El cannabis (Cannabis sativa L.) ha causado mucha controversia en los Estados Unidos, no solo en las últimas décadas, sino durante más de un siglo. Ha sido una de las plantas más polémicas alrededor del mundo, más que la amapola y el peyote.
Sin embargo, es difícil discutir los hallazgos clínicos de que los efectos analgésicos del cannabis son 30 veces más potentes que la aspirina para disminuir la inflamación, de acuerdo con los científicos de la Universidad de Guelph en Ontario, Canadá, un país donde el cannabis es legal desde el 17 de octubre del 2018.
Tariq Akhtar y Steven Rothstein, profesores del departamento de biología molecular y celular del Centro de Salud de la Universidad McGill, trabajaron junto con cinco colegas, para observar que además de los aspectos psicoactivos del tetrahidrocannabinol (THC) y las características farmacológicas de los cannabinoides como el cannabidiol (CBD) derivado de las variedades de C. sativas, existe mucho potencial para diferentes usos medicinales.
Uno de los puntos realizados por el estudio, publicado por la revista Phytochemistry, fue la "versatilidad medicinal" de la planta, así como su enfoque en dos moléculas específicas, conocidas como cannflavin A y B.
Cabe destacar que la investigación señala que las cannflavinas A y B salieron a la luz por primera vez en 1985 al comparar sus beneficios con el ácido acetilsalicílico, un producto vendido como "aspirina".
Debido a la regulación diligente de las investigaciones sobre el cannabis en Canadá, sin mencionar en los Estados Unidos, se perdieron décadas de descubrimiento debido a la prohibición de su uso. Sin embargo, una vez que se detuvo dicha prohibición, Akhtar y Rothstein comenzaron, aún más armados con investigaciones genómicas avanzadas.
La ingeniera molecular es el siguiente paso
El objetivo declarado era "comprender de mejor manera la creación de estas moléculas", señaló Akhtar.
"Existen muchos genomas secuenciados disponibles públicamente, incluyendo el genoma de Canabis sativa, que se puede extraer para obtener mayor información. Si sabe cómo buscar, podría crear los genes, por así decirlo, así como descifrar la forma en que están congregadas las moléculas como las cannflavinas A y B".
Para identificar la biosíntesis que produce los dos "compuestos de cannabis medicinalmente relevantes", los científicos explicaron lo siguiente:
"Se presenta la evidencia de una O-metiltransferasa (CsOMT21) codificada dentro de la C. sativagenoma que convierte específicamente la flavona de la planta conocida como luteolina en crisoeriol, ambos de los cuales se acumulan en la C. sativa.
Por lo tanto, estos resultados implican la siguiente secuencia de reacción de la biosíntesis de cannflavinas A y B: luteolina, crisoeriol, cannflavina A y cannflavina B”.
Estudios adicionales establecen que el consumo de flavonas funciona como recursos antioxidantes, neuroprotectores y anticancerígenos. Cabe destacar que, aunque se han examinado diferentes plantas para determinar las vías biosintéticas similares, curiosamente, no había sucedido así para el cannabis hasta ahora.
Sin embargo, el equipo está trabajando con la compañía canadiense Anahit International Corp., la cual posee una patente con licencia de la universidad, para desarrollar un "sistema biológico para crear estas moléculas, que nos ofrece la oportunidad de crear mayores cantidades", explicó Rothstein.
Los ejecutivos de Anahit mencionaron que la compañía planea trabajar con los investigadores para "desarrollar medicamentos antiinflamatorios efectivos y seguros a partir de fitoquímicos de cannabis que brinden una alternativa a los medicamentos antiinflamatorios no esteroideos", de acuerdo con Darren Carrigan, director de operaciones, quien explicó las siguientes medidas:
"Anahit comercializará la aplicación de cannflavina A y B para que sea más accesible a través de diferentes productos médicos y deportivos como cremas, píldoras, bebidas deportivas, parches transdérmicos y otras opciones innovadoras".
La razón más importante, es que actualmente en los Estados Unidos, las personas que buscan aliviar el dolor normalmente recurren al uso de opioides, los cuales son populares porque pueden bloquear los receptores de dolor en el cerebro de manera efectiva, pero existen dos desventajas principales: una gran cantidad de efectos secundarios y una probabilidad real de generar adicción.
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Estudios continuos del cannabis
Asimismo, se analizaron las canflavinas A y B en un estudio colaborativo en el 2014, que encontró que la fuente fundamental de su potente acción provenía de "dos mediadores proinflamatorios, conocidos como prostaglandina E2 y leucotrienos".
Se descubrió que las semillas carecían de fenólicos encontrados en las hojas y flores del cañamo, y con la germinación produjeron cannflavinas A y B, y no desencadenaron cannabinoides. Asimismo:
“Las semillas de cáñamo aportan un gran valor nutricional, ya que contienen todos los aminoácidos esenciales y ácidos grasos suficientes para cumplir los requerimientos alimenticios de los seres humanos.
Las semillas de cáñamo no contienen cannabinoides, y debido a su alto contenido de ácidos grasos ω, están experimentando una creciente popularidad como superalimento para combatir adecuadamente la inflamación crónica”.
En el 2018, otro estudio canadiense desarrollado por el Centro de Salud de la Universidad McGill y dirigido por Gabriella Gobbi, profesora de psiquiatría e investigadora del Programa de Reparación Cerebral y Neurociencia Integrativa (BRaIN, por sus siglas en inglés) en McGill, informó que el CBD, al ser libre de efectos secundarios, es una alternativa segura a los medicamentos recetados para aliviar el dolor, pero sin el efecto "alucinante" del THC.
El equipo pudo demostrar que el CBD no funciona en los receptores cannabinoides CB1 como el THC, sino a través de los mecanismos específicos de los receptores relacionados con la ansiedad, conocida como serotonina 5-HT1A, así como para el dolor, conocido como TRPV1 vanilloide.
Los científicos también extrapolaron la dosis indicada de CBD para los analgésicos y el alivio de la ansiedad, así como para el dolor crónico de espalda, ciática, diabetes, cáncer, etc.
Danilo De Gregorio, investigador postdoctoral de la Universidad McGill y primer autor del estudio, añadió lo siguiente: "En modelos animales con dolor crónico, encontramos que la administración de dosis bajas de CBD durante siete días alivian tanto el dolor como la ansiedad, los cuales son dos síntomas que a menudo padecen los pacientes neuropáticos o con dolor crónico".
Gobbi calificó la investigación como "un nuevo avance para una aplicación medicinal basada en la evidencia del cannabis", junto con un alivio del dolor sin el efecto alucinante y, más importante, sin riesgo de generar adicción. En particular, la FDA aprobó el aceite de CBD purificado conocido como Epidiolex que ofrece una fórmula para dos tipos de epilepsia.
La diferencia más importante entre el cannabis y el cáñamo
Aunque el cannabis y el cáñamo a menudo se citan de manera indistinta, es necesario explicar las distinciones más importantes. Ambos provienen de la Cannabis sativa y contienen cannabidiol (CBD), pero la cantidad hace la gran diferencia, la cual es crucial.
Investigadores de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Minnesota y del College of Food, Agricultural and Natural Resource Sciences conforman uno de los pocos grupos de científicos en el país que reciben autorización federal para estudiar el cannabis.
Después de 12 años de estudio, publicado en New Phytologist, George Weiblen, biólogo de plantas de la Universidad de Minessota, explicó lo siguiente: “Mientras que la marihuana es rica en tetrahidrocannabinol psicoactivo (THC), el cáñamo produce principalmente un cannabidiol libre de euforia (CBD)”.
El servicio de noticias en línea EurekAlert abordó las implicaciones de muchas décadas de confusión por parte de la comunidad médica, los legisladores y el público en general:
"El descubrimiento de un solo gen que distingue las dos variedades, que según Weiblen tomó más de 12 años de investigación, podría fortalecer los argumentos de los productores de que sus productos no deberían estar sujetos a las mismas regulaciones de narcóticos porque el cáñamo pertenece a la familia cannabinoide.
En los Estados Unidos, el mercado de semillas de cáñamo y fibra superó los $ 600 millones de dólares el año pasado. Pero a pesar de la creciente popularidad de la planta como ingrediente alimenticio, producto para el cuidado personal, ropa e incluso construcción, el gobierno federal prohíbe el cultivo comercial del cáñamo. En la actualidad, todos los productos de cáñamo son importados a los Estados Unidos".
El 22 de marzo del 2019, el Servicio de Investigación del Congreso (CRS, por sus siglas en inglés), el cual sirve implícitamente a voluntad del Congreso de los Estados Unidos, presentó una hoja informativa para definir el cáñamo, al comparar las diferencias de la composición química y genética de la marihuana, así como su producción y uso.
Como subdirector del Servicio de Extensión Cooperativa de Carolina del Norte, Tom Melton explica lo siguiente:
“La diferencia es que las plantas de cáñamo no contienen más del 0.3 % (peso seco) de THC (tetrahidrocannabinol), que es la sustancia psicoactiva encontrada en la marihuana. En comparación, la marihuana generalmente contiene de 5 a 20 % de THC. No es posible drogarse con el cáñamo".
Breve historia del cáñamo en los Estados Unidos
Como se mencionó anteriormente, ha existido una larga historia de confusión y desinformación en los Estados Unidos cuando se trata del cannabis.
Origins, publicación conjunta de los departamentos de historia de la Universidad de Miami y la Universidad Estatal de Ohio, creó una breve cronología para demostrar cómo es que las diferentes áreas y legislaturas consideran al cannabis y sus componentes:
- En 1862, se anunciaron los dulces de hachís en Vanity Fair como un estimulante placentero e inofensivo, así como una forma de tratar "el nerviosismo y la melancolía", junto con la expectativa de que "gracias a su influencia, todas las clases parecen reunir una nueva inspiración y energía".
- El 2 de junio de 1906 se realizó el primer esfuerzo para establecer regulaciones federales para la marihuana, tras la aprobación de la Ley de Alimentos y Medicamentos Puros.
- Entre 1914 y 1925, se aprobaron leyes que prohibían el uso de esta planta en 26 estados.
- El Congreso aprobó la Ley Integral de Prevención y Control del Abuso de Sustancias en 1970, colocando a la marihuana "en la categoría más restrictiva de drogas sin un uso permitido en l medicina".
- En 1996 se aprobaron las leyes para la marihuana medicinal en todo el estado de California, mientras que, en el 2014, Colorado se convirtió en el primer estado en permitir que los dispensarios de marihuana la comercializaran para uso recreativo.
La Ley Agrícola del 2018 legalizó el cultivo industrial de cáñamo por primera vez desde que Franklin D. Roosevelt firmó la "Ley de impuestos a la marihuana en 1937". El American Farm Bureau Federation declara lo siguiente:
“El cáñamo industrial no es marihuana, aunque es una variedad diferente de la misma especie, un hecho que en ocasiones ha resultado en una asociación negativa, así como en un crecimiento obstaculizado.
Esa especie es conocida como Cannabis sativa L., una sustancia que históricamente ha sido clasificada como una sustancia controlada de la Lista I y regulada bajo la Ley de Sustancias Controladas en los Estados Unidos.
Desde la década de 1990, las variedades de esta planta que contienen bajos niveles de delta-9-tetrahidrocannabinol, o THC, el cual es el ingrediente que le otorga sus propiedades psicoactivas a la marihuana, se han legalizado en numerosos países europeos, al igual que en Canadá y Australia.
El nivel permisible de THC para el cáñamo industrial es del 0.3 % de peso en seco”.
El cannabis utilizado para el dolor reduce el riesgo de adicción
Uno de los puntos más irónicos y estimulantes con respecto al consumo de cannabis como remedio para el dolor y la inflamación es el siguiente: el uso de cannabis, especialmente cuando logra brindar alivio, es que es una sustancia natural (no sintética) que podría reducir las tasas de adicción incontrolables que ahora son reconocidas por las comunidades médicas y las fuerzas públicas.
Además, como señala el sitio wbe Medical News Today, los efectos secundarios del uso de CBD no son dañinos ni letales:
“Numerosos estudios a pequeña escala han analizado la seguridad del CBD en adultos. Concluyeron que los adultos tienden a tolerar adecuadamente diferentes dosis.
Los investigadores no han encontrado efectos secundarios significativos en el sistema nervioso central, los signos vitales o el estado de ánimo, incluso en personas que consumieron dosis elevadas.
El efecto secundario más común fue el cansancio. Además, algunas personas informaron experimentar diarrea y cambios en su apetito o peso. Todavía existe una falta de información de seguridad a largo plazo".
Según el Departamento de Salud y Servicios Humanos, la esencia del problema, considerada como "la crisis de los opioides”, surgió inicialmente por las compañías farmacéuticas en la década de 1990, al asegurar a las entidades médicas que los analgésicos opioides no causaban adicción, por lo que comenzaron a recetarlos con mayor frecuencia.
Eso desarrollo numerosos acontecimientos: primero, los médicos comenzaron a recetar estos medicamentos con mayor frecuencia, lo que naturalmente desarrollo un consumo generalizado de medicamentos recetados, para luego extenderse al uso de opioides sin receta antes de que fuera obvio que podían ser muy adictivos.
Para el 2017, el HHS anunció una emergencia de salud pública. Las estadísticas ayudaron a desarrollar la historia; por ejemplo, de acuerdo con un informe de los CDC, en el 2016 se registraron 47 055 muertes por sobredosis con opioides sintéticos en los Estados Unidos únicamente en el 2014.
Desde el 2000, la "tasa de mortalidad por sobredosis ajustada por edad ha aumentado más del doble", y una "porción sustancial parece estar relacionada con una mayor disponibilidad al fentanilo ilícito", el cual es un tipo de opioide que desarrolla efectos secundarios graves, incluyendo la muerte.
Los CDC delimitan dos tipos de fentanilo: legal e ilegal. El fentanilo legal se describe como un "analgésico opioide sintético, aprobado para tratar el dolor intenso", generalmente utilizado para las enfermedades terminales.
El tipo ilegal, el fentanilo no farmacéutico, se define como "fabricado de manera ilícita y a menudo mezclado con cocaína o heroína", y es "50 veces más potente que la heroína y 100 veces más que la morfina".
Efectos secundarios comunes del uso de opioides
La American Cancer Society aborda una lista de efectos secundarios causados por el uso de opioides. Estos incluyen somnolencia, que causa un peligro para conducir u operar maquinaria.
Otros síntomas comunes incluyen: náuseas o vómito, así como picazón. El estreñimiento o la dificultad para orinar también son efectos secundarios desarrollados por el uso de opioides, así como efectos mentales como confusión, alucinaciones y pesadillas
Aunque los pacientes pueden experimentar que ciertos efectos secundarios disminuyen sin una mayor intervención, una combinación de efectos secundarios, como hinchazón en la garganta, urticaria o dificultad para respirar junto con náuseas, puede ser una reacción alérgica a un medicamento.
Es necesario que los pacientes nunca dejen de tomar sus medicamentos de manera repentina y que confíen en sus médicos sobre los aumentos o disminuciones de la dosis, así como para informarse sobre las interacciones con otros medicamentos, lo cual puede empeorar los problemas.
Asimismo, las personas en ocasiones experimentan diferentes reacciones a los medicamentos, incluyendo aquellos sin receta, pero también es necesario considerar la epidemia de opioides.