Los antidepresivos son algunos de los medicamentos que se recetan con mayor frecuencia, además de los antibióticos, y los consumen 1 de cada 10 personas en los Estados Unidos (y 1 de cada 4 mujeres de 50 a 64 años).
Muchos asumen que estos medicamentos son el mejor tratamiento disponible para los síntomas de la depresión, pero la diferencia entre los antidepresivos y el placebo es muy pequeña y ambas no son eficaces en la mayoría de las personas que padecen depresión.
En un metanálisis publicado en PLOS Medicine, solo las personas que padecen depresión severa mostraron alguna respuesta a los antidepresivos, mientras que esa respuesta fue bastante mínima. Esto debe considerarse junto con los efectos secundarios de los medicamentos, de los cuales hay muchos.
Los antidepresivos podrían aumentar el riesgo de trastorno bipolar
Si está considerando el uso de antidepresivos, quizás se deba a que quiere sentirse mejor. Sin embargo, los antidepresivos conocidos como inhibidores de la recaptación de serotonina (ISRS) podrían generar muchos desafíos mentales, como síntomas de manía o trastorno bipolar.
Los ISRS incluyen medicamentos como Paxil, Zoloft, Celexa y Lexapro. Investigadores del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia del King's College de Londres revisaron más de 21 000 registros médicos para publicar el estudio recientemente.
A las personas que se les receto antidepresivos tenían un riesgo ligeramente mayor de desarrollar manía y trastorno bipolar. El riesgo aumentó hasta un 30 % para las personas a las que les recetaron ISRS u otro antidepresivo conocido como Effexor.
El estudio fue observacional, lo que significa que no puede probar que los antidepresivos causan un mayor riesgo; sin embargo, los resultados sugieren que los factores de riesgo de manía deben ser considerados al tratar a personas con depresión.
Antidepresivos relacionados con el autismo
Se estima que el 14 % de las mujeres embarazadas en los Estados Unidos usan antidepresivos, después de haber confirmado de que son seguros. Pero algunas investigaciones sugieren que se necesita precaución.
De manera más reciente, un estudio de JAMA Pediatrics concluyó que los antidepresivos, en especial los ISRS, durante el segundo o tercer trimestre de embarazo aumentan el riesgo de trastorno del espectro autista (TEA) en los niños, incluso después de considerar la depresión materna.
Después de revisar los datos de embarazos en Quebec desde 1998 hasta 2009, los antidepresivos durante el segundo o tercer trimestre de embarazo se relacionó con un riesgo 87 % mayor de autismo.
El uso de ISRS se relacionó con el doble de riesgo de autismo en el niño, mientras que el uso de dos o más antidepresivos cuadriplico el riesgo.
Los ISRS previenen la recaptación (movimiento de regreso a las terminaciones nerviosas) del neurotransmisor serotonina. Esto hace que haya más serotonina disponible en el cerebro, que se cree que mejora el estado de ánimo.
Sin embargo, la serotonina está involucrada en el desarrollo del cerebro fetal, en especial durante el segundo y tercer trimestre, por lo que los ISRS podrían generar problemas. También se sabe que los medicamentos atraviesan la barrera placentaria y llegan al feto.
El uso de antidepresivos entre las mujeres embarazadas se duplicó entre 1999 y 2003, mientras que la prevalencia del autismo también aumentó, del 0.04 % en 1966 a 1 % en 2015.
Susan Hyman, antigua presidenta del comité sobre autismo de la Academia Americana de Pediatría, le explicó lo siguiente para NZ Herald:
"Necesitamos pensar aún más en el entorno prenatal. Y no solo en los defectos de nacimiento que se pueden observar en el momento del parto, sino también en las consecuencias a largo plazo".
El estudio de JAMA Pediatrics no encontró relación entre el uso de antidepresivos en el primer trimestre y el autismo. Sin embargo, los estudios anteriores sí.
Un estudio encontró que los niños con autismo tienen tres veces más probabilidades de haber estado expuestos a antidepresivos ISRS en el útero que los niños sin autismo, y los niños cuyas madres utilizaron ISRS durante el primer trimestre tenían un mayor riesgo.
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Relación entre la vitamina D y la prevención del autismo
La relación entre el autismo y los antidepresivos podría estar relacionada con el metabolismo de la serotonina, que también se ve afectado por la vitamina D. La relación entre la deficiencia de vitamina D en mujeres embarazadas y el autismo ha sido destacada por el Dr. John Cannell, fundador del Consejo de Vitamina D, y otros.
Los receptores de vitamina D aparecen en una amplia variedad de tejido cerebral en el desarrollo fetal, mientras que los receptores de vitamina D aumentan el crecimiento de los nervios en el cerebro.
Además, de acuerdo con un estudio del Children's Hospital Oakland Research Institute, la vitamina D podría afectar el comportamiento autista al activar un gen responsable de la producción de triptófano hidroxilasa 2 (TPH2), una enzima que convierte el triptófano en serotonina en el cerebro.
La investigación también demuestra que otras dos hormonas relacionadas con el comportamiento social, la oxitocina y la vasopresina, se activan por la vitamina D. Como lo reportó Newswise:
"Esto sugiere que se podrían necesitar niveles adecuados de vitamina D para producir serotonina en el cerebro, donde forma la estructura y el cableado del cerebro, actúa como un neurotransmisor y afecta el comportamiento social.
También encontraron que el gen que produce la enzima triptófano hidroxilasa 1 (TPH1) es inhibido por la vitamina D, que posteriormente detiene la producción de serotonina en el intestino y otros tejidos, y que en cantidades elevadas promueve la inflamación.
Este mecanismo explica muchos de los hechos conocidos, pero no comprendidos, sobre el autismo, que incluyen los siguientes:
1) Los niveles bajos de serotonina en el cerebro y niveles altos en la sangre de los niños autistas.
2) La preponderancia de los niños autistas sobre las niñas: el estrógeno, que es una hormona esteroide similar, también puede aumentar los niveles cerebrales de serotonina en las niñas.
3) La presencia de anticuerpos autoinmunes al cerebro fetal en las madres de niños autistas: la vitamina D regula la producción de células T mediante la represión de TPH1".
Los investigadores buscan tratar el TEA con una combinación de vitamina D, triptófano y grasas omega-3 para elevar la concentración de serotonina cerebral sin efectos secundarios. Esta no es la primera vez que la vitamina D se considera como un factor que contribuye al aumento de las tasas de autismo.
De acuerdo con investigaciones anteriores, existe una relación entre la deficiencia de vitamina D en las mujeres embarazadas y el aumento del autismo.
Considero que este podría ser uno de los factores que más contribuyen al autismo y que es una deficiencia de la exposición al sol de la madre embarazada y del feto, lo que pone al niño en un riesgo mayor de desarrollo cerebral anormal.
Creo que uno de los cambios más importantes que podría reducir el autismo es que TODAS las mujeres embarazadas tengan niveles normales de vitamina D entre 50 y 70 ng/ml.
El uso de antidepresivos durante el embarazo está relacionado con el TDAH y defectos de nacimiento
Las mujeres que podrían quedar embarazadas, o las que ya están embarazadas, deberían considerar el uso de antidepresivos dado a su alto riesgo de causar autismo.
Las investigaciones demuestran que tomar ISRS durante el embarazo podría aumentar los riesgos de bajo peso al nacer, parto prematuro, muerte del feto, muerte infantil, convulsiones neonatales y la necesidad de ventilación mecánica.
También se descubrió que los niños nacidos de mujeres que tomaron antidepresivos durante el embarazo tenían mayores probabilidades de desarrollar un trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Ese estudio también encontró una relación entre tomar antidepresivos durante el embarazo y el riesgo de autismo en la descendencia, aunque se volvió menos significativo cuando se consideró el historial de depresión severa.
Otro estudio, publicado en BMJ, analizó los efectos de los ISRS utilizados durante el primer trimestre del embarazo y el mes anterior.
Los investigadores analizaron datos de casi 30 000 mujeres y revelaron que el uso del antidepresivo Paxil (paroxetina) se relacionó con un mayor riesgo de cinco defectos de nacimiento, incluyendo defectos cardíacos y anencefalia, que es una formación anormal del cerebro y el cráneo.
El uso de Prozac (fluoxetina) se relacionó con dos defectos de nacimiento, incluyendo defectos de la pared del corazón y forma anormal del cráneo (craneosinostosis). El aumento del riesgo absoluto fue bajo, ya que 10 de cada 10 000 mujeres podrían dar a luz a un bebé con un defecto cardíaco, pero esto aumentó a 24 de cada 10 000 entre las que usan Paxil.
Aun así, algunos defectos congénitos ocurrieron dos o tres veces más en bebés nacidos de mujeres que toman los medicamentos, mientras que esto genera una mayor preocupación cuando esto se combina con muchos otros estudios que demuestran daños y pocos beneficios. Además:
- El uso prolongado de ISRS durante el embarazo se relacionó con una menor habilidad lingüística a la edad de 3 años
- Las mujeres que usan antidepresivos durante el segundo y tercer trimestre del embarazo tienen más probabilidades de tener un parto prematuro
- Los bebés expuestos a ISRS en el útero tienen un mayor riesgo de pie equinovaro, bajo peso al nacer e hipertensión pulmonar persistente
- Los bebés expuestos a los ISRS de manera prenatal tuvieron menores puntuaciones de Apgar al nacer, que es una medida del bienestar del recién nacido
- Los ISRS podrían interrumpir el sueño profundo del feto, que es importante para el crecimiento y desarrollo normales; también se han relacionado con un mayor riesgo de aborto espontáneo, mientras que muchos bebés expuestos en el útero muestran síntomas de abstinencia a los ISRS al nacer
Otros efectos secundarios de los antidepresivos
Los posibles efectos secundarios se extienden por todas partes. Por ejemplo, la investigación sugiere que tomar un ISRS podría duplicar el riesgo de fracturas óseas. Esto se debe a que la serotonina también participa en la fisiología de los huesos.
Al alterar los niveles de serotonina con un medicamento, es posible provocar una menor densidad ósea, lo que aumenta el riesgo de fracturas. Un estudio de mujeres posmenopáusicas también encontró que las que tomaban antidepresivos tricíclicos o ISRS tenían una probabilidad 45 % mayor de sufrir un accidente cerebrovascular fatal.
La investigación también encontró que las tasas generales de muerte eran 32 % más altas en las mujeres que tomaban los medicamentos, mientras que otras investigaciones relacionaron el uso de antidepresivos con arterias más gruesas, lo que podría contribuir al riesgo de enfermedad cardíaca y accidente cerebrovascular. Sin embargo, entre los efectos secundarios más preocupantes, en especial para la sociedad, se encuentran los pensamientos suicidas y el comportamiento violento.
En SSRIStories.org, es posible navegar a través de una colección de más de 6 000 historias en las que los medicamentos recetados, en especial los ISRS, se relacionaron con efectos secundarios graves, incluyendo el comportamiento violento. Las categorías incluyen asesinato-suicidio, reacciones posparto, furor en la carretera, tiroteos en la escuela y otros tiroteos masivos, violencia en el lugar de trabajo y más. De acuerdo con el sitio:
"Las historias en este sitio incluyen muchas en las que a los jóvenes se les han recetado antidepresivos, por situaciones como la pérdida de un ser querido, intimidación por parte de compañeros de clase o ansiedad por la escuela o las relaciones. Con demasiada frecuencia, el tratamiento para amortiguar el impacto de las experiencias infelices resulta en suicidio, homicidio, alcoholismo o adicción a las drogas.
Es evidente que, si las familias hubieran conocido los riesgos, habrían intentado evitar que su ser querido tomara los medicamentos. Pero las familias no lo saben. Si alguna vez comprenden que el antidepresivo era el problema, sólo ocurre después de que se ha producido un daño grave, que en muchos casos es la muerte".
La terapia de conversación trata la depresión mayor, así como los antidepresivos
Si le diagnostican depresión, considere que existen muchas opciones de tratamiento disponibles, incluyendo la terapia cognitivo-conductual (TCC). En una revisión sistemática de 11 estudios, no se encontró ninguna diferencia significativa en la efectividad entre los antidepresivos de segunda generación y la TCC.
La autora principal Halle Amick, investigadora asociada del Research Triangle Institute de la Universidad de Carolina del Norte en Chapel Hill, explicó lo siguiente para Medicine Net:
"[No hubo] 'ninguna diferencia estadística o clínica entre los dos tratamientos, mientras que no estamos diciendo que un tratamiento sea mejor que el otro. Todo lo que podemos decir es que ambos parecen ser efectivos. Por otro lado, los medicamentos pueden tener un mayor riesgo de efectos secundarios adversos. Nuestros datos no exploraron estos problemas, aunque deben tenerse en cuenta al elegir entre ambos'".
Dicho esto, sea cual sea el tipo de tratamiento, si está experimentando una depresión severa, busque la ayuda de un profesional. Para la depresión más leve, y además del tratamiento profesional para la depresión grave, el lugar para comenzar es restablecer el equilibrio, tanto en el cuerpo como en la vida.
Si está tomando antidepresivos y desea dejar de tomarlos, es importante dejarlos de manera paulatina y bajo el cuidado de un médico capacitado. De acuerdo con SSRI Stories:
"La abstinencia, en especial la abstinencia abrupta, de cualquier medicamento antidepresivo puede causar problemas psiquiátricos o físicos graves. Cada persona es diferente, pero es importante retirar estos medicamentos de manera paulatina durante un año o más, y bajo la supervisión de un especialista calificado y experimentado.
En muchas jurisdicciones, es difícil encontrar médicos que tengan el conocimiento y la voluntad para ayudar a sus pacientes. La abstinencia suele ser más grave que los síntomas o problemas originales para los que se recetó el antidepresivo. La abstinencia puede causar una amplia gama de síntomas, desde dolores de cabeza, shocks cerebrales, insomnio, letargo o fatiga, hasta ira, irritación o incluso rabia extrema e incontrolable, y muchos otros".
Cómo tratar la depresión sin medicamentos
Las investigaciones confirman que existen formas seguras y efectivas de abordar la depresión que no involucran medicamentos peligrosos. Esto incluye abordar la salud intestinal, como se mencionó anteriormente, y más:
Disminuya su consumo de azúcar (en especial fructosa), cereales y alimentos procesados. (Además de tener un alto contenido de azúcar y cereales, los alimentos procesados también contienen una variedad de aditivos que pueden afectar la función cerebral y el estado mental, en especial el glutamato monosódico y los endulzantes artificiales como el aspartamo).
Existe un gran libro sobre este tema llamado "The Sugar Blues", escrito por el escritor y editor asistente de la mesa de noticias William Dufty hace más de 30 años. El libro profundiza en el tema del azúcar y la salud mental con gran detalle. |
Para promover la salud de la microbioma intestinal, se recomienda aumentar el consumo de alimentos probióticos, como vegetales fermentados y kéfir. Cada vez hay más pruebas que nos dicen que tener un intestino sano es importante para la salud física y mental, y esta última puede verse afectada por un desequilibrio de las bacterias intestinales. Evitar el azúcar también ayudará a esto.
Esto es muy importante durante el embarazo, porque si la microflora de la madre es anormal, la microflora del bebé también será anormal. Cualquier organismo que viva en la vagina termina cubriendo el cuerpo del bebé y revistiendo su tracto intestinal. |
Obtenga suficientes cantidades de vitamina B12. La deficiencia de vitamina B12 puede contribuir a la depresión y afecta a una de cada cuatro personas. |
Optimice sus niveles de vitamina D, de preferencia con la exposición regular al sol. La vitamina D es muy importante para el estado de ánimo. En un estudio, se descubrió que las personas con los niveles más bajos de vitamina D eran 11 veces más propensas a la depresión que las que tenían niveles normales.
Su mejor fuente de vitamina D es a través de exponer su piel a los rayos del sol o utilizar una cama de bronceado segura. Se puede usar un suplemento de vitamina D3, pero deberá monitorear sus niveles con regularidad. |
Consuma muchas grasas omega-3 de origen animal. Muchas personas no comprenden que su cerebro está constituido por un 60 % de grasa, pero no cualquier grasa. Es DHA, una grasa omega-3 de origen animal que, junto con EPA, es importante para una buena función cerebral y salud mental.
Por desgracia, la mayoría de las personas no obtienen lo suficiente por medio de la alimentación. Consuma suficientes grasas omega-3 de origen animal de alta calidad, como el aceite de kril, sardinas o anchoas.
El Dr. Stoll, psiquiatra de Harvard, fue uno de los primeros líderes en la recopilación de pruebas que respaldan el uso de grasas omega-3 de origen animal para tratar la depresión. Escribió un libro que detalla su experiencia llamado "The Omega-3 Connection". |
Evalúe su consumo de sal. La deficiencia de sodio crea síntomas muy parecidos a los de la depresión. Sin embargo, asegúrese de no utilizar sal procesada (sal de mesa normal). Se recomienda usar una sal natural y sin procesar como la sal del Himalaya, que contiene más de 80 micronutrientes diferentes. |
Haga ejercicio diario, incluyendo ejercicio de alta intensidad, que es una de las estrategias más efectivas para prevenir y superar la depresión. Los estudios sobre el ejercicio como tratamiento para la depresión también están demostrando que existe una fuerte correlación entre un mejor estado de ánimo y una capacidad aeróbica.
Así que cada vez es más real la aceptación de la conexión mente-cuerpo, y que, en primer lugar, mantener una buena salud física puede reducir el riesgo de desarrollar depresión. |
Duerma lo suficiente. Puede tener la mejor alimentación y programa de ejercicio, pero si no duerme de manera adecuada, puede deprimirse fácilmente. El sueño y la depresión están tan relacionados que un trastorno del sueño es parte de la definición del complejo de síntomas que se le atribuyen a la depresión.
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