad de Harvard trataron de entender por qué estos trastornos ocurren junto con el IBD, y cómo es que causan esta reacción inflamatoria.
Su investigación formó parte de la segunda fase del estudio Health's Human Microbiome Project de los Institutos Nacionales de Salud. El objetivo del proyecto era calificar al microbioma intestinal de los adultos sanos y en las personas con enfermedades relacionadas con alteraciones en el microbioma.
En este estudio, los investigadores monitorearon a 132 personas durante un año y compararon a las personas con enfermedad de Crohn y colitis ulcerosa contra un grupo control con personas saludables. Se recolectaron muestras de heces cada dos semanas y muestras de sangre cada trimestre. Al inicio y final del análisis, se realizó una biopsia de colon en cada participante.
Durante los brotes de la enfermedad, el microbioma de las personas con IBD producía menor cantidad de químicos. Los investigadores supusieron que podría deberse a una combinación de una disminución en la función del metabolismo microbiano, niveles más altos de líquido en los intestinos y menor absorción de nutrientes. Sus descubrimientos proporcionaron un análisis detallado de la actividad del microbioma intestinal durante los estados de enfermedad activa e inactiva del IBD.
Otros investigadores también encontraron que la desregulación del microbioma intestinal podría ser un factor significativo en el origen y desarrollo del IBD. Estos trastornos fueron promovidos por los alimentos y, como señaló Madsen, ocurrían más rápido de lo que pensábamos.
Dado que la mayor parte de la función del sistema inmunológico se origina en el intestino, optimizar el microbioma intestinal es una intervención valiosa que puede tener efectos de amplio alcance en la salud emocional y física. Como indicó el estudio presentado, su primer cambio debería ser eliminar el azúcar de su alimentación, en especial los alimentos procesados.
Azúcar: La causa del auge de las enfermedades
Por desgracia, en los últimos 100 años, consumir azúcar se convirtió en un hábito regular para la mayoría de nosotros. Previamente, no se consumía de forma cotidiana y se reservaba solo como obsequio para las personas acaudaladas. En cuestión de requerimientos nutricionales, el cuerpo no necesita de la azúcar refinada, ya que puede producir la glucosa que requiere el hígado por medio de un proceso llamado gluconeogénesis.
Además de provocar trastornos en el microbioma intestinal, el consumo de azúcar ha demostrado que puede promover el desarrollo de células cancerosas. La investigación de Bélgica ha confirmado una fuerte relación entre los altos niveles de glucosa y mutación en las proteínas de las células tumorales humanas, ya que pueden estimular el desarrollo de las células cancerosas.
Los científicos destacaron que, si bien, el azúcar añadido podría impulsar el desarrollo de un cáncer agresivo, no comprueba que el azúcar es el factor original responsable de la mutación de las células cancerosas. Sin embargo, los resultados de las investigaciones previas manifestaron que las mutaciones son un efecto posterior de la disfunción mitocondrial y del consumo excesivo de azúcar, como factor desencadenante de tal disfunción.
El azúcar es un factor significativo en el desarrollo de otros padecimientos y enfermedades crónicas, como las enfermedades cardíacas, presión arterial alta, diabetes tipo 2, Alzheimer y enfermedad hepática crónica. Aunque puede ser dañino consumir cantidades excesivas de cualquier forma de azúcar, aparentemente el efecto más dañino es causado por el azúcar que contienen los alimentos procesados; es decir, la fructosa procesada.
Aunque el jarabe de maíz de alta fructosa tiene un sabor similar al azúcar el cuerpo lo metaboliza de forma diferente, lo que puede suponer una mayor carga para la función hepática. A largo plazo, el azúcar puede fomentar una inflamación crónica, elevar el riesgo de otro tipo de enfermedades e interrumpir el funcionamiento normal del sistema inmunológico.
Proteja su salud al nutrir su microbioma intestinal
Hay dos maneras sencillas de proteger su microbioma intestinal y salud en general, y es importante estar atento a ambas cuestiones. Puede influir de forma positiva en las bacterias intestinales beneficiosas al proporcionarles los nutrientes que requieren para desarrollarse, que son los prebióticos, y ayudar al microbioma intestinal a mejorar o restaurarse por medio de probióticos.
Los alimentos prebióticos proporcionan el combustible que requieren las bacterias beneficiosas para desarrollarse y, en su mayoría, están presentes en los alimentos con alto contenido de fibra. Hay dos tipos diferentes de fibra esenciales para el sistema digestivo. Para obtener más información sobre cómo obtener más fibra saludable para reducir el riesgo de enfermedades, puede consultar "Cuanta más fibra coma a diario, menor será su riesgo de enfermedades".
Algunos de los alimentos saludables con alto contenido de fibra son las alcachofas, batatas dulces al horno con la cáscara, espinacas, brócoli, coliflor, entre otros vegetales. Como menciono frecuentemente, podría ser de utilidad fomentar el desarrollo de poblaciones de baterías intestinales beneficiosas al consumir alimentos fermentados. Puede fermentar sus vegetales en casa de forma fácil y económica.
Algunos alimentos fermentados son notables fuentes de vitamina K2, que puede servir de apoyo para prevenir la aterosclerosis y osteoporosis. Los alimentos fermentados también pueden ser poderosos desintoxicantes y además contienen una variedad natural en el microbioma.
Cuando el microbioma intestinal se desequilibra, puede influir en el sistema inmunológico, salud mental e incluso en el funcionamiento del cerebro. Si opta por un suplemento probiótico, los siguientes aspectos podrían ayudarle a identificar una opción de alta calidad:
- Busque una marca confiable fabricada con base en las Buenas Prácticas de Manufactura actuales; debe asegurarse de que el fabricante utilice ingredientes que no sean OGMs
- Busque un conteo de potencia (unidades formadoras de colonias o CFUs) de 50 mil millones o mayor
- Verifique la vida útil de las CFUs y evite utilizar cápsulas que solo declaran contener CFUs en el "momento de su fabricación"
- Elija un producto que contenga múltiples especies de bacterias; en general, se recomiendan productos que incluyan especies como el Bifidobacteria y los Lactobacillus.