Estudio encontró microplásticos en el intestino de todas las tortugas examinadas

microplasticos

Historia en Breve

  • En las 102 tortugas examinadas en este estudio —incluyendo a siete especies de tortugas marinas de tres cuencas oceánicas (Atlántico, Mediterráneo y Pacífico)— se encontró que todas tenían microplásticos dentro de sus estómagos, a diferentes niveles
  • Las más abundantes fueron las microfibras de plástico (principalmente de color azul o negro), pero también se detectaron fragmentos completos de plástico y microperlas, aunque en cantidades menores
  • Las microfibras provienen de muchas fuentes, incluyendo los residuos de telas sintéticas, neumáticos y filtros de cigarro, así como los productos del desgaste de las redes y cuerdas de pesca
  • Una vez en el agua, las tortugas pueden estar expuestas a microplásticos a través de agua de mar contaminada, sedimentos o de sus mismos alimentos

Por el Dr. Mercola

Cada año, entre 5 y 12 millones de toneladas de residuos plásticos ingresan a las vías fluviales de todo el mundo, lo que equivale a casi 5 billones de piezas de plástico.1

Si bien parte de este plástico se manifiesta en desechos de gran tamaño, como botellas, anillos de six-pack y bolsas de plástico, gran parte del desecho se manifiesta en pequeñas partículas conocidas como microplásticos, las cuales miden menos de 5 milímetros (mm).

Los microplásticos pueden provenir de fuentes directas o “primarias”, tales como las microperlas que se usan en los cosméticos o las fibras usadas para confeccionar la ropa.

Pero también existen los microplásticos secundarios, es decir los que son el resultado de elementos plásticos más grandes que se han desintegrado debido al contacto con las olas, agua salada, radiación ultravioleta y desgaste físico de las costas.

Por desgracia, los microplásticos no simplemente desaparecen en el agua. Su prevalencia y abundancia los ha convertido en uno de los peores contaminantes que hay en los océanos, ya que una gran variedad de la vida marina traga estas partículas, ya sea de manera intencional o sin darse cuenta.

Las tortugas marinas están consumiendo microplásticos

Una investigación publicada en Global Change Biology reveló que los microplásticos se encuentran en todas las tortugas marinas.2 En las 102 tortugas examinadas en el estudio, las cuales incluían siete especies de tortugas marinas de tres cuencas oceánicas (Atlántico, Mediterráneo y Pacífico), se encontró que todas tenían microplásticos dentro de sus estómagos, en diferentes niveles.

Las más abundantes fueron las microfibras de plástico (principalmente de color azul o negro), pero también se detectaron fragmentos completos de plástico y microperlas, aunque en cantidades menores. Las microfibras provienen de muchas fuentes, incluyendo los residuos de telas sintéticas, neumáticos y filtros de cigarro, así como de los productos del desgaste de las redes y cuerdas de pesca.

Una vez en el agua, las tortugas pueden estar expuestas a estos materiales a través del agua de mar contaminada y sedimentos. En este último caso, se sabe que muchas tortugas marinas se alimentan cerca del fondo del océano, al remover los sedimentos y tragarlos junto con sus presas.

También pueden estar expuestas a través de sus mismos alimentos. Por ejemplo, los microplásticos pueden unirse a las algas por medio de electrostática, mientras que las esponjas, otra presa de las tortugas, también consumen microplásticos.

En total, los investigadores encontraron más de 800 partículas,3 pero debido a que el estudio presentado solo examinó una pequeña muestra de los residuos encontrados en el tracto intestinal de las tortugas, se cree que sus hallazgos solo representan niveles mínimos de exposición a los plásticos.

“La cantidad total de partículas sintéticas en todo el intestino probablemente sea 20 veces mayor”, explicaron los investigadores. “Esto sugiere que los niveles totales de consumo individual (en todo su intestino) pueden ser más altos en las tortugas marinas en comparación con los grandes mamíferos marinos”.4

Si bien los microplásticos no representan el riesgo de obstrucción dentro del organismo, como los plásticos de mayor tamaño, es probable que afecten a los animales marinos con mayor sutileza, pero con la misma posibilidad de hacerles daño.

El estudio señaló que los microplásticos pueden absorber otros contaminantes entre los cuales se incluyen metales pesados, contaminantes orgánicos resistentes, bifenilos policlorados (PCB) o patógenos, por mencionar algunos. También podrían causar daños a nivel celular o subcelular.

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Los microplásticos amenazan a las crías de tortuga

Aunque los autores del estudio realizado por Global Change Biology no creían que los microplásticos representaran riesgos tan graves para las tortugas marinas como el consumo de desechos plásticos más grandes, tal vez este no sea el caso de las tortugas marinas recién nacidas.

“Por lo general, en esta etapa de la vida, no discriminan sus alimentos. Comen lo que sea que esté flotando cerca de ellas”, dijo en un comunicado de prensa Samantha Clark, técnica veterinaria del centro de vida marina Loggerhead(LMC, por sus siglas en inglés) en Juno Beach, Florida.5

Clark realizó un estudio en el que participaron 96 tortugas marinas recién salidas del huevo que se recolectaron en la costa atlántica de Florida.6

Cuarenta y cinco de las tortugas pudieron ser rehabilitadas y liberadas, pero 52 de ellas murieron, lo cual les permitió a los investigadores analizar sus tractos gastrointestinales, la mayoría de los cuales contenían piezas visibles de plástico.

En las tortugas se encontraron microplásticos, plásticos de mesopartículas más grandes e incluso de nanopartículas más pequeñas, siendo el polietileno y polipropileno los dos tipos de plástico que más se detectaron.

El estudio concluyó que “es posible que el consumo de plástico micronizado por parte de las tortugas marinas recién nacidas sea un riesgo significativo para la supervivencia de estas especies en peligro de extinción”.

Además, el coautor del estudio, el Dr. Charles Manire, director de investigación y rehabilitación del LMC, agregó que “la pregunta no es si lo consumen, sino qué cantidad consumen”.

El Dr. Manire dijo lo siguiente para Mongabay, un servicio de noticias de conservación global: “Hace veinticinco años encontrábamos un poco de plástico de vez en cuando en algunas de las tortugas más pequeñas. […] Ahora casi 100 % de ellas lo consumen… Las tortugas marinas nos hablan de la salud del océano. El océano nos habla de la salud del planeta”.7

Los animales filtradores también están en peligro

Los microplásticos también están afectando a otros animales marinos, incluyendo tiburones, mantarrayas y ballenas barbadas que se alimentan por filtración. Animales como estos pueden tragar miles de metros cúbicos de agua todos los días y capturar suficiente plancton como para sobrevivir y, debido a esto, están expuestos a cualquier otra cosa que pueda estar flotando en el agua.

Los animales filtradores no solo viven en algunas de las aguas más contaminadas del planeta, sino que sus especies se encuentran en peligro de extinción.

La mitad de las especies de mantarraya, junto con dos tercios de las especies de tiburones que se alimentan por filtración y más de un cuarto de las especies de ballenas barbadas, están clasificadas por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) como especies amenazadas.8

De acuerdo con un estudio publicado en Trends in Ecology & Evolution:9 “La investigación emergente sobre estas especies emblemáticas hace énfasis en la posible exposición a la contaminación por microplásticos y toxinas asociadas con el plástico”.

La autora del estudio, Elitza Germanov, investigadora de la Marine Megafauna Foundation, dijo lo siguiente en el sitio web Phys.org:10

“A pesar de la creciente investigación sobre microplásticos en el medio marino, solo hay unos cuantos estudios que examinan los efectos que esto tiene en los grandes animales filtradores. Todavía estamos tratando de entender la magnitud del problema.

Sin embargo, ha quedado claro que la contaminación por microplásticos tiene el potencial de reducir aún más las poblaciones de estas especies, muchas de las cuales han vivido por mucho tiempo y tienen pocas crías a lo largo de sus vidas”.

¿Está comiendo pescado o 'plástico'?

El Centro para la Diversidad Biológica de Estados Unidos indicó que los peces en el Pacífico Norte tragan entre 12 000 y 24 000 toneladas de plástico cada año y, en un estudio sobre los mercados de pescado en California e Indonesia, se encontró que una cuarta parte de los pescados tenían plásticos en sus entrañas.11

Los plásticos y otros desechos sintéticos también se encontraron en el 33 % de los mariscos evaluados.12 Lo que esto significa es que cuando se sienta a comer un platillo hecho de mariscos, lo más seguro es que esté comiendo plástico.

Al escribir para la revista Integrated Environmental Assessment and Management, los investigadores indicaron que: “El riesgo de los seres humanos, como principales depredadores, de consumir microplásticos como parte de los contaminantes en los productos marinos es muy real y sus implicaciones para la salud deben tomarse en serio”.13

El detalle es que los peces no comen microplásticos solo por error. Estas partículas desarrollan una cubierta biológica de algas y otros materiales orgánicos mientras están flotando en el océano. Esa capa les da cierto olor que hace que los animales piensen que se trata de alimento.

Las anchoas, por ejemplo, usan los olores para buscar sus alimentos, y el olor del microplástico atrae a los peces para que coman. El autor del estudio, Matthew Savoca, de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica de los Estados Unidos, reportó lo siguiente para el diario británico The Guardian:14

“Cuando el plástico flota en el mar, su superficie es cubierta por algas en unos cuantos días o semanas. A este proceso se le conoce como bioincrustación. Investigaciones anteriores han demostrado que esta alga produce y emite DMS, un compuesto a base de algas que ciertos animales marinos usan para encontrar alimento.

Las investigaciones demuestran que el plástico puede ser más engañoso para los peces de lo que alguna vez se pensó. Si el plástico luce y huele como alimento, es más difícil que animales como los peces lo distingan como algo que no es comestible”.

Es posible que su sal marina y agua embotellada también tengan plástico

Al parecer, los microplásticos están en todas partes, incluyendo a las microfibras. Entre otras cosas, también se encontró que éstas eran el tipo predominante de microplástico que había en las muestras de cerveza, agua de grifo y sal de mar.

“Según las pautas para los consumidores, nuestros resultados indican que la persona promedio consume más de 5800 partículas de residuos sintéticos al año a partir de estas tres fuentes, siendo el agua de grifo el principal contribuyente (88 %)”,de acuerdo con los investigadores de PLOS One.15

Otro estudio reveló que la persona promedio llega a consumir alrededor de 68 415 fibras plásticas cada año tan solo por el polvo contaminado que cae en su plato durante las comidas.16

Los investigadores señalaron que ésta es una fuente de exposición mucho mayor que la de los plásticos que se encuentran en los mariscos y afirmaron que “el riesgo de consumir plástico a través de los moluscos es mínimo en comparación con la exposición a las fibras de plástico durante una comida, debido al polvo que hay en el hogar”.17

Otras fuentes de microplásticos con las que se puede encontrar a diario incluyen la sal de mar, ya que el 90 % de la sal marina que se vende en todo el mundo contiene micropartículas de plástico.

Se estima que cada anualmente, las personas consumen casi 2 000 partículas de este tipo tan solo a partir de la sal de mar.18 Más del 90 % de las marcas populares de agua embotellada que fueron evaluadas también contenían microplásticos, los cuales, en algunos casos, pueden provenir del propio proceso de envasado y embotellado.19

Ahora bien, también se encontró que el 94 % de las muestras de agua de grifo de los Estados Unidos contenía plástico,20 donde una vez más las microfibras fueron parte importante del problema.

Incluso los residuos de aguas negras, que se aplican como fertilizante en la agricultura industrial, están lleno de microfibras,21 de las cuales se encontró que causaron cambios en el terreno, incluyendo la alteración de la densidad aparente, la capacidad de retención de agua y la actividad microbiana.

¿Es usted parte del problema o de la solución?

La magnitud del plástico que se usa a diario en todo el mundo es inconcebible, pero puede ser parte de la solución si se vuelve consciente del plástico que está usando a diario y lo reduce en la medida de lo posible. Algunas medidas son fáciles, como intercambiar bolsas de plástico, botellas, popotes, utensilios y contenedores de alimentos por opciones más duraderas y reutilizables.

Otras estrategias podrían requerir de más planeación, como reconsiderar qué tipos de ropa comprar. Una chamarra sintética (como el tejido polar) puede liberar hasta 2.7 gramos (0.095 onzas) de microfibras con cada lavada (lo que equivale hasta 250 000 microfibras).

En promedio, una prenda de este tipo libera 1.7 gramos de microfibras, aunque las chamarras más viejas liberan dos veces más fibras.22

Por lo tanto, una cosa que puede hacer para frenar la contaminación de plástico es lavar sus prendas polares y de microfibra con menos frecuencia y, cuando lo haga, utilice un ciclo suave para reducir la cantidad de fibras liberadas. También existen productos en el mercado que atrapan las fibras de la ropa en su lavadora para ayudar a reducir la contaminación.

Los recubrimientos especiales también pueden ayudar a detener la pérdida de microfibras durante el lavado, pero la industria de la ropa se ha tardado en responder con respecto a qué medidas tomar para detener la contaminación por microfibras.23

También puede considerar el material con el que está hecha su ropa. Al comparar el acrílico, poliéster y una mezcla de poliéster y algodón, el acrílico resultó ser el peor material, al arrojar microfibras hasta cuatro veces más rápido que la mezcla de poliéster y algodón.24

Sin embargo, al final del día, la contaminación por plástico debe ser frenada desde su origen. Los ríos, que son una fuente importante de transporte de plástico hacia los océanos, deben recibir especial atención por parte de los esfuerzos de limpieza y prevención. De hecho, en Estados Unidos el 95 % del plástico que fluye de los ríos hacia los océanos proviene de solo 10 ríos.25

Martin Wagner, profesor asociado del departamento de biología de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Noruega (NTNU), cree que centrarse en eliminar el plástico del océano es una solución con poca visión del futuro porque, para detener esto a largo plazo, se debe rastrear su origen, que en la mayoría de los casos es la tierra y los ríos que los transportan.26